SARCÓFAGO DEL SIGLO XI |
Especial relevancia tiene la confirmación de los privilegios otorgados por Alfonso VII y la protección del coto monástico en 1169 por su sucesor, el rey Fernando II, cuyos restos reposan en la CATEDRAL DE SANTIAGO.
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El año de 1337, un incendio afecta en gran medida al priorato destruyéndolo, pero no al templo, que se escapó de las llamas. La recuperación y restitución de los bienes, que habían sido malversados por miembros de la comunidad, sigue siendo imposible de recuperar entre los años 40 y 70 del siglo XIV, por lo que la situación económica es desastrosa, y en 1342 el abad de Cluny solicita la mediación del rey Alfonso XI para que expulse a los ocupantes (nobleza gallega) de los bienes y restituya estos al priorato. A partir de entonces y durante el siglo XV la decadencia se acentúa y nada se consigue con la cesión a los Andrade de los bienes de la comunidad en 1472, ya que éstos tampoco le abonan la renta que se había pactado, lo que aun hace la situación más decadente. En 1518 siglo XVI el monasterio de Xuvia se separa de Cluny y se une al de LOURENZÁ, únicamente la parte masculina de la orden, pues la reforma monástica promovida por los Reyes Católicos y aprobada por el papa, en el siglo XVI, anulaba los monasterios dúplices, prohibiendo que pudieran vivir religiosos y religiosas en el mismo centro monástico. Así las monjas tuvieron que marcharse al compostelano cenobio de SAN PAIO DE ANTEALTARES, tan vinculado siempre al Camino.
En 1586, Felipe II vendió el coto y otras posesiones de San Martín de Xuvia, en subasta pública, pues ya desaparece, prácticamente, la comunidad monacal del territorio.
Tanto en su ornamento como por su estructura, resulta uno de los mejores ejemplos del románico gallego en el Camino, revelando características del estilo compostelano.
Por su parte, los cinco tramos de las naves tienen su suelo a un nivel inferior al terreno circundante. Esta circunstancia, inapreciable cuando se deambula por las naves, queda de manifiesto al traspasar el comienzo de la puerta occidental, o principal y descender seis escalones, a los que hay que añadir los existentes entre el atrio y el pórtico que precede a la portada.
El templo tiene un sencillo pórtico de tres arcos, abiertos al atrio, que precede a la fachada rehecha en 1786. Adosado a dicho pórtico, se levantó, al lado izquierdo, una torre de planta cuadrada y dos cuerpos, de los que el superior es más corto albergando las campanas y remata con un copulín. Al lado izquierdo, avanzando sobre la línea del pórtico, está adosado el antiguo priorato.
La puerta de la iglesia tiene una organización inusual, ya que consta de triple arquivolta con aristas baquetonada en las dos menores, moldura que se prolonga por las jambas; típico del gótico y motivo que recuerda al visto en las últimas ventanas del muro norte, esto la hace única, pues no existe otra semejante en ninguna iglesia románica conocida. Muy sencilla, se arma sobre dos arquivoltas coronadas por un arco decorativo de cuadrados y semicírculos rebajados en la piedra (tacos y billetes). Carece de tímpano en la actualidad, porque el original se rompió y fue luego reutilizado como base de una ventana en las dependencias monacales.
Sin embargo, el capitel de la izquierda de la capilla derecha, llama la atención; pues presenta una decoración chocante, al uso de los Andrade, en el que se representa escenas de lucha o acoso entre caballeros, tema similar a los de caza, que evoca a los de la iglesia de SAN FRANCISCO EN BETANZOS, pero quizás con matices de guerra santa. El jinete de la izquierda sostiene un escudo circular o rodela, mientras su oponente sostiene con la mano contraria uno oblongo; por lo general la rodela era propia de los musulmanes, mientras el escudo oblongo es llevado por los cristianos. Los dos combatientes se embisten con lanzas de las que quedan los arranques, ya que se han roto, al igual que las cabezas de los caballos, de manera que la composición de la cara mayor resulta simétrica y equilibrada.
Aunque el tema, con diversas variantes, se repite en otras iglesias románicas hispánicas, en Galicia es único.
También existía una capilla de 1421, la capilla de San Miguel, demolida en 1910.
Primer tramo de la nave sur. Arco de acceso a la actual sacristía,y donde probablemente se encontraba la capilla de San Miguel. |
Se cree que esta capilla estaba adosada al último tramo del muro sur y de ella parecen proceder las piezas con las que se recompuso, en el primer tramo del muro sur, un arcosolio con arco apuntado y moldurado, el SEPULCRO DE RODRIGO DE ESQUÍO, familia emparentada con los Andrade, cuyo nombre aparece grabado en el borde de la cama funeraria sobre la que reposa.
