«Ti dis Galicia é ben pequena. Eu dígoche: Galicia é un mundo. Cada terra é coma se fose un mundo enteiro. Poderala andar en pouco tempo do norte para o sur, do leste para u oeste noutro tanto; poderala andar outra vez, mais non a has dar andado. E de cada vez que a andes, has atopar cousas novas e outras has botar de menos.
Vicente Risco: Leria (ensaio)
Es un templo románico construido a principios del siglo XIII, y que formó parte de
la jurisdicción de Baíñas junto con las iglesias de SAN
ANTOÍÑO DE BAÍÑAS (Vimianzo) y San Martiño de Ozón (Muxía), que era
señorío del monasterio de San Martiño Pinario (Santiago de Compostela).
De reducidas dimensiones (13 x 6 metros), es la más pequeña de las
iglesias románicas de la comarca.
De elevado interés dentro del arte románico rural por sus proporcionadas
dimensiones y la pureza de su estilo, tan solo se le añadió un campanario en el
siglo XVII y una sacristía en un lateral del ábside.
En el testero del ábside se rasga una sencilla saetera rematada en arco
de medio punto. El cierre de este muro oriental sobresale un par de hiladas por
encima del tejado y se corona en el piñón con una cruz latina moderna que debe
de sustituir a una primitiva cruz antefija.
El muro septentrional perdió los canecillos cuando se construyó la
sacristía, pero en el costado opuesto luce un alero íntegro de apariencia
románica.
El interior consta de una sola nave rectangular y
ábside cuadrado, El acceso al presbiterio se realiza a través de un arco
triunfal apuntado.
El arco mayor carga sobre el muro, mientras que el menor descansa sobre columnas que acaban en sendos capiteles.
Los capiteles decorados con temas vegetales, semejantes a los de la iglesia de Frixe, se apoyan unos cimacios achaflanados que están decorados en todas sus caras. En el sur se aprecia claramente que se trata de rombos, pero en el norte el relieve está muy desgastado por lo que es difícil aseverar el motivo representado.
La bóveda que cubre el ábside es apuntada.
Carece de retablos, pero si podemos ver algunas imágenes.
En el lado sur se observa la presencia de una sencilla puerta, con arco
de medio punto apoyado directamente sobre el muro. Hoy este acceso ha sido
tapiado y coincide justo delante de una de las pilastras de cemento que sujetan la nueva cubierta del templo.
Lamentablemente, en el atrio apenas se conservan restos de su Vía Crucis
pétreo.
Allí nos llama la atención, una hermosa pila bautismal y otra de agua bendita.
En los alrededores también podremos observar algunos hórreos de la Costa da Morte.
No muy lejos de esta iglesia se encuentra la hermosa Playa de Nemiña.
Coordenadas: 43º 01' 14.9" N - 9º 16' 16.9" W
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Este elemento pétreo es un miliario, el único que se
puede visitar in situ en toda la provincia de Pontevedra. Posiblemente fue
colocado en este punto durante el mandato del emperador Trajano (inicios del s.
II d. C.), como indicador de las distancias que emplearon los romanos: Milia
passum. De ahí el motivo de su nombre.
Formaba parte de la antigua Vía XIX que unía las localidades de BRAGA y ASTORGA pasando por LUGO. En esta vía secundaria, a dos millas de aquí,
dirección Redondela y en el lugar de "Padrón" (topónimo típico que
indica miliario) y en el antiguo camino de Redondela conocido como "verea
vella" se encontró otro miliario (se puede ver en el Museo Arqueológico
Provincial de Pontevedra) que indica la milla XVII desde TUI ("A T MP
XVII") lo cual es indicio verosímil, que nos indica, muy posiblemente, el
carácter de la Vía: "Secundaria"; ya que no señala distancia a su
capital de convento, Bracara Augusta, que sería lo esperable, y sí lo hace a la
primera mansión que se encuentra ya en vía principal, Tude.
