La calle
Ancha o Real y los Cantones, constituyen el auténtico corazón de la Villa. Desde las últimas décadas
del siglo XIX, este espacio se erigió como su centro comercial.
Las construcciones que lo rodean, CASAS NOBLES
con esquinas y marcos de granito, balcones de hierro forjado y blancas galerías,
acogieron a las más importantes agrupaciones sociales que se formaron en la
localidad.
En ellas nacieron y residieron, además, los
personajes más representativos que Santa Marta le dio a la política y a la
cultura durante la Edad Contemporánea.
Una de estas señaladas edificaciones acoge el
interesante MUSEO ORTEGALIA, cuyo
principal objetivo es la divulgación del patrimonio de la comarca. De
entre todos los elementos que se pueden contemplar en el museo, cabe destacar
la cámara megalítica más antigua de Galicia, que data del 4400 a.C.
Como presidiendo la entrada a estas principales
rúas, se levanta majestuoso el CONJUNTO CONVENTUAL,
cuyos orígenes se corresponden con unas primeras edificaciones construidas en
la primera mitad del siglo XVI, destinadas al convento de la Orden de los
Dominicos instalada en la Villa desde 1303.
El convento originario fue destruido por un incendio en el año 1550, datando del s. XVIII, las edificaciones que han llegado hasta nuestros días.
El Convento con el claustro, y la Iglesia con su atrio, ocupan una superficie total de 5.000 metros cuadrados, acogiendo hoy en día la Casa Consistorial, el Teatro de la Beneficencia y la Iglesia parroquial.
La fachada principal, que hace ángulo con el
atrio de la Iglesia, tiene un reloj guardado por una especie de pequeña
claraboya, obra del coruñés Ramón
Antonio Iglesias, quien lo instaló en el año 1862. Su esfera está coronada por
una campana fundida en MONDOÑEDO.
La iglesia
del antiguo convento es la parroquial de la villa de Santa Marta desde 1848. De nueva
construcción, se levantó según el proyecto y bajo la dirección del maestro de
arquitectura lugués Blas de Barros. Adosada a las que fueran el resto de las
dependencias monacales, tiene planta de cruz latina con una sola nave, cabecera
con capillas laterales, una única torre y claraboya de tambor sobre el crucero.
Se accede a la puerta principal por un pórtico de
cuatro arcos, sobre los que se muestran en el piso superior, otros tantos balcones.
La torre de tres cuerpos de ancho decreciente
tiene treinta y seis metros de altura.
Anteriores a la construcción del templo
parroquial, son los importantes retablos que guarda en su interior, así como
una lápida sepulcral de alabastro con letras góticas del siglo XVI, que guarda
los restos de Martín de Basoa.
Frente a este monumental conjunto, el edificio
del antiguo
mercado situado en el mismo lugar que ocupó la cárcel derribada en 1857. El
inmueble actual se construyó en 1917 y sustituye a uno anterior del año 1861.
En este lugar se celebraba un animado mercado
todos los domingos y jueves del mes. En esta ocasión, el entorno acogía de
nuevo a muchos de los vecinos y visitantes de la villa para honrar a su
patrona, la Virgen de Santa Marta.
Interesante igualmente es el BARRIO DE PONTO, en
el que residieron los primeros habitantes de Santa Marta. Está formado por
calles irregulares y estrechas, como la mayoría de las casas que a ellas
asoman.
Por esas callejuelas ascendemos a lo más alto de
la colina que domina la Villa para visitar el MUIÑO DE VENTO DO CAMPO DA
TORRE.
El emblemático molino fue construido en el año
1888 en un lugar de marcado interés arqueológico. No en vano, en este
emplazamiento se levantó, en su día, un poblado castreño (se conserva el foso
que rodea la cúspide de la colina) y, posteriormente, una fortaleza medieval
reformada en época moderna.
De cuerpo cilíndrico, cubierta giratoria y con
cuatro pares de aspas, quienes asciendan a la zona verde y visiten el inmueble
podrán descubrir su impresionante engranaje que conserva las dos piedras de
moler, una para el trigo y otra para el maíz, y conocer su funcionamiento
gracias a la Fundación Ortegalia, que en el año 2005, le devolvió su esplendor
tras décadas en estado ruinoso.
Desandamos nuestros pasos, para encontrarnos
inmersos de nuevo en la celebración de sus fiestas patronales, pero no la única
cita ineludible del verano, pues Ortigueira, con su “FESTIVAL INTERNACIONAL DO MUNDO CELTA”, es sin duda alguna, uno
de los referentes mundiales de la música folk.
Convertido por méritos propios en uno de los
eventos musicales más multitudinarios de toda España. Su magnitud excede ya lo puramente
musical, para consolidarse como un espacio libre donde confluyen gentes
llegadas de los más diversos puntos de la geografía.
Poco más que ese espíritu de libertad y el
carácter folclórico del evento quedan de aquel festival artesanal que nacía en
el año 1978, fruto del esfuerzo de la Escola de Gaitas de Ortigueira, liderada
en aquel momento por Xavier Garrote.
La fuerza que ha cobrado el Festival organizado
por el Ayuntamiento de Ortigueira, le valió el galardón de Fiesta de Interés
Turístico Nacional. Pero los reconocimientos irían aún más allá. En 2005 el
certamen entró en el selecto grupo de eventos de Interés Turístico
Internacional.
Pero además de patrimonio arquitectónico y
magnificas fiestas, Ortigueira está rodeada de un importante ESPACIO NATURAL,
como es este de la Ría
de Ortigueira, y el de la RÍA DE LADRIDO.
Uno de los humedales más importantes de Galicia, que constituye a nivel mundial, una importante área de alimento y refugio de aves, así como, una no menos importante zona de riqueza botánica. Adquiriendo tal importancia, que ha llevado al conjunto a ser declarado: Zona Ramsar (Humedal de Importancia Internacional); Zona de Especial Protección para las Aves (ZEPA); y Lugar de Importancia Comunitaria (LIC Ortigueira - Ladrido).
Disfrutaremos de este espacio recorriendo la Ruta del borde litoral de Ortigueira (Sendero Azul), que partiendo desde la misma Villa,...
... nos acerca frente a la ISLA DE SAN VICENTE, en la reconocida PLAYA DE MOROUZOS.
INFORMACION RECOGIDA DE ESTE ENLACE