Rodrigo viste una armadura importante. Debajo del gorjal asoman muy generosamente las faldas de la capucha de malla y por debajo de ésta las hombreras de placas que protegen cada brazo hasta su mitad. El brazal, codal y navaja de codal son de similar tipología que los que llevan ARAS PARDO y NUÑO FREIRE; lo mismo sucede con el guardabrazo pero no con los guanteletes cuyas manoplas aquí son lisas así como los dediles de manopla que no son de láminas articuladas sino de una sola pieza. El peto es largo sin volante y plano, porta ristre y se prolonga bajo el faldar.
El casco, semiesférico abierto y sin barbera, podríamos definirlo como un morrión simple con las reservas propias que deben guardarse en la clasificación de los diferentes tipos de cascos pues casi ninguno pertenece a una tipología concreta y definida ya que todos suelen tomar de aquí y de allá detalles y complementos que los mistifican. Lleva una cenefa centelleada como adorno, la cual corre por detrás del verduguillo que define la ventana; es el mismo motivo básico que hemos visto en los casco de Nuño y Aras. El morrión era el casco habitualmente utilizado por los arqueros. El gorjal es partido. Por delante sube hasta por encima de la barbilla formando el barbote y por detrás la cubrenuca.
Un solo ángel está leyendo los textos sagrados y por el tratamiento que reciben sus alas nos recuerda a otros ya vistos, aunque éste esté tallado de manera menos cuidadosa.
La mano derecha descansa sobre la cruz de la espada que se muestra desnuda con un pomo muy característico que hemos visto en otras espadas de esa época. La disposición de la espada: en primer lugar parece desnuda aunque los filos no están trabajados, fuera de la vaina en contra de lo que es canónico en una efigie funeraria caballeresca que sería dentro de la vaina con el tahalí enrollado a la misma; en segundo lugar, descansando sobre la pierna derecha, fuera del eje de simetría de la latitud definitiva. El mensaje que transmitiría es que ha dejado sin rematar algo que debía haber resuelto por la fuerza de las armas.
El faldar es corto y se parte lateralmente a la altura de la cabeza del fémur donde se aprecia la falda de la cota de malla; esta disposición es para facilitar la monta a caballo aunque resulta con menos protección que la que se consigue con la escarcela. Los quijotes, rodilleras y grebas son de semejante tipología a los que ya hemos visto.
Fue
necesario romper el muro románico para alojar el arco que lo cobija, y que probablemente
recogiera primeramente, los restos de Froira Vermudez, del linaje de los Traba,
padre del Obispo Gonzalo y Pedro Fróilaz
de Traba, tutor de Alfonso VII y conde de Galicia, a los que se alude en con
ambas figuras en el arcosolio, amparando al difunto.
Este se decora con hojarasca y en sus arranques con un par de figuras: un hombre con armadura, pudiera interpretarse como San Jorge según García Lamas; o un arquero de arco largo (no parece el arco corto castellano sino más bien una versión gallega del poderoso long bow galés). En 1386 desembarcó en A Coruña una flota inglesa al frente de la cual venía el duque de Lancaster pretendiente al trono de Castilla. En su ejército, mil quinientos arqueros portaban este tipo de arma. Lancaster mantuvo una extraña relación con Fernán “O Bo” en la que si bien no se llegó al enfrentamiento tampoco hubo una colaboración. Su estancia en Galicia se prolongó lo suficiente como para que los gallegos tomaran buena nota de la valía de sus arqueros y tratasen de incorporar los long bow como arma principal en las huestes de los Andrade. El arquero del sepulcro mantiene la guardia y proporciona la protección física al difunto;...
... y un abad del monasterio o un santo obispo, quizá San Blas, que lleva la mano derecha abierta sobre la parte superior del pecho mientras con la izquierda coge el báculo en una actitud ritual canónica, y representa la protección espiritual.
Como frente de la sepultura se reutilizó una pieza más pequeña, mesa de un antiguo altar, que tiene sus aristas labradas en escocia con pequeñas cuadrifolias espaciadas.
Sobre el enterramiento, en el fondo del lucillo, se encuentra un escudo heráldico traído de otro lugar. Se trata de un escudo partido y semicortado que incorpora otros blasones que no son los propios del linaje de los Esquío, de manera que los suyos ocupan una posición secundaria. En el jefe del primer cuartel hay tres bastos en cruz mientras, en punta, un lobo; en el segundo cuartel están las armas de los Esquío bastante bien reproducidas; en el tercer cuartel, una torre. Esta partición irregular en tres cuarteles no está clara y la ejecución es bastante pobre.
