Pocos son los datos que se conservan sobre este monasterio, situación
idéntica a la sufrida por otros monasterios situados en el ámbito geográfico de "A Costa da Morte". Respecto a su origen, parecen situar su fundación en el primer cuarto del siglo X. Según el historiador López Ferreiro, se conserva en los índices del Archivo de San Martín Pinario, un documento sobre el Monasterio de Soandres, donde vivió el obispo Don Nuño, que hace referencia a una sentencia dada en el año 922, estando en Soandres con el Conde Froilán Menéndez.
Lucas Álvarez apunta, en virtud de los documentos conservados, que la fundación de este espacio monástico se pudo deber a los padres del Conde Pelaio, Pedro y Gotina, quien, junto con su mujer Aragonta y sus hijos, realizan una donación a la iglesia dedicada a Santiago Apóstol, San Martiño, el Salvador, Santa Eulalia Virgen, Santa María y los Apóstoles Pedro y Pablo, cuya ubicación esta «in loco Subrandes sub crepidine Montis Maioris ... territorio bregantinos iuxta hora maris Farieensis, datando el autor el documento en el año 990.
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Foto facilitada por Bregua Culleredo a través del facebook: https://scontent.flcg1-1.fna.fbcdn.net/v/t1.0-9/s851x315/114485514_705654136925349_2431906164119351433_o.jpg?_nc_cat=107&_nc_sid=dbeb18&_nc_ohc=aHPIgRwV7VEAX-oihS1&_nc_ht=scontent.flcg1-1.fna&_nc_tp=7&oh=04ba7196e8cb824094ef870d8cb1f20d&oe=5F47CFAD |
Desde su fundación este templo benedictino posee una notable importancia
al ejercer influencia sobre gran parte de lo que hoy conocemos como
Bergantiños.
Hasta el año 1351, y durante cuatro siglos, estaba bajo el patronazgo de
San Salvador. Fue entonces cuando el rey de Castilla, Pedro I, en una
demostración de la protección que profesaba al templo, decidió eximirlo de
pagar los impuestos de “yantare e colleita”. Los monjes, como muestra de
agradecimiento, cambiaron la dedicación del cenobio a San Pedro.
Fue a finales del siglo XV y principios del XVI cuando el monasterio
comienza a perder privilegios debido a la reforma de los Reyes Católicos. El templo
se convierte en esta época en un priorato dependiente del Monasterio de San
Martín Pinario de Santiago de Compostela, unión confirmada por el Papa Alexandre VI el 1 de
octubre del año 1500. La vida monástica finaliza el 6 de diciembre del año
1835. El monasterio pierde sus propiedades y su función se limita, desde
entonces, a la de iglesia parroquial.
Las reformas realizadas, especialmente durante los siglos XIV y XVIII, lo
han dotado de diferentes estilos arquitectónicos.
El templo es basilical, con tres naves y tres ábsides poligonales que en
el exterior están coronados por canecillos románicos y poseen contrafuertes
graduados. Es del más puro estilo gótico y representa la parte más hermosa y de
mayor interés arquitectónico del templo.
En el ábside central, la iluminación natural procede de los tres huecos
abiertos en el muro, mientras que los laterales sólo tienen uno.
La fachada norte conserva una parte del muro de la antigua iglesia
románica, con un fragmento de cornisa soportada por algunos canecillos con
formas geométricas simples, que se continúan un poco por la cornisa del ábside
inmediato.
También se conserva un fragmento de cornisa y canecillos en el ábside
opuesto.
La fachada barroca del siglo XVIII, se separa en tres cuerpos por dos contrafuertes en los
que en el medio está la puerta adintelada. En cada cuerpo existe una pequeña
ventana para dar luz a cada una de las naves interiores.
Una espadaña con campanario corona la fachada
En la actualidad aún se pueden encontrar entre sus muros diversos restos
de inscripciones medievales, como la que actualmente se encuentra recolocada en
un vano, alusiva al mandato del Abad Pedro que, sin duda, son restos de una
fábrica anterior que fueron reutilizados en la actual.
Pegada al muro sur de la iglesia está la CASA RECTORAL, que
conserva la estructura y claustro del que fuera el monasterio.
En su interior, buena parte del edificio actual mantiene arquitectura
gótica propia del siglo XIV, como en los ábsides poligonales cubiertos de
cúpulas nervadas y el arco apuntado triunfal.
La otra parte del templo ya es barroca y en ellas destaca su austeridad.
En la actualidad las dos capillas laterales y la central se
encuentran ocupadas por tres retablos clásicos de madera instalados en el siglo
XVIII.
En el retablo mayor podemos contemplar una IMAGEN DE SAN PEDRO (titular
de la iglesia) realizada en madera policromada, que data de la primera mitad
del siglo XIX. Representa a un hombre de edad avanzada, rostro cansado, lleno
de melancolía, barba larga, cejas dibujando un contorno nítido siguiendo las
líneas de la nariz... Se considera esta talla como neoclásica, donde los
pliegos de su vestimenta son más naturalistas y más blandos, pero siguiendo el
estilo del taller del escultor noiés Ferreiro.
