SAN MIGUEL DE SOUTOPENEDO, SAN CIBRAO DAS VIÑAS

La iglesia de Soutopenedo, consagrada a San Miguel, aunque en la actualidad también se honra a Santa Lucía, tiene su origen en el siglo XII, si bien cuenta con añadidos de época barroca.

 Presenta planta basilical, sobre la que se asienta una hermosa torre barroca de tres alturas, que muestra un gran balcón de piedra decorado con bolas en el primero de los tramos, en el que tiene las campanas, seguido de un tambor en el segundo cuerpo y cubierto con cúpula coronada por una cruz de hierro, posiblemente del siglo XVIII, que nos permite admirar la que quizás sea la balaustrada más hermosa de todo el Concello, rematada en cada una de las esquinas con pináculos de bola, en granito macizo.


El tejado, a dos aguas, deja ver unas pequeñas y alargadas gárgolas que se empleaban para aliviar el agua de la lluvia, o simplemente para decorar o alejar los malos espíritus o ahuyentar a los infieles del cementerio.


Si se observa detenidamente la iglesia, se puede apreciar claramente que la altura que presenta no es la que inicialmente iba a tener cuando se comenzó su construcción. Algo sucedió que obligó a parar la obra, en altura, dejando a la vista parte de lo que sería la iglesia por dentro.
En el norte, probablemente de la restauración barroca, del siglo XVIII, se abre una puerta tras escaleras y balaustrada de forja, para acceder a la torre campanario.

Los paramentos de la iglesia son de perpiaño en la parte moderna y de mampostería concertada en los muros románicos, donde todavía conserva canecillos en sus cornisas.

La fachada sur de la nave mantiene su factura originaria, aunque sufrió también alguna reforma, como atestigua la portada que en él se abre.

 

Fue rehecha utilizando sillares originales junto a otros modernos, destacando los nuevos por presentar un granito gris, diferente del dorado empleado en la obra románica. 
De este período, solo quedan cuatro de las dovelas que conformaban el arco semicircular evidenciado en el muro, componiendo ahora uno irregular que cobija un tímpano del mismo perfil liso, en cuyos extremos, unos salientes rectos se adosan al salmer de dicho arco; es posterior al resto del muro, habiendo sido labrado en el mencionado granito gris, al igual que la losa trapezoidal que lo sustenta.


El bloque situado inmediatamente debajo de la losa que constituye el dintel del lado occidental, tiene labrada una cruz de brazos ensanchados inscritos en un círculo, iguales a otras que se encuentran desplegadas por el exterior del templo.

La cornisa, moldurada en un grueso listel adornado con bolas, se apoya sobre una serie de dieciséis canecillos, entre los que dominan los temas figuradossolo cinco son de ornamentación geométrica.

Abundan las representaciones de animales, sobre todo de sus cabezas, carneros, lobos, un zorro, dos felinos que aparecen sentados de cuerpo entero.

 

Por su parte, las representaciones humanas incluyen la de un hombre sentado con las piernas flexionadas, muy separadas, que, apoyando el codo derecho sobre su rodilla, lleva su mano cerrada en un puño hasta su cara, haciéndola reposar sobre aquel.

 Otro canecillo exhibe una cabeza de mujer, de rostro redondo y grandes ojos, que se cubre con una toca, mostrando así su estatus de casada.

 También se exhibe la cabeza de hombre barbado de pequeños ojos almendrados, ceñida por una corona formada por hojas treboladas de nervios excavados, quizá como imagen del justo que vence al pecado: “Feliz el hombre que soporta una tentación, porque al quedar probado recibirá la corona de la vida que el Señor prometió a todos aquellos que le aman.”

Coronando la fachada norte, una cornisa igual a la que se halla en el lado sur, también con sus dos segmentos más orientales adornados con bolas y el resto mostrando su nacela lisa, se sustenta sobre quince canecillos,



 La puerta principal es de estilo renacentista, con escudo sobre ella y una ventana central con dos óculos a sus lados como tragaluz, el de la derecha reutilizado como reloj.