A mayores se colocó encima del arco una corona real ajena al enterramiento medieval y muy posterior a éste. La composición actual del sepulcro la fecha Souto Vizoso el 21 de julio de 1963. Los dos sepulcros, de padre e hijo, formaban pareja, en el sentido de que uno ha sido diseñado para el lado del Evangelio y el otro para el de la Epístola. Con estos argumentos es muy probable que inicialmente los dos estuvieran juntos en una capilla del linaje situada en el perdido claustro del monasterio de O Couto. Al entrar en ruinas el claustro, el enterramiento de Rodrigo pudo fácilmente encontrar su nuevo sitio en el muro reconstruido de la iglesia. Pero el muro contrario, que es el exterior y da al cementerio, no permitía el aligeramiento necesario para la ubicación allí de un arco sepulcral que acogiera el enterramiento del hijo, Diego Esquio, que en la actualidad se conserva en la iglesia de San Nicolás de Neda.
Se trata de la tumba de un caballero templario. La propia iglesia presenta una característica solamente encontrada en alguna otra fuertemente relacionada con la Orden del Temple como la de Santa María da Oliveira en Tomar, Portugal. Allí se hallan las tumbas de templarios ilustres como Gualdim de Pais, mano derecha del rey Afonso Enriques y artífice máximo de la independencia de Portugal. Junto con la Charola del castillo, la iglesia de Tomar es el otro de los dos edificios templarios más importantes del país vecino. La forma en que se accede y el número de escalones que hay que bajar en la dos iglesias, de Tomar y Xuvia, ponen en evidencia una intencionalidad que comparten.
marcas de cantería. |
En esta nave sur, se coloca una bella pila bautismal enrejada, con un cristo en la cruz.
El altar de la derecha, atesora un retablo de 1745. Está presidido por San Benito, en la calle central, vestido de pontífice, con el báculo en su mano izquierda y el Libro en la derecha, y a sus pies se ubican, la mitra y el cuervo taumatúrgico, con el pedazo de pan en su pico.
A su izquierda, se aloja la imagen de San Roque, santo de gran tradición jacobea, ataviado con ropaje de peregrino, con capa y esclavina adornadas con conchas de vieira, lo mismo que el sombrero con el que está tocado; en su mano izquierda porta el bordón con la calabaza y a sus pies aparecen el perro nutricio y el ángel sanador. La presencia de San Benito y de San Roque en el retablo recoge, probablemente, la tradición hospitalaria con los peregrinos a Santiago de Compostela ejercida por los monjes del monasterio.
La orden franciscana está representada por San Antonio de Padua, la figura de la derecha. No conserva la distribución original para la que fueron realizadas. San Roque y San Antonio, dos santos de gran celo en Galicia, tenían altar propio.
En la lateral izquierda superior Santa Gertrudis,...
... y en la derecha Santa Escolástica, hermana gemela de San Benito.
Está encabezado con una expresiva cartela: «Este altar de San Benito es de privilegio perpetuo, concedido por nuestro Santo Padre Benedicto XIV. Año de 1748». La mesa de altar está forrada con piel repujada (hoy rasgada), ornamentada con hojas, flores, entrelazadas y todo ello dorado. Sobre la mesa de altar, se acomoda el Sagrario, cuyo frente, dorado, está flanqueado por dos estolones y el centro un arco de medio punto alberga el relieve del Cordero Pascual.
En la parte superior del segundo cuerpo, un entablamento, con cornisa con bolas y motivos vegetales, y en el centro un escudo formado por un águila dorada y en su interior una torre con dos leones, da paso al ático de cascarón. Éste está profusamente decorado con sarmientos, rocalla, festones, bolas y unos medallones que albergan la imagen de la cruz y un cáliz.
También de estilo barroco y autor desconocido, realizado en madera policromada, es el retablo del lado izquierdo.
En el ático, en forma de cascarón, un relieve de Dios Padre sosteniendo la bola del mundo con su mano izquierda rodeado de nubes. Remata el ático con un escudo Real de Castilla-León.
La mesa de altar es pétrea, y decorada con piel repujada, consta de banco, un cuerpo con tres calles y ático.
El cuerpo, alberga en la calle de la izquierda la imagen de Santa Ana...
... y la de la derecha, San Joaquín.
