RUTA DO REGO DOS MUIÑOS, CABANA DE BERGANTIÑOS

Esta ruta, semi-accesible para personas con movilidad reducida, comienza en el aparcamiento de la PRAIA DE LODEIRO, principio y final de la SENDA DO ANLLÓNS (esta si completamente accesible), y acaba en el impresionante castro A CIBDÁ DE BORNEIRO (enlaces a nuestras publicaciones).


Cruzamos la AC-429 e inmediatamente nos toparemos con el primero de los paneles, que en este caso nos explican esta ruta.

Este primer tramo de uno 300m sobre pasarelas de madera, nos lleva pegados al rego dos Muíños o Roncaduiro, riachuelo que en el pasado fue un importante recurso económico aprovechado por los habitantes de los alrededores (Canduas y Borneiro).


Como vestigio, al largo de sus 3 km de longitud, aún se conserva en su sinuoso transcurrir, un singular conjunto etnográfico conformado por 24 molinos, en diferente estado de conservación.









En nuestro paseo nos fue muy difícil identificar cada uno de ellos, a pesar de que el plano leído, nos mostraba el nombre de cada uno: 1. Muíño de Taboído; 2. Muíño Novo; 3. Muíño da Cancela; 4. Muíño do Ferreiro; 5. Muíño dos Corteduiros; 6. Muíño da Brañeira; 7. Muíño de Tras dos Ríos; 8. Muíño do Mouzo; 9. Muíño das Bellotas; 10. Muíño do Loureiro; 11. Muíño do Marroco; 12. Muíño Vello; 13. Muíño de Jorge e Plaia; 14. Muíño do Leiro; 15. Muíño do Vidreiro; 16. Muíño de Generosa; 17. Muíño do Chaparro; 18. Muíño da Cotareda ou Daniel; 19. Muíño de Motas da Fontefría; 20. Muíño de Agustín e Miranda; 21. Muíño de Rei; 22. Muíño de Paolo e Romixa; 23. Muíño do Alcalde e Benito; 24. Muíño de Benito.



Ahora, junto al que pensamos pueda ser el “Muíño de Tras dos Ríos”, cruzamos una pista para continuar otros 300m por un nuevo tramo, también sobre pasarelas de madera.


Pronto vemos el segundo de los paneles informativos, que nos cuenta: Coincidiendo con el inicio de las excavaciones arqueológicas en el castro A Cibdá de Borneiro, en la década de los 30, un joven del Seminario de Estudos Galegos llamado Xaquín Lorenzo Fernández, “Xocas”, aprovechó su estadía en Cabana de Bergantiños para compilar documentación que después sacaría a la luz con el título de Notas etnográficas de la parroquia de Borneiro. En ellas, junto con la descripción de muchos elementos etnográficos borneiráns, realiza un estudio de las arquitecturas del pan de los molinos del Roncadoiro.

Estas son sus palabras: “El agua, al salir de un molino, entra ya en el cubo de otro, aprovechándose así todos los espacios disponibles. A consecuencia de esta inclinación del lecho del rio, el agua lleva mucha fuerza lo que hizo introducir en estos molinos el uso de una pieza característica: la pa. Después de un corto canal, entra el agua en el cubo, que tiene una inclinación de unos 60º. El cubo puede ser de madera o de piedra. En el primer caso, se utiliza un tronco de árbol; se divide en dos mitades longitudinales, se escarba cada una de las partes  y se vuelven a juntar con unas cinchas de hierro. Si el cubo es de piedra, se hacen dos canales que se juntan  asegurándolas con grapas de hierro. En los dos casos, tiene el cubo en su comienzo una reja de hierro llamada gradisenla, para impedir el paso a las hojas y pequeñas ramass que trae el agua y que podrían atascar el billón o billa. Cuando el molino está parado, se tapa la salida del agua con la pa, para evitar que su fuerza rompa el rodezno. Todos los molinos de Borneiro son de heredero, no habiendo ninguno que se destine a moler el grano de la gente mediante pago. (…)”.

El zigzagueante sendero cruza el riachuelo en varias ocasiones a través de bonitos puentes de madera, saltando de orilla a orilla.