Tiempo atrás, erróneamente, también recibió el nombre de “Anta de Maniola”, mámoa que se
encuentra a una distancia de cien metros de este, aproximadamente. Su altura
visible es de 135 cm, aunque las recientes excavaciones han probado que alcanza
casi los 300 cm, y su diámetro de 61 cm. Sobre la superficie de la pieza es
imposible reconocer trazo alguno. Los recientes trabajos arqueológicos indican
que, en la parte enterrada, pueden quedar algunos restos de letras, pero aún no
se ha hecho la edición epigráfica de esas evidencias.
Su uso fue modificado por las creencias populares. Primero, la
inscripción latina fue alterada por personas que hicieron cruces sobre él como
una forma de “cristianización” del propio elemento. Segundo, su forma fálica
fue interpretada como un objeto de superstición. Los vecinos le guardan tanta
fe que se santiguan cuando pasan al lado de él. Se consideró también como dador
de suerte, profiláctico y fuente de fecundidad. Las mujeres estériles frotaban
el vientre contra la piedra con el objeto de ser fértiles. Creencias y
prácticas relacionadas con las piedras que vemos en otros lugares de Galicia y
que también mantuvieron en la mayoría de los países del área atlántica europea
hasta el siglo XX, y es posible que algunas todavía pervivan.El miliario en cuestión es objeto de prácticas supersticiosas.
Se sitúa cerca de la capilla de Santiaguiño das Antas, sirviendo de
límite entre los términos de San Salvador de Louredo y Santa María de Guizán (Mos),
y San Martiño de Vilar de Infesta (REDONDELA). De esta manera, con un elemento
patrimonial tan antiguo y de tanto valor, Mos despide y Redondela da la
bienvenida a los peregrinos que van camino de SANTIAGO DE COMPOSTELA.
En las inmediaciones, también se instaló un Monumento na Honra das Muleres
Maltratadas, obra del escultor Marcos Escudero con la colaboración de Auri
Díaz Vázquez.
Coordenadas: 42°13'43.7"N 8°36'37.3"W
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Recorrer la costa de A Mariña lucense es maravilloso, cada rincón de ella
revela un idílico paisaje colmado de belleza.
En este caso compartimos nuestro
paseo, accesibles a personas con movilidad reducida, por la parroquia
de San Pedro de Cangas, pequeño pero portentoso rincón del norte de esta tierra
meiga, cuyo encanto reside sobre todo en su fascinante costa.
Empezamos la visita en un ÁREA RECREATIVA (no accesible a personas
con movilidad reducida)enclavada entre la Punta dos Castros y
la Punta do Perverso, un paraje natural e insólito de singular belleza.
Un sitio muy tranquilo donde aprovechamos para disfrutar de un agradable
picnic con unas vistas privilegiadas.
Y es que aquí, el agua salada también
besa estas costas a través del Mar Cantábrico que, con su fiereza y al mismo
tiempo calma, esculpe sempiternamente las exuberantes y llamativas formas de
los acantilados rocosos de A Mariña.
A nuestra izquierda, la ya mencionada Punta do Perverso, distinguiendo
cuevas, islotes, y mismo en los entrantes rocosos, la desembocadura del Rego
Real bajo el viaducto del Feve.
Hacia nuestra derecha la Punta dos
Castros, cuyo nombre hace referencia a un
asentamiento castreño antiguamente localizado sobre ese promontorio rocoso que
se adentra en el mar. Hoy, ese espacio característico y especial, se encuentra
ocupado en parte por el cementerio y la iglesia parroquial.
Unas escaleras no permiten descender por el acantilado hasta una fuente,
o al mar, si lo que deseamos es darnos un buen baño.
Una vez repuesto fuerzas, subimos al paseo para comenzar la caminata, cuya
senda enlosada comparte trayecto con la etapa tres del CAMINO
NATURAL DE LA RUTA DEL CANTÁBRICO (enlace a nuestro
mapa), magnífica ruta que bordea la impresionante costa cantábrica gallega desde RIBADEO
hasta LADRIDO,
a lo largo de más 150 kilómetros distribuidos en 7 etapas y 3 ramales.
Pronto llegaremos al Campo de la Fiesta, donde hay otra área recreativa,
también con mesas de piedra y zona de aparcamiento, donde nosotros dejamos el
coche.
