El Mensaje escondido en la iconografía de los TÍMPANOS, elemento
tan propio de la arquitectura románica.
Desde el primer momento en que en las iglesias aparecen las basílicas,
siempre rematadas en un ábside semicircular, se reservó la semicúpula absidal
para allí, bien en mosaico bien en pintura, representar el CIELO, o MORADA
DIVINA.
Solían dividirla en tres partes. Era la primera, y más divina, EL CENIT.
Allí se centraba la presencia de la DIVINIDAD. El modo más generalizado
de representarla era mediante la MANO DIVINA, normalmente apresando una
corona entre rayos. También hacían presente esta divina morada con una especie
de fulgurante abanico de rayos.
Con el amplio espacio central, segunda parte, se evocaba EL CIELO
EMPÍREO, no pocas veces cuajado de estrellas. Un cielo estrellado con el
sol y la luna lo encontramos aún en torno al precoz Pantocrátor románico de la
puerta principal de la iglesia de Santa Cruz de Retorta.
Ocupaba casi siempre su punto focal la figura de Cristo, bien en persona
bien sustituido por uno de sus tres símbolos, la Cruz, el Crismón o el Cordero
Divino. Pero estaban normalmente acompañados de celestes habitantes: símbolos
de los cuatro evangelistas, ángeles, o seres humanos que ya formaban parte de
la Corte Celestial. En vez de Cristo aparecía la Virgen María, o un Santo, si
la basílica a ellos estaba dedicada.
En la franja inferior, tercera parte, era norma representar detalles paradisiacos.
El centro solía ocuparlo un montículo del que brotaban los cuatro ríos que
riegan el Edén: Tigris, Éufrates, Pisón y Guijón, símbolos en estos casos de la
gracia que santifica las almas, Se alargaba luego, ya unificados, por una y
otra parte del fondo, mostrando sus pececitos, o incluso aves acuáticas, los bordeaba una tierra paradisiaca llena de
hierba, flores, arbolitos, pájaros… Es evidente que este esquema programático
podía tener sus variantes y sus propios matices, según el artista que los
ejecutaba. Estos motivos simbolizaban o significaban EL PARAÍSO CELESTE.
Venían a representar algo así como una sublimación del Paraíso Terrenal.
Una semicúpula absidal es algo semejante a la mitad del cielo que nos
cubre, tal como lo contemplamos en cualquier sitio en el que nos encontremos
puestos debajo de él. De ahí el que todo ese conjunto de elementos decorativos
simbólicos surgiese en aquellos ábsides como un ideal modo de plasmar la divina
vida celeste, evocada por la misma forma de la semicúpula.
Pasada aquella etapa paleocristiana, y metidos ya en una baja Edad Media,
aquellas representaciones van tomando otras formas, o son sólo unas
reminiscencias de las primitivas.
Aparecido el románico, la escultura pétrea entra en los diversos
elementos de su arquitectura como una verdadera obsesión decorativa-simbólica.
Lo que no se hizo nunca fue reproducir escultóricamente en la pétrea semicúpula
absidal toda aquella grandiosa temática de los tiempos anteriores.
Pero el maestro románico fue capaz de crear a la entrada de la iglesia un
espacio semejante al ábside, para también poder plasmar allí, en la piedra,
aquellos singulares temas absidales. Este genial espacio es EL TÍMPANO y todo su entorno. Semicircular
es su forma, como la del ábside. Y un espacio semejante al de una semicúpula lo
logra el maestro románico, en cierto modo, con el elegante abocinado que se
forma con las arquivoltas que lo abrazan.
Creado el espacio, el artista románico, y después el gótico, no hizo más
que trasladar a la entrada de las más monumentales iglesias, pero ahora
esculpida en piedra, toda aquella programación iconográfica de los ábsides. Así
el fiel cristiano podía ya adoctrinarse y sentirse acogido a la puerta de la
iglesia, para luego entrar en el sagrado recinto y allí, en profundo
recogimiento, celebrar la Eucaristía y los diversos actos de culto.
A ESTRADA - SAN
PEDRO DE ANCORADOS
A
ESTRADA – SAN
XOÁN DE SANTELES
A MERCA – PORTADA DE SAN PEDRO DE A MEZQUITA
A MERCA – PORTADA SUR DE SAN PEDRO DE A MEZQUITA
ANTAS DE ULLA – SAN
SALVADOR DE VILANUÑE
BARRO
- SAN
MARTIÑO DE AGUDELO
BECERREÁ
– MONASTERIO
DE SANTA MARÍA DE PENAMAIOR
BERGONDO – CRUZ EN PORTADA DE LA IGLESIA DE OUCES
BETANZOS
– PORTADA IGLESIA DE SANTIAGO
COLES – PORTADA
DE SANTIAGO DE GUSTEI
CULLEREDO
- TÍMPANO
DE LA IGLESIA DE SANTO ESTEVO
GUNTÍN
– PORTADA
DE MOSTEIRO
GUNTÍN
– PORTADA
SUR DE MOSTEIRO
MELIDE – TÍMPANO DE SAN VICENZO DE VITIRIZ
MONFORTE
DE LEMOS - PORTADA
BILOBULADA DE SAN PEDRO DE RIBAS ALTAS
MONFORTE
DE LEMOS - PORTADA
DE SAN PEDRO DE VALVERDE
MONTERREI – PORTADA
DE LA IGLESIA DE SANTA MARÍA DE GRAZA
MONTERREI – PORTADA
DEL ANTIGUO HOSPITAL DE PEREGRINOS
MONTERROSO
– PORTADA
DE SAN CRISTOVO DE NOVELÚA
MONTERROSO –
TÍMPANO
DE SAN MARTIÑO DE FENTE
O INCIO – TÍMPANOS DE SAN PEDRO FIZ DO HOSPITAL
OURENSE
– PORTADA
LATERAL DE SANTA BAIA DE BEIRO
PALAS DE REI - PORTADA Y TÍMPANO DE SAN MAMEDE DO CARBALLAL
PANTÓN – PORTADA
DE SAN MIGUEL DE EIRÉ
PARADELA
- SANTA
MARÍA DE FERREIROS
PARADELA – TÍMPANO
DE SANTA MARÍA DE VILARAGUNTE
PONTEVEDRA
– PORTADA
DE LA BASÍLICA DE SANTA MARÍA LA MAYOR
RIANXO
- IGREXA
DE SANTA COMBA
SANTIAGO DE COMPOSTELA – EPIFANÍA DE LA CORTICELA
SANTIAGO
DE COMPOSTELA - SAN
FIZ DE SOLOVIO
SANTISO
– PORTADAS
DE SANTO ESTEVO DE PEZOBRÉS
SARRIA
– TÍMPANO
DE SANTIAGO DE BARBADELO
SILLEDA – PORTADA DEL MONASTERIO DE CARBOEIRO
SILLEDA – SAN
MIGUEL DE OLEIROS
SILLEDA – SANTIAGO DE
TABOADA
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