El Camino de Santiago permitió la proliferación de numerosas iglesias románicas, alrededor de veinte, repartidas por todo el municipio, la mayoría de los siglos XII y XIII, entre las que sobresalen por su belleza: el templo de SAN CRISTOVO DE NOVELÚA; SAN MIGUEL DE ESPORIZ; SANTIAGO DE BIDOUREDO; SAN MARTIÑO DE CUMBRAOS; SAN MARTIÑO DE FENTE; SAN CIBRAO DOS FERREIROS; SAN PEDRO DE FRAMEÁN; San Xoán de Lodoso; SANTA MARÍA DE PEDRAZA, que sólo conserva los canecillos románicos; San Cibrao de Pol; SAN SALVADOR DE SAMBREIXO, que además conserva restos de pinturas murales del siglo XVI; San Miguel de Penas; SANTA MARIÑA DE SUCASTRO; SANTA MARÍA DE TARRÍO; SAN SALVADOR DE VALBOA ;San Pedro de Vilanova, con sus sepulturas antropoides escavadas en la roca y SAN CRISTOVO DE VILOIDE. Por último cabe citar las capillas de la Graña y Mourente.
Pero el templo románico más antiguo del municipio
(inscripción 1127), es esta ERMITA DE SAN LOURENZO DE PEDRAZA, en la que
se documentan restos prerrománicos, quizás procedente de un antiguo templo del
siglo X.
Izquierdo Perrín en su obra "La arquitectura románica en Lugo"
escribe: "La fecha le confiere a
esta iglesia un lugar destacado en el románico gallego, ya que incluso es dos
años anterior al inicio de las obras de la CATEDRAL
DE LUGO"
El iniciador de las obras de la catedral de Santiago fue BERNARDO EL VIEJO, calificado por el Códice Calixtino de maestro admirable. Su estilo tiene unas peculiaridades diferentes a cuanto se había hecho y se estaba haciendo en Galicia y sirve de punto de partida a la arquitectura que aquí se realiza a lo largo del siglo XII. Su huella en el mundo rural fue escasa y hay que buscarla en pequeños detalles ornamentales y de organización de ventanas. Estas tienen un vano rematado por un arco que se levanta a una altura sensiblemente inferior que el que lo enmarca. Es el esquema que, en 1127 el artífice de San Lourenzo de Pedraza, vería en el cierre exterior de la girola de la CATEDRAL DE SANTIAGO.
La fundación de esta iglesia
parece remontarse a época prerrománica y de ella posiblemente quedan vestigios así
como piezas reutilizadas en la fábrica actual (sufrió importantes reformas
entre los siglos XVI y XIX). Esta primitiva obra se reformó en fecha que figura
en un epígrafe existente en el testero del presbiterio, hoy ilegible en su
mayor parte, y cuya transcripción según Vázquez Saco, es: ERA ICLXV ET QVOTVM III KALENDAS IVLII PETRUS DIDACI… Es decir, en
la era 1165 “año 1127” el veintinueve de
junio Pedro Diéguez… Si la inscripción estuviera completa, quizá este desconocido
Pedro Diéguez fuera un nuevo nombre de maestro que añadir a la corta nómina que
de ellos se tiene y sería además el más antiguo de los del mundo rural.
La planta del monumento, con la habitual
orientación litúrgica de este a oeste, consta de nave y capilla únicas y
rectangulares, esquema de origen prerrománico de Galicia, y se cubren con
techumbre de madera a dos aguas.
Portada principal con puerta de arco de medio
punto, rematada en espadaña de dos cuerpos y un solo vano, y balaústre de
piedra.
Para Ramón Izquierdo Perrín, en la fachada
principal, igualmente reconstruida, llaman la atención las grandes dovelas del
arco de la puerta, cuya altura evoca soluciones prerrománicas.
Lo mismo ocurre con algunos sillares de los
paramentos del presbiterio. En éste aproximadamente los dos tercios inferiores
son lisos y en esta parte del muro del testero se localiza la inscripción antes
transcrita. Remata esta especie de alto zócalo (que sirve para salvar el
desnivel existente en el terreno), una IMPOSTA decorada con bolas
distribuidas de trecho en trecho. Tales impostas no son frecuentes en capillas
rectangulares de la región (aunque si de Zamora); el motivo de las bolas no
podía ser desconocido para un seguidor de la obra de Santiago, ya que habían
sido utilizadas en la decoración de algunos fustes entorchados del cierre
superior y exterior de la girola compostelana, con todo, el motivo conocerá una
mayor difusión ya en fechas avanzadas del siglo XII.
Sobre esta imposta y en el testero de la capilla,
se abre una VENTANA bajo arco de medio punto liso, apeado en una columna
acodillada a cada lado. Se levantan sobre altas y toscas basas de sencilla
moldulación que parecen ser anteriores a los fustes, presentan la peculiaridad,
poco frecuente, de estar talladas no de manera exenta, sino en sillares que
también forman parte del muro.
Los capiteles en su parte inferior, presentan un doble
astrágalo con pequeña escocia intermedia, característica que se observa en
determinados capiteles prerrománicos. Su decoración está constituida por
estilizadas formas vegetales y fuerte entallado en la parte superior. Los cimacios
se prolongan ligeramente por el muro. El izquierdo presenta bolas similares a
las vistas; y el derecho, ostenta una estilizada serpiente cuya cabeza se hace
coincidir con la esquina de la pieza. Creo que puede afirmarse que este cimacio,
es el primero de Galicia con tal motivo, nunca llegó a gozar de una excesiva
generalización, aunque tampoco faltan ejemplos de finales del siglo XII y
comienzos del XIII, así y dentro de las iglesias de la provincia, se encuentra
en la de Santa Eulalia de Aguada, Carballedo y SANTA
MARÍA DE NOGUEIRA, Chantada.
Bajo el arco de la ventana y hacia la mitad del fuste de las columnas, aparece un nuevo arco de medio punto con la rosca decorada con billetes en damero. Remataba el vano propiamente dicho de la ventana, hoy burdamente tapiado. El conjunto y organización de esta ventana se sitúa claramente en la línea de las del cierre exterior y superior de la girola de la CATEDRAL DE SANTIAGO, resultando una forma híbrida de los dos tipos que en ella se encuentran. Es una solución que no deja de constituir una posible influencia de esta obra en el románico rural gallego ya desde sus comienzos.
En cada uno de los aleros de los muros laterales
del presbiterio se disponen cuatro CANECILLOS que sostienen las voladas
y lisas cobijas. Su ornamentación es zoomórfica y de figuras humanas en diversas
actitudes,...
...salvo uno que remata en una gruesa bola de notable efecto plástico.
Su labra es en general tosca, pero no está exenta de una fuerte expresividad.
Los retablos que se conservan son de estilo
neoclásico.
INFORMACIÓN RECOGIDA DE LOS SIGUIENTES ENLACES
LA ARQUITECTURA ROMÁNICA EN
LUGO. Ramón Izquierdo
Perrín
No hay comentarios:
Publicar un comentario