Fundado en el s. IX por el rey Alfonso II en la parte oriental del entonces recientemente aparecido sepulcro del Apóstol Santiago y de ahí el nombre “Antealtares”, del latín antealtaria.
Fue un pequeño cenobio en el que su iglesia contaba con tres altares consagrados al Salvador, San Pedro y San Juan Evangelista, situados en una posición previa a la iglesia que acogía la tumba de Santiago y al baptisterio de San Juan Bautista, desaparecido en el medievo.
Tiene su origen en una pequeña comunidad monacal masculina promovida por Alfonso II el Casto poco después de confirmar como auténtico el sepulcro de Santiago, en algún momento de la década 820-830.
Lo habitaron inicialmente 12 monjes benedictinos, encargados de cuidar y dar culto al santo.
La actual construcción pertenece casi en su totalidad a los s. XVII y XVIII.
Los
monjes de San Pedro de Antealtares en su advocación primitiva, tendrán como misión custodiar y organizar el culto a las reliquias apostólicas.
Así se recoge en un documento compostelano de 1077 -Concordia de
Antealtares-, que señala muy gráficamente que su finalidad había sido hasta
ese momento orar supra corpus Apostoli.
Debido a la
ampliación medieval de la catedral, el primitivo monasterio fue desplazado unos
metros hacia el Este, frente a la cabecera de la basílica, ocupando unos
terrenos, que se disponían como cementerio ya en época romana.
Era necesario dar preferencia al
engrandecimiento de la basílica destinada a custodiar las reliquias apostólicas
y así lo acepta la comunidad.
El nuevo
convento comenzará a levantarse en el emplazamiento acordado y en el siglo XI
pasa a depender de los benedictinos.
En la primera mitad del XII, en tiempos del ARZOBISPO DIEGO GELMÍREZ y en gran medida por la acción de este, la comunidad va a ser apartada definitivamente de la custodia del sepulcro de Santiago por el nuevo y amplísimo clero catedralicio, lo que suponía un duro golpe simbólico, pero también económico, para los monjes de Antealtares.
Los monjes se ven obligados a reorientar sus objetivos y prioridades. Uno de los cambios que se operan, en una fecha no precisa, situada hacia el año 1150, es el de dedicar el convento a San Paio, un santo gallego martirizado en Córdoba en 925, y que era por aquel tiempo muy popular en Galicia. De hecho, en el lugar de Solovio y en la propia Compostela «Campo de Estrellas» antiguo bosque de Libredón, , estaba el templo de SAN FIZ DE SOLOVIO, uno de los más antiguos de la ciudad. Pues en este lugar se encontraba el eremita Paio orando cuando vio las luces que le indicaron la situación de los restos del Apóstol. El primer templo fue destruido por las tropas musulmanas de Almanzor y los lugareños capturados, entre ellos el mártir Paio, personaje posiblemente a medio camino entre la realidad y la leyenda.
En 1256 el convento vuelve a ser trasladado unos metros hacia el Este, hasta una ubicación casi coincidente con la actual, dejando más espacio libre para la catedral y para el cementerio que surge en la actual PRAZA DA QUINTANA, muy apreciado por estar situado cerca del sepulcro apostólico.
Sepulcro conservado junto a la PUERTA SANTA |
Uno de los muros laterales cierra un flanco de la PRAZA DA QUINTANA con absoluta sobriedad, a base de muros lisos sin decoración.
En el centro de este muro, una
lápida recuerda la formación del Batallón
Literario organizado por los universitarios compostelanos para defensa de
Galicia contra las Tropas de Napoleón.
En la fachada opuesta a la PRAZA DA QUINTANA, encontramos actualmente, la portería...
... y en su ángulo la llamada “Puerta de los Carros” o “de la Borriquita”; en ella aparece representado el capítulo bíblico de la Huida a Egipto, con la Virgen sobre una borriquita.
En el siglo XV
el convento, tras entrar en decadencia en 1499, es sustituida la comunidad
masculina por otra femenina, que acabará convirtiéndose en el convento de monjas
más relevante de Galicia; fue
ocupado por monjas benedictinas de clausura, que en la actualidad aún perduran.
Desde
principios del XVI hasta mediados del XVII se ejecutan las obras que darán
forma a la estructura arquitectónica que hoy se contempla, en la que destaca el
gran lienzo que ocupa todo el perímetro este de la PRAZA
DA QUINTANA, de impresionante factura, y su
iglesia, de finales del siglo XVII.
Considerada el primer altar dedicado al Apóstol, el primitivo altar que acompañaba al sarcófago apostólico y que fue dispensado tres siglos más tarde, en el siglo XII, por el obispo Diego Gelmírez, que decidió instalar un nuevo y suntuoso altar, substituyéndolo por otro en el interior de la actual catedral, situado donde se descubrieron sus restos en el siglo IX; condenando a la vieja y modesta ara a su retiro.
En torno a 1152 la función de esta pieza quedó totalmente relegada de forma definitiva. Más tarde, pasaría a propiedad del actual monasterio de San Paio de Antealtares, por pertenecer a los monjes que desde el descubrimiento del sepulcro se habían encargado de la custodia de las reliquias y de rendirles culto permanente oficiando sobre el viejo ara.
Así mismo se custodian documentos importantes del monasterio, como cesiones y adquisición de patrimonio, etc.
En la actualidad se exponen en las salas del museo.
INFORMACIÓN RECOGIDA DE LOS SIGUIENTES ENLACES:
https://www.santiagoturismo.com/monumentos/mosteiro-e-igrexa-de-san-paio-de-antealtares-11
https://www.santiagoturismo.com/rutas/monasterio-de-clausura-de-san-paio-de-antealtares
https://xacopedia.com/San_Paio_de_Antealtares_monasterio_de
https://www.ucm.es/tesoros/ara-antealtares
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Sea como fuese, el ara lo que no dejaba dudas era sobre su origen pagano. En 1601, como consecuencia de la contrarreforma y las críticas que había realizado -entre otros- el historiador Ambrosio de Morales, el arzobispo Juan de Sanclemente ordenó borrar la inscripción que así lo evidenciaba. El texto era romano y ajeno al cristianismo: “Consagrado a los dioses manes. Atia Moeta por disposición testamentaria hizo este epitafio para el sueño eterno de Viria Moeta, su buenísima nieta de dieciséis años”, se leía en la inscripción, cuyo contenido se conservó. Fue sustituido este texto por otro acorde a la tradición jacobea compostelana que alude a la llegada del cuerpo de Santiago a Galicia, como ya se había hecho sobre la pieza de soporte a mediados del siglo XII. Aclarado el origen romano del ara, probablemente galaico, lo que queda por saber es por qué se eligió como altar de la primera iglesia de Santiago; quizás porque no había otra cosa a mano, podría ser la respuesta más lógica, pero es posible que nunca lo sepamos.
ResponderEliminarBuenos días Fernando. En la publicación, cuando señalo el ara romana de Antealtares, y para no extenderme en la publicación, añado en este último un enlace a esta página para que el que quiera pueda profundizar más en el tema y en el que exponen todo cuanto tu argumentas: https://xacopedia.com/Santiago_altar_de
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