GALICIA PUEBLO A PUEBLO: SANTA MARÍA DE PEDRAZA, MONTERROSO

En esta entrada nos acercamos a Santa María de Pedraza, una parroquia del municipio de Monterroso, en la Comarca da Ulloa, Provincia de Lugo, para conocer otra de las numerosas iglesias románicas, alrededor de veinte, la mayoría de los siglos XII y XIII, que repartidas por todo el término, proliferaron gracias al paso del CAMINO DE SANTIAGO por el municipio.

Así, aquí se levantaron dos templos, el más significativo, además de sobresalir por su belleza, lo hace por ser templo románico más antiguo del municipio (inscripción 1127), en la que también se documentan restos prerrománicos quizás procedente de un antiguo templo del siglo X. Es la ERMITA DE SAN LOURENZO DE PEDRAZA, a la que ya le dedicamos una entrada en el blog.

Del otro templo, reedificado en el siglo XIX, apenas han llegado a nuestros días restos de su estructura románica.

Únicamente, en el muro norte de la nave, se ven aún cinco canecillos de ornamentación geométrica pertenecientes a la primitiva obra románica.

Desgraciadamente solo podemos destacar de este nuevo edificio la espadaña de dos cuerpos que culmina el frontis y recalcan de su interior dos retablos laterales de estilo neoclásico.

Sin embargo, otros pequeños detalles, no menos interesantes, despertaron nuestra atención. Así, antes de acceder al atrio, nos fijamos en la “GRADICELA” que todavía se conserva en la entrada de este y que impedía el paso de las bestias al recinto.

Ya en el recinto interior, que además del templo cobija el camposanto, vemos a nuestra izquierda un moderno baldaquino que acoge en su interior una cruz de madera con símbolos de la pasión.

Pero sin duda alguna, lo más curioso son las decoraciones de cal de alguno de los muros del templo. Es un elemento de la arquitectura tradicional que abunda en varios municipios del sur lucense, pero con muy poca presencia en el resto de Galicia. En opinión de Plácido Lizancos (autor del trabajo Debuxo e ornamentación na arquitectura do sur da provincia de Lugo), estas pinturas pueden ser el resultado de interpretaciones realizadas por albañiles locales de ciertos elementos ornamentales propios de la arquitectura culta -especialmente religiosa- observados en lugares como Santiago, Ourense o Lugo. El arquitecto no descarta tampoco que se trate de una influencia artística llegada también a través del CAMINO DE SANTIAGO.

Estas decoraciones, por otro lado, presentan una gran variedad de motivos, que comprenden diseños geométricos y abstractos, figuras vegetales, animales y humanas, símbolos religiosos -como cruces y cálices- y objetos como botellas y jarras. En ciertos casos incluyen inscripciones con letras y fechas. También hay mucha diversidad en cuanto a sus dimensiones, ya que algunas cubren fachadas enteras mientras que otras se limitan a fajas horizontales o verticales o a enmarques de puertas y ventanas. En el estudio dirigido por el arquitecto se menciona la denominación de grutescos, un término surgido en Italia a principios del siglo XVI y adoptado por otros idiomas -como el castellano y el gallego- para designar las decoraciones murales con motivos caprichosos. Los autores también sugieren el nombre de esgrafiados -igualmente de origen italiano-, que se aplica a las decoraciones en los revestimientos de los muros.

Para finalizar, señalar que a unos 150 metros de la iglesia se alza un sencillo CRUCEIRO en buen estado de conservación. Presenta una plataforma de dos escalones de granito, el inferior escasamente sobresaliente, y base de sección cubica sobre la que va un cuerpo tronco-piramidal.

En uno de los lados se arriman dos piedras recortadas para acoplarse y soportar la mesa de altar.

El fuste monolítico es de sección cuadrangular en los extremos y octogonal en el resto. Sobre él, un capitel moldurado que soporta una cruz latina de sección octogonal.