Desde las faldas del castro A Cidá de Borneiro hasta las orillas de la ensenada de la Ínsula, el agua del río desciende de cascada en cascada con fuerza suficiente como para mover los rodicios de estos hermosos ejemplos de la arquitectura del pan. El ruido (el roncar) provocado por el discurrir de las aguas sirvió para bautizar este riachuelo cabanés.




En uno de los meandros que forma, el sendero pasa a ser de tierra compactada, lo que ya empieza a dificultar el acceso a la silla de ruedas.



En este tramo de unos 320m, alguno quiso darse un chapuzón, algo difícil, pues el agua solo le alcanzaba hasta los tobillos.


Ya casi al final de este trecho, se nos aparece, entre la maleza, el hueco de entrada a otro de los molinos.

Cruzamos una nueva pista asfaltada y nos adentramos en la parte más dificultosa, hasta encontrarnos con el paso de un pequeño riachuelo que acaba desembocando en el que nos va guiando, e imposible de salvar con la silla.






El camino de tierra continúa ahora siempre en ascenso por la zona más espectacular, dejando a su paso un reguero de molinos, construcciones de piedra en las que el grano (maíz o trigo) es molido por un mecanismo de rotación movido por la fuerza del agua. En la actualidad, con la transformación del campo gallego, la mayoría de ellos se encuentran abandonados. A veces, los marcos de la puerta de los molinos presentan cruces grabadas en la piedra. Su función era la de impedir la entrada del demonio en el molino y además protegerlo de todo mal. Estos símbolos cristianizaban y protegían a molino y molinero.









No nos queda otra que dar media vuelta y volver por nuestros pasos, pero satisfechos del trecho que hemos podido recorrer, pues este tipo de rutas son prácticamente imposibles para personas con alguna dificultad física.





Aunque no llegamos al tercer panel, queremos señalar que en él se hace mención a la desaparecida CRUZ VIRADOIRA DO RONCADOIRO. Por fortuna, se sabe de su existencia y forma gracias a un dibujo y texto del escritor y político Daniel R. Castelao incluida en el volumen “As cruces de pedra na Galiza”. Esta cruz es giratoria y su forma de cabeza ensanchada y larga, hace pensar que se trata de un monumento antiguo, quizás modificado más tarde. Por la condición de piedra giratoria, la gente le concede virtudes milagrosas. En esta parroquia cabanesa se encuentran dos cruces giratorias más: una camino del lugar de Borneiro, otra en Vilaseco.




Por último, el etnógrafo ourensano antes mencionado, recogió cantigas de la importante tradición oral cabanesa, surgidas alrededor de los molinos como lugares de reunión, donde los vecinos aprovechaban la espera en la molienda, para contar historias, bailar la muiñeira o cantar:







O muíño no é muíño,
que é a capilla dos ratos,
donde se daban os bicos
e mailos moitos abrazos. 

Mui muíño, mui muíño,
bótame a fariña fóra,
que a filla da muiñeira
ten un andar que namora.

Fun ó muíño con Paula,
fun ó muíño con ela;
fun ó muíño con Paula,
fun en paz e vin en guerra.

No muíño donde eu moio
tamén moi unha señora;
chégalle o gran, queridiña,
chégalle o gran que non roia.





Debemos aprovechar la ocasión para visitar otro histórico enclave cercano, como es el DOLMEN DE DOMBATE, (enlace a nuestra publicación), conocido como la Catedral del Megalitismo Gallego.

TODA LA INFORMACIÓN INCLUIDA EN ESTA PUBLICACION, HA SIDO RECOGIDA EN LOS SIGUIENTES ENLACES:

http://www.concello-cabana.es/gl/r-3

VISITA OTROS SORPRENDENTES LUGARES DEL MUNICIPIO DE CABANA DE BERGANTIÑOS EN EL ENLACE, CON UN MAPA PARA LLEGAR A CADA UNO DE ELLOS.

3 comentarios:

  1. Otra preciosa ruta, que ahora no puedo hacerla, estoy esperando una operación de rodilla. Besos.

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