 
Quizás sirviese para suplantar al antiguo solar, situado en la esquina sur-oeste.

Por el lugar pasa la RUTA DE SENDERISMO que desde Boutureira y pasando por el Muiño de Soutopenedo, llega hasta esta iglesia de San Miguel y finaliza tras los 2,4 kilómetros del recorrido, en el Cruceiro de Soutopenedo.

 INFORMACIÓN RECOGIDA DE LOS SIGUIENTES ENLACES:

http://patrimoniogalego.net/index.php/39133/2013/03/igrexa-parroquial-de-san-miguel-de-soutopenedo/

https://sancibrao.es/wp-content/uploads/2016/05/Patrimonio-Cultural.pdf

https://sancibrao.es/wp-content/uploads/2016/05/Cuadriptico-Senderismo-2013.pdf

VISITA OTROS SORPRENDENTES LUGARES DEL MUNICIPIO DE SAN CIBRAO DAS VIÑAS, EN ESTE ENLACE, CON UN MAPA PARA LLEGAR A CADA UNO DE ELLOS. 

SANTA BAIA DE BEIRO, OURENSE

La primera mención documental del topónimo de Beiro aparece en un diploma de Alfonso VII otorgado en Valladolid en 1155. En él, el emperador confirma al monasterio de Santa Comba de Naves una serie de posesiones en diversos lugares que ya habían pertenecido a su abuelo, Alfonso VI. También Alfonso VII, junto a su madre la reina doña Urraca, hacen donación de la iglesia de Beiro a los caballeros Oduario Ordéñez y Ares Fernández por los servicios que estos les habían prestado. De ellos, o bien de sus descendientes, pasó por donación al cercano monasterio de monjas de SAN MIGUEL DE BÓVEDA (Bóveda de Amoeiro).


La iglesia de Santa Baia de Beiro, es un arquetipo del románico rural gallego que conserva gran parte de su aspecto original. Dada la similitud con la portada de la CLAUSTRA NOVA, se puede situar a principios del siglo XIII.


La portada principal, cubierta con un pórtico añadido siglos después, tiene dos arquivoltas de medio punto con decoración vegetal de clara influencia mateana, lo mismo que los capiteles.


 El tímpano original no se conserva. 

No obstante, sí se conservan las mochetas que rematan las jambas de los arcos. Se trata de unas robustas cabezas de animales monstruosos con pequeñas diferencias, que recuerdan a las que se pueden encontrar en el mateano PÓRTICO DE LA GLORIA, aunque su referente más inmediato serían los canecillos que sustentan el alero del muro septentrional de la capilla mayor de la CATEDRAL DE OURENSEFijémonos en sus garras, la de la derecha con cinco dedos...

... y cuatro en la de la izquierda.

Sobre la portada, un tornalluvias sostenido por una serie de diez canecillos entre los que destacan los figurados.

Así, tenemos tres figuras humanas:...

...una de ellas muestra a un hombre representado de cuerpo entero, sentado, y que apoya las manos sobre sus rodillas, sosteniendo sobre su regazo un libro...

... y otra que toca el DOLIO.

En el hastial oriental de la nave, destaca, en su ápice, el Agnus Dei, en este caso representado por un carnero de largos y curvados cuernos que avanzan hacia la cara, que porta sobre su lomo una cruz cuya parte central está formada por un círculo en el que se han vaciado cuatro lóbulos. Del círculo sobresalen los cortos brazos, ligeramente ensanchados. 

El ábside, de tipo semicircular precedido por un tramo recto, se divide en cinco paños por medio de cuatro columnas entregas. Tres componen el hemiciclo, mientras que los otros dos, uno en cada fachada lateral, conforman el mencionado tramo recto. El tramo que precede a la curva descrita por el ábside, en el lado meridional, se halla parcialmente oculto por la moderna sacristía, aunque se puede apreciar el único canecillo. 


Muestra una figura humana desnuda, probablemente masculina, que se presenta a cuatro patas, precisamente para soportar el peso de la cornisa. 