De frente se alza la IGLESIA DE SAN PEDRO DE CANGAS, que como
dicen, se ubica donde antaño se asentaron los fenicios y más tarde los celtas.
Luego, en el siglo XIII, allí se construye un primer templo y sobre ese, el que
hoy vemos, datado aproximadamente en el siglo XVII.
En la fachada principal del templo se localiza un pórtico cerrado en el
que se abren tres puestas que corresponden con las tres naves.
Ya en el interior de la capilla mayor existe un importante retablo
barroco construido entre los siglos XVI y XVIII, y en el que se representan
diferentes figuras hagiográficas.También dentro de la Iglesia, existe la
llamada Capilla del Carme, que tiene un importante retablo restaurado
recientemente.
Una de las peculiaridades de este enclave religioso es la existencia de una
preciosa MORERA NEGRA (Morus nigra) conocida sobradamente por todos los vecinos del pueblo,
dado que numerosas generaciones vislumbraron su crecimiento, y que en la
actualidad cuenta con el privilegio de ser un árbol centenario incluido en el
catálogo gallego de árboles singulares.
La morera negra es un tipo de árbol procedente del suroeste asiático –se
cree que de alguna región en la actual China-, aunque es cultivado en la cuenca
mediterránea desde hace siglos y cuya altura oscila entre los 10 y 13 m. Se
diferencia de la morera blanca fundamentalmente por sus hojas, que los
aficionados a la botánica podrán distinguir al tacto, ya que en el caso de la
morera blanca es más gruesa y rugosa. No obstante, ambas son utilizadas para
alimentar a los gusanos de seda. Los frutos de la morera negra, que son comestibles,
tienen un color negro púrpura y se agrupan en torno a sus hojas formando
racimos parecidos a los de una mora de zarza y que botánicamente recibe el
nombre de sorosis. Las moras son comestibles incluso cuando no han madurado y
son un alimento especialmente rico en vitamina C, por lo que su jugo ha sido
utilizado históricamente para la elaboración de jarabes dedicados
fundamentalmente a aliviar inflamaciones de garganta. Además esta especie posee
otras utilidades, ya que la corteza de su raíz ha sido usada históricamente
como laxante y para combatir problemas intestinales. Con respecto a su madera,
se considera de buena calidad y, al igual que la de la morera blanca, es
empleada en labores de ebanistería porque resiste bien la humedad.
Continuamos el paseo, asomándonos al acantilado de paredes verticalesdibujados por el mar bravo, para disfrutar de unas extraordinarias
panorámicas de los islotes de Os Castelos.
Allí abajo, entre las rocas e islotes, se abre la PLAYA DE SAN PEDRO o DE OS CASTELOS, compuesta por una mezcla de bolos, roca, grava y arena. Con las mareas, el espacio de arena útil varía mucho.
En el camino nos llama la atención una pequeña cruz de piedra insertada en un muro, no sabemos si se trata de la la llamada "Cruz do Home Santo", que mencionan como cercana a la iglesia.
Seguimos por este bonito tramo de la costa colgado sobre la playa, a la que únicamente se puede acceder por unas largas y empinadas escaleras.
Desde ellas podemos advertir más cerca esas moles rocosas que afloran del
rico fondo marino, donde se crían diferentes tipos de mariscos y pescados, que
constituyen una verdadera delicia para los paladares y que forma parte de la
exquisita gastronomía de la zona.
Pasamos junto al punto kilométrico 14 del Camino Natural mencionado
anteriormente, pero en sentido contrario.
Desde aquí podemos gozar de la riqueza paisajística y ambiental de este
impresionante litoral marino, salpicado de formas caprichosas habitadas y
defendidas desde tiempos pasados, que hacen de San Pedro de Cangas un lugar bello
y singular.
Excavada en la pared vertical del acantilado distinguimos las escaleras que dan acceso a la parte baja de la playa-acantilado.
Llegamos al final de este pequeño y relajado paseo al aire libre, aunque
el camino continua, ahora inaccesible a personas con movilidad reducida, bifurcándose
en dos, para acercarse a la PLAYA GRALLEIRA O RIOSMAR, donde desemboca
el rego de Alamparte y continuar por la costa hasta Foz.
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