Las calles están delimitadas por dos pilastras en los laterales y dos columnas salomónicas entorchadas de tres vueltas y dos medias, respondiendo a las formas difundidas por el círculo de Andrade, con basa y capitel compuesto dorado, en el centro. Las cajas están pintadas formando un arco de medio punto apoyado sobre pilastras y cortinajes, apoyándose las imágenes sobre una peana.
La calle central está formada por una hornacina encastada cuyo fondo es una de las ventanas del ábside. Está formada por un arco de medio punto, decorado con motivos vegetales, apoyado sobre pilastras. Dos ángeles sostienen la peana donde está ubicada la imagen de la virgen. Formando parte del entablamento, en el centro, el anagrama de María rodeado de hojas y una corona real.
Hay otras figuras aisladas, que en su día se realizaron para formar parte de los retablos, pero por su lucimiento y significado, continúan en el templo embelleciendo su interior.
Ventana del segundo tramo del muro norte |
En el eje de las capillas laterales, por el exterior hacia la central, se abre una ventana con arco de medio punto liso que se apea en un par de columnas acodilladas de fustes cortos que se levantan sobre basas de tipo ático; sus capiteles presentan grandes hojas que vuelven al frente y los cimacios se decoran con un fino ajedrezado. Este arco cobija otro menor y sin elementos ornamentales que corresponde al vano.
En el abside central se abren tres ventanas, de mayor tamaño que las de los colaterales. Sus arcos tienen su arista en bocel y otras molduras lisas en la rosca, en torno se desarrolla una chambrana con billetes, motivo que repiten los cimacios de sus esbeltas columnas que, como las de las capillas norte y sur, se levantan sobre basas de tipo ático y rematan con capiteles vegetales.
Es, también, inusual que las distancias a las que se han dispuesto los canecillos, no sean constantes.
Los que presentan estilizadas hojas, bolas, rollos y otras composiciones geométricas, son minoría; ya que en muchos se labraron mamíferos: cerdos, caballos y otros cuadrúpedos, así como numerosas figuras humanas en muy diversas actitudes.
Algunas abren su boca con las manos hasta adoptar expresiones grotescas;...
LA BLASFEMIA. |
...otros, contorsionan sus cuerpos y exhiben sus genitales,...
...igualmente varias mujeres que muestran impúdicamente su sexo...
Algunas parejas están abrazadas, juntan sus cuerpos y parecen copular. Sin embargo, es de señalar que ninguna de estas representaciones se acompaña de serpientes, como suele ocurrir.
En el románico de Galicia las representaciones de contenido sexual son infrecuentes y, cuando aparecen, no suelen ser tan numerosas ni explícitas.
FIGURAS MASCULINAS( POR SUS BARBAS)ENLAZADAS. |
SAN SALVADOR DE FERREIRA (Femenino). Pantón, Lugo, 1117.
A finales del siglo IX se introduce la Regla de San Benito en España, la entrada en Galicia de los Benedictinos no se produce hasta entrado el siglo XII y su decadencia en el siglo XIV. Entre los principales monasterios benedictinos que han perdurado sus edificios están: SANTA MARÍA DE CAMBRE,...
... SAN MARTIÑO DE XUVIA, San Martín Pinario, SAN PAIO DE ANTEALTARES, SAN VICENTE DE POMBEIRO,...
... San Vicente do Pino, SAN XULIÁN DE SAMOS,...
... SAN SALVADOR DE LOURENZÁ...
... SAN MARTÍN DE MONDOÑEDO,...
...SAN SALVADOR DE ASMA,...
... SAN ESTEBAN DE RIBAS DE MIÑO,...
... SANTO ESTEVO DE RIBAS DE SIL,...
...SAN PEDRO DE ROCAS,...
... SANTA CRISTINA DE RIBAS DE SIL,...
...SANTA COMBA DE BANDE,...
... SAN SALVADOR DE CELANOVA,...
...SAN XOÁN DE POIO ...
y SAN LORENZO DE CARBOEIRO.
Una leyenda habla de un túnel bajo el agua situado en las inmediaciones de la desembocadura del río, que hacía de pasadizo secreto entre las poblaciones de Xuvia y Narón. Era como un laberinto de oscuras galerías en el que habitaban seres encantados. Cuentan que en la Edad Media fue utilizado por los frailes del monasterio de San Martiño de Xuvia cuando querían ir a Neda sin ser vistos. También se dice que fue empleado como refugio o como pasadizo secreto por los escapados durante la Guerra Civil.
El monasterio de San Martiño de O Couto (Narón) es el comienzo de la ruta de peregrinación al santuario de San Andrés de Teixido y lugar de paso del Camino Inglés a Santiago.
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