A este tramo le sigue el que inicia el semicírculo, situado en el Sureste, y delimitado por dos columnas entregas. La ventana que se abre en él no se encuentra a la vista, al haberse adosado la sacristía a esta parte del muro, aunque se conserva en el interior de esta. La estructura de la sacristía también enmascara parte de los fustes y las basas de las dos columnas entregas que delimitan este segmento absidal, si bien se conservan a la vista ambos capiteles. El meridional muestra un ave de largas patas picoteando la bola en la que se ha plegado una hoja,...

... mientras que el oriental presenta el tema de Daniel entre los leones. Este, vestido con un faldellín liso, ajustado con una cuerda atada a la cintura, apoya reposadamente, en un gesto de calma, las manos sobre las cabezas de los animales que, situados en los laterales del capitel, llevan sus testas hacia los ángulos. 

Entre ambas columnas se disponen dos canecillos: uno presenta la cabeza de un animal, un equino o quizá un cánido; el otro está formado por un corto cilindro envuelto en una lengüeta. 

El segmento oriental del ábside muestra una ventana, en cuyo capitel meridional se representan dos animales híbridos afrontados, de cabeza, cuello y alas de ave y cuerpo de cuadrúpedo, componiendo la figura de unos grifos, motivo que se repite en el capitel septentrional del arco triunfal. El septentrional muestra unas grandes hojas de bordes lisos bajo cuyo ápice se cobijan unas bolas. 




Por su parte, la cornisa de este tramo oriental del ábside se sustenta sobre cuatro canecillos...


... que, de Sur a Norte, muestran: un motivo vegetal a base de lo que parece una piña que surge de un largo tallo al que unas incisiones oblicuas le dan el aspecto de una cuerda; dos rollos;... 


...
una gran cabeza de animal, quizá un felino, bajo la que extiende sus patas delanteras;...


...y un mono representado de cuerpo entero, que tapa sus orejas con las manos, apretando los antebrazos contra su cara. 

El tramo septentrional del hemiciclo absidal se abre en una ventana, igual a las otras,...

... si bien su capitel oriental muestra tres grandes y carnosas hojas de bordes lisos.

 El capitel opuesto presenta lo que parecen tres aves, de mayor tamaño la central, de cuerpo robusto y alas plegadas. 

La cornisa en este tramo es sustentada por dos columnas y dos canecillos. 

La columna septentrional muestra en la cara de su capitel un extraño cuadrúpedo de larga lengua bífida, cuya cabeza y ancas son picoteadas por dos estilizadas aves zancudas, situadas una en cada lateral. 



Por su parte, los canecillos exhiben: una cabeza de animal; un cánido o quizá un cerdo; un grueso cilindro situado en la parte superior, de laterales adornados con formas florales y ceñido por una estrecha lengüeta. 

Estos son los canecillos no figurados que sostienen el alero en el ábside.


El paramento de la fachada septentrional de la nave es dividido en tres paños por cuatro contrafuertes y está rematando por una cornisa sustentada por cuatro canecillos en cada tramo del paramento comprendido entre los contrafuertes. Todos ellos, mostrando una superposición de planos, presentan en el último de ellos una serie de motivos geométricos entre los que abundan las cartelas que enrollan sus extremos, cilindros u otras formas poliédricas. 






En el paño central se abre una portada moldurada, con dos arquivoltas que parten de ambas columnas rematadas en refuerzos moldurados.

La imposta en el lado derecho es vegetal, en forma de hojas.

Mientras que la lado izquierdo, se adorna con una sinuosa serpiente mordiendo a un cuadrúpedo en una pata. El cuerpo de la serpiente comprende la longitud total de la parte frontal del cimacio, prolongándose su cabeza hacia la zona interna del mismo. 

En el segmento interior, pues, se encuentra la cabeza del ofidio, que muerde la parte superior de una de sus patas posteriores. 

