SAN MARTIÑO DE BANDOXA. OZA - CESURAS

En el año 830 se menciona en un documento de la iglesia de Iria, y consta como iglesia monástica en tiempos de Bermudo II (982-999). Se dice que en origen fue una capilla en honor de San Martiño fundada por un ermitaño y otras personas que se le unieron, quienes la levantaron para recordar así un cenobio que hubo allí en tiempos del Dumiense. Después de ser abandonado, fue restaurado como monasterio dúplice en 1118 por el presbítero Romano Rodríguez y su hermana Gudigeva quienes, entre 1152 y 1155, se lo entregaron a Martín Peláez como abad.


De la fábrica románica (fines del siglo XII o principios del XIII), poco ha llegado hasta la actualidad, excepto el arco de acceso al presbiterio, parte del lienzo norte de la nave y algunos elementos de la antigua portada occidental. El resto de la iglesia está reformada.



En el interior destaca el arco triunfal de directriz apuntada, doblado y de sección rectangular, similar al de San Martiño de Tiobre y el de San Xián de Coirós. Se apea sobre dos semicolumnas adosadas muy esbeltas, aunque con una ligera inclinación hacia el interior, situadas sobre dados que sobresalen poco del nivel actual del suelo. Las basas áticas recuerdan a las de San Xoán de Anceis, Santa María de Lañas (Arteixo) y San Xián de Coirós, ya que en lugar de garras presentan hojas. La del lado norte tiene una inscripción en la cara mayor del plinto con las letras M B I, de significación desconocida, aunque Angel del Castillo indica que fueron escritas en el momento de construcción de la iglesia.




En el muro norte de la nave se distingue claramente la hilada de sillares a partir de la que se produce un cambio y está reconstruido el muro. Presenta cuatro contrafuertes prismáticos que no alcanzan el alero, aunque sobrepasan el nivel del paramento antiguo: uno en cada extremo y los dos restantes, menos gruesos, se encuentran hacia el centro. Entre ellos asoman dos piezas como las que se utilizaban para sostener un pórtico de madera. 






Cabe la posibilidad de que en este lado de la nave hubiese una pequeña puerta, aunque las reformas sufridas por el edificio han borrado todo vestigio de la misma. Hacia los pies de la nave asoma una saetera con el remate modificado, pues es adintelada.



En la fachada principal se abre una sencilla puerta con dos arquivoltas semicirculares que descansan directamente en las jambas, de las que están separadas por impostas de nacela erosionadas. La interior está decorada con unos boceles y medias cañas, mientras que la mayor presenta varias filas de billetes muy deteriorados. El uso de los billetes se popularizó en Galicia durante el siglo XII, y llegó a ser un motivo ornamental habitual, especialmente en los últimos decenios del siglo. La puerta occidental de Bandoxa carece de tímpano, lo que resulta excepcional entre las iglesias del golfo ártabro, pero se pueden encontrar en otros lugares, como en la portada norte de SANTA MARÍA DE ACIVEIRO (Forcarei, Pontevedra). Tanto el tímpano como las columnas acodilladas que sostenían los arcos se perdieron; aunque todavía se conservan dos pequeñas basas áticas, una a cada lado de la puerta, que prueban que esta portada era abocinada.
INFORMACIÓN RECOGIDA DE LOS SIGUIENTES ENLACES

ARTE ROMÁNICO EN EL GOLFO ÁRTABRO Y EL ORIENTE CORUÑÉS (pdf) pag. 364.


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