PALACIO DE LA ENCOMIENDA, BEADE


Además de la prosperidad que aportaba la producción del vino, el lugar de Beade experimentó a partir del siglo XVI un creciente protagonismo, al pasar a ser cabeza de la encomienda de la Orden de San Juan de Jerusalén, tras la anexión de la antigua bailía de Ribadavia. La Encomienda de Beade, fue una de las organizaciones religioso-militantes más importantes de Galicia, se financiaba con los recursos que conseguía con la producción de vino y otros cultivos realizados en la comarca de O Ribeiro y en posesiones que tenía en As Neves, A Cañiza, San Juan de Mouretán (Arbo), Beade (localidad próxima a Vigo que tomó el nombre de la de Ourense), además de contar con un puerto en la comarca de Arousa.


Aquí se construiría el PALACIO DE LA ENCOMIENDA y se reedificó la capilla mayor de la IGLESIA DE SANTA MARÍA para servir de panteón funerario a su promotor, el comendador Fr. Arias o Ares López Fandiño Mariño de Goyanes. Este pertenecía a un reputado linaje nobiliario. De él dice el P. Crespo Pozo que era hijo de Marcos Fandiño, señor de la casa de Goyanes y de las Islas de Sálvora, siendo su hija D.ª Catalina Fandiño Mariño de Sotomayor, casada con D. Gonzalo de Valladadares y Sarmiento, fundadores en 1562 del mayorazgo de FEFIÑANS, en Cambados (Pontevedra). Hasta el año 1548 en que permaneció al frente de la encomienda de Beade, tuvo ocasión de afirmar su prestigio e influencia, llevando a cabo un ambicioso programa constructivo.




La casa palacio contigua a la iglesia, durante siglos cumplió la doble misión de servir de morada a los comendadores y de centro para el gobierno y administración de su extensa jurisdicción. Su construcción, en los primeros años del siglo XVI, coincide con el periodo en el que se edifican la mayor parte de las casas palacios en los territorios de las Órdenes Militares Y como en otras casas comendatarias sanjuanistas, en su arquitectura tardo-gótica se imponen las necesidades funcionales sobre la estética, acordes al «lenguaje artístico del entorno circundante», no muy diferente en su tipología y ornamentación a las de las residencias nobiliarias conservadas del momento.


De la construcción primitiva quedan solo los muros perimetrales, el del nordeste parcialmente caído, conformando una planta de estructura cerrada, de 13,94 m de largo por 8,53 de ancho, con patio o corral delantero. 





La puerta de acceso, al suroeste, es de arco rebajado, con grandes y bien despiezadas dovelas, abriendo en el piso superior una ventana balcón, de arco conopial, decorado con puntas de diamante, y en las enjutas, escudos de la Orden y de la dignidad comendataria encargada de su construcción, formando pareja con otra puerta reformada y cegada.




El espacio del patio se cierra al exterior con un muro, en cuya portada, al noroeste, se muestra la pluralidad de lenguajes propios de este momento, combinándose elementos tradicionales del gótico tardío con pequeños atisbos ya renacentistas. Es de arco de medio punto, trasdosado por grandes dovelas, con arquivolta formada por baquetones que se prolongan a lo largo de las jambas y escocia con flores tetrafolias. A nivel de las impostas arranca un alfil encuadrando el arco, cuyas ramas terminan en ángulo, faltando la imposta superior.



En las enjutas se labran escudos, simétricamente dispuestos, campeando en el central las armas del comendador Ares López Fandiño, muy peculiar al ser portado por una sirena (Las sirenas suelen aparecer con cierta frecuencia en las heráldicas italiana, inglesa y germánica, bien dentro del campo del escudo o bien tenantes, sosteniendo éste, pero en la heráldica española son raras, salvo en Galicia, siendo características de los linajes de los Goyanes y los Mariños). La abundante presencia de sus emblemas heráldicos en la iglesia y este palacio deja entrever un sentido legitimador, de reafirmación personalista, junto al deseo de perpetuación de su memoria.

Escudo de los Goyanes con la sirena tenante. Es cuartelado en cruz: 1.° Tres barras, 2° jaquelado, 3.° Tres fajas ondadas 4.° Tres flores de lis.
A los lados de este, dos láureas conteniendo el escudo de la Orden...



... y el Agnus Dei con la cruz, en recuerdo de las palabras de San Juan Bautista en el Jordán (Jn. 1,33), apenas perceptible por el desgaste de la piedra.


El devenir histórico marcó la evolución y transformación de esta vivienda, entrando, tras el proceso desamortizador del siglo XIX, en una fase de abandono y progresivo deterioro, llegando a nosotros en la más completa ruina.


Esta Orden poseía en la villa de Beade además de este Palacio Prioral, otras edificaciones como la iglesia parroquial; dos bodegas, una de vino tinto y otra de vino blanco; cuatro lagares y una cárcel. 

Sepulcro antaño reutilizado en una de las dependencias del Palacio

De su antiguo esplendor, se mantiene en este pequeño municipio, el considerado por OTERO PEDRAYO como uno de los más bellos conjuntos arquitectónicos de la comarca, constituido por este PALACIO DE LA ENCOMIENDA; el magnífico VÍA CRUCIS ...


...que comienza en el atrio de la importante IGLESIA DE SANTA MARÍA convertida en uno de los conjuntos que mejor expresan la evolución del arte funerario en Galicia;...


... y la inmediata CAPILLA DE SAN ROQUE, donde podemos admirar una destaca representación del CALVARIO, última estación del Vía Crucis.


La Orden de San Juan de Jerusalén nació en la Edad Media y se dedicaba a socorrer a los peregrinos que viajaban a Jerusalén para visitar el Santo Sepulcro. Los caballeros hospitalarios, nacidos en Tierra Santa, con la doble dimensión defensiva de los santos lugares y hospitalaria–asistencial de los peregrinos, jugaron indudablemente un papel importantísimo en las peregrinaciones jacobeas. Sus encomiendas se ubican estratégicamente, dando cobertura a todos los caminos que desde el exterior de Galicia se dirigen a Compostela. Así: La encomienda de PORTOMARÍN en el Camino Francés y en el Camino de la Costa; la de HOSPITAL en el Camino de invierno y QUIROGA en la Ruta del Sil; OSOÑO en la Ruta de la Plata; BEADE y PAZOS DE ARENTEIRO en el Camino Portugués
A través de sus hospitales, granjas, cotos y numerosas iglesias, las encomiendas gallegas fueron la mejor garantía material y espiritual de las peregrinaciones a Santiago.

Enseña de la Orden situada frente al atrio, al final de un paseo arbolado.
Según señala José Ramón Estévez en un artículo de prensa, la Encomienda de Beade se hizo cargo en el año 1319 de numerosas propiedades que habían pertenecido a los Templarios, cuando el Papa Clemente V disolvió la orden. Hoy la ONG Templarios del Mundo, pretende recuperar la Encomienda de Beade, para convertirla en su sede gallega.

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