La representación de una serpiente como ornamentación, de forma individual, la encontramos ya en una iglesia datada en 1127. Se halla en SAN LOURENZO DE PEDRAZA (Monterroso), en el ábaco derecho de la ventana que se abre en su testero, pudiendo tratarse, como apunta Yzquierdo Perrín, del primer templo románico en el que se manifiesta dicho motivo decorativo. 


Este es de uso poco común en el románico gallego, pudiendo encontrarlo, junto con otros elementos y de forma muy poco frecuente, en plintos. Sería el caso de Santa Eulalia de Aguada (Carballedo, Lugo), donde en la parte frontal del plinto septentrional del arco triunfal se dispone la imagen del ofidio, mientras que en la zona oriental hallamos un pez. Es más frecuente encontrar escenas similares en la decoración de capiteles, basas y canecillos. Así, tenemos el ejemplo del alero meridional de la nave de la iglesia de SANTA MARÍA DE NOGUEIRA DE MIÑO (Chantada). 

En la provincia de Ourense contamos con los ejemplos de la cobija de la fachada meridional de la nave de SAN MAMEDE DE MOLDES (BOBORÁS),...

SAN MAMEDE DE MOLDES

... el cimacio del soporte interior sur de la portada principal de SANTO TOMÉ DE SERANTES (Leiro),...


... en una metopa del tornalluvias ...


... y en el cimacio que se apoya en el capitel de uno de sus vanos, ambas en SAN PEDRO DE A MEZQUITA (A Merca), o bien con el ábaco también meridional de la parte interior de la ventana absidal de SANTO EUSEBIO DA PEROXA (Coles). 


Por su parte, el tímpano muestra lo que parece una representación de un lobo en actitud de marcha. 



No es el timbal original románico, pues fue reemplazado en las reformas barrocas del siglo XVIII. Hoy el primogénito (y que algunos autores señalan como el de la portada principal), se puede distinguir en el muro de una casa particular en el lugar de Turei. Llego a esta casa tras aquella modificación del templo, como dádiva a un antepasado del actual propietario, al que agradecemos su cortesía por permitirnos fotografiarlo y relatarnos como llego ahí.

  Es uno de los tímpanos con el episodio veterotestamentario que el estudioso Xosé Ramón Fernández-Oxea (Ben-Cho-Shei), inventarió como “Os sete tímpanos galegos coa loita de Sansón e o león“...

... atribuidos, gracias a las inscripciones referidas en la iglesia de SANTA MARÍA DE TABOADA DOS FREIRES, al maestro Paio (Pelagius), artista medieval en el territorio gallego del siglo XII.  

SANTA MARÍA DE TABOADA DOS FREIRES

Los otros cinco serían: el de SAN MARTIÑO DE MOLDES, en Melide;...  

SAN MARTIÑO DE MOLDES

... SAN XOÁN DE PALMOU (Lalín, Pontevedra); PAZOS DE SAN CLODIO (San Ciprián das Viñas, Ourense); SAN MIGUEL DE OLEIROS ...

SAN MIGUEL DE OLEIROS

 ...y SANTIAGO DE TABOADA (ambas en Silleda, Pontevedra)

El tema de la lucha de Sansón con el León es muy remoto y de gran tradición en la iconografía cristiana desde la alta edad media. Abundan sus representaciones a lo largo de los caminos de peregrinación, tanto en España como en Francia, existiendo también notables ejemplares en Italia.


De la remodelación barroca, en gran medida atribuible a don Juan Antonio de Heredia, abad de Beiro entre 1728 y 1781, y a la que se refiere una inscripción en la fachada meridional de la capilla del Carmen, destacan la espadaña, la escalera exterior y el cimborrio que corona la construcción.




Alrededor del templo observamos, el busto del recordado párroco Basilio Álvarez, vinculado al movimiento agrario gallego, natural del término.


Además, por el lugar transcurre la etapa vigésima de la Ruta Literaria Carlos Casares, escritor al que en el año 2017 se le dedicó el Día de las Letras Galegas.



Y también, una ruta en la que poder admirar 20 antiguos hornos comunales, como este de Santa Olaia...



… o el del cercano lugar de Turei, al que fuimos buscando el tímpano.