En una de las columnas que forman parte del altar mayor de la iglesia,
aparece una inscripción que reza: "Don José Calvelo y su oficial José
María Brocos y Don Eugenio de Brocos. En 1825 se pintó el retablo mayor y
también se haría la figura de San Pedro". Estos datos nos ayudan a
encuadrar la obra en el período neoclásico, aunque sigue los modelos comenzados
por José Ferreiro unos años antes.
En las capillas absidiales del lado del Evangelio (bajo la advocación de
la Virgen del Rosario) y de la Epístola (San Benito), los retablos ocultan por detrás y por debajo de los sotobancos, dos ALTARES PÉTREOS góticos, contemporáneos a la cabecera de la iglesia (segunda mitad del siglo XIV), descubiertos en una intervención reciente de saneamiento de los ábsides, que han quedado integrados en la disposición en que se encontraron, con los retablos adaptados para su contemplación eventual.
Son dos mesas de altar con
cinco soportes cada una, cuatro en posición angular y uno en posición central, que
sujetan la tabla de la mesa de altar. La atribución de estas mesas como altares
se sustenta en que, los soportes centrales que sostienen la tabla, contienen
unos depósitos relicarios, situados en las oquedades existentes en el interior
del propio soporte central. En la mesa del lado del Evangelio se encontró una
caja de madera de sección circular, en la que se custodiaban envueltas en un
paño rojo dos lipsanotecas.
Sin embargo, en la de la Epístola no apareció ningún relicario, sino que este
espacio cobijaba unas cenizas. Constituyen estos altares medievales, unas estructuras
pétreas únicas en Galicia de cronología gótica, lo que sin duda, contribuye
a aumentar su valor y significación.
Cabe destacar la existencia de una IMAGEN DE SANTA MARTA, hermana
de Lázaro y María, realizada en piedra policromada y hechura rústica, de
finales del S. XVIII, procedente de la ANTIGUA ERMITA DE SANTA MARTA, que se encontraba bajo la protección del
antiguo priorato benedictino y ubicada en el hoy conocido como MIRADOR
DE SANTA MARTA.
Iconográficamente, está caracterizada por los atributos con los que se
representa tradicionalmente en el Evangelio, con su dedicación a los oficios
del hogar. De ahí que en su mano izquierda lleve un vaso y, con la derecha,
sujeta un cesto. En otra iconografía de Santa Marta, como evangelizadora de
Provenza, se representa venciendo al dragón o pulverizándolo con agua bendita.
También existe otra imagen de las mismas características que representa a
Santa Lucía.
El último fraile benedictino de Soandres fue don Justo Barrio
Castroviejo, que recibió sepultura en un nicho de cantería, que él mismo mandó
construir, adosado a los muros de la parte derecha de la puerta principal de la
iglesia. Actualmente, ya no queda vestigio alguno de esta sepultura, tan solo
unas marcas entrantes en la pared de la iglesia, a la derecha de la puerta
principal, que delatan los curiosos restos de su ubicación. Antiguamente los
cristianos recibían sepultura dentro del mismo recinto de la iglesia. El último
enterramiento efectuado dentro de la iglesia data de agosto de 1833.
En el Monasterio existía un ARA DE ÉPOCA ROMANA dedicada a
Hércules, ésta fue reutilizada como base de altar y estuvo ubicada en la
Capilla Mayor, tal como escribió el cardenal Jerónimo del Hoyo “En un altar
pequeño que está arrimado al poste principal de la capilla mayor del lado de la
Epístola, que tiene una piedra grande sentada sobre una basa cuadrada; parece
que la dicha basa fue arula gentiliçia por que tiene estas letras: IOM / HERKULI. IONICO. Mandose en
una visita picar las dichas letras, porque no quede rastro de semejante cosa”.
Dicha ara se conservó en el templo hasta el año 1909, año en el que esta pieza
formó parte de la Exposición Arqueológica celebrada en Santiago, lugar del que
nunca regresó. En la actualidad, se encuentra en el MUSEO
DE LA CATEDRAL DE SANTIAGO. Se trata de un ara votiva de granito,
perimetral con base y cornisa y con focus triangular con la presencia de una
patera con asas.
Xabier Moure nos informa, que ahora (05/03/2024), se encuentra en una exposición permanente sobre los caminos de peregrinación en el Museo do Mar de Vigo.
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Foto de nuestro amigo Alex Negreira |
En el atrio se alza un CRUCEIRO del siglo XVIII.
También, en las cercanías, se encuentra la FUENTE SANTA, de la que
brotan "aguas milagrosas", con propiedades curativas para dolencias de los oídos, según dicen las creencias populares.
Coordenadas: 43º 13' 39.9" N - 8º 29' 38.9" W
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SORPRENDENTES LUGARES DEL MUNICIPIO DE A LARACHA EN ESTE ENLACE, CON UN MAPA PARA LLEGAR A CADA UNO DE ELLOS.