“A SANTO ANDRÉ DE TEIXIDO, VAI DE MORTO QUEN NON FOI DE VIVO”
Así reza el famoso dicho popular, que hace referencia a este mágico pueblo
emplazado en la Sierra de la Capelada, resguardado en un pequeño valle al borde
del Oceáno Atlántico y encajado en los Acantilados más altos de Europa.
VISTAS DESDE EL MIRADOR DE CHAO DO MONTE |
Esta tierra aúna: mitológicas leyendas e historias que nos hablan del
lugar;...
...el legendario culto al Santo en su pequeño santuario de peregrinaciones;...
... los rituales de la “Fonte do Santo” (Fuente del Santo), con sus reveladoras profecías;...
... las hechicerías de la “herba namoradeira” (hierba de enamorar), que crece en
los alrededores;...
... los amilladoiros, testimonio pétreo del paso del peregrino...
... o los
“sanandresiños”, tradicionales amuletos que procuran la ventura.
Una de las LEYENDAS, señala a San
Andrés triste y decaído, envidioso de la afluencia de peregrinos a Santiago. Un
día, recibe la visita del mismísimo Señor en compañía de San Pedro, trasladando
su desánimo al Hacedor. Este le promete, que a su santuario acudirían en
romería todos los mortales y quien no lo hiciera de vivo, vendría a verle de
muerto.
Por otro lado la Leyenda cambia y cuenta que uno de los doce
Apóstoles llegó en barca a los acantilados de Teixido, esta naufragó, quedando
convertida en el peñasco conocido como A Barca de San Andrés.
El mal
trago fue compensado con la promesa que Dios le hizo, según la cual, tendría un
santuario y una romería que duraría hasta el fin del mundo y que todos, vivos o
muertos, habrán de acudir al lugar. Así las almas de los que no fueran a San
Andrés en peregrinación de vivos, se reencarnan en el cuerpo de un lagarto,
sapo o culebra y en tales condiciones, se verán obligados a hacer la romería.
Enclave mitológico, recibe su nombre por la abundancia de tejos en el entorno. Árbol
mágico de los druidas, sagrado para celtas y germanos y asociado a lo largo de
la historia a la vida y a la muerte. Pero también es conocido por San Andrés de
Lonxe o San Andrés Do cabo do mundo.
Un pequeño rincón, que alberga un sencillo santuario en torno al que se
ubican apenas una treintena de viviendas, singulares por su estética, que a su
vez, toman del propio templo. En un paraje natural casi salvaje y sin embargo,
durante todo el año, día tras día (aunque el 8 de septiembre es el día en que
se celebra la romería más importante del año), mantiene vivo el poder de atraer
la atención de cientos de personas llegadas de todas partes del mundo, para dar
gracias al santo por su ayuda o para pedirle algún favor. Por ello, se ha convertido en el segundo mayor
centro de peregrinación de Galicia, sólo superado por Santiago de Compostela.
Se cree que la peregrinación a Teixido comienza en la Edad de Hierro,
durante la Cultura Castreña, aunque el primer registro aparece en el año 1391,
en el testamento de una señora de Vivero, cuyo original en gallego antiguo dice
así:
“Iten mando yr por min en romaria a
Santo Andre de Teixido, porque llo tenno prometudo, et que le ponnan enno seu
altar hua candea commo he hua muller de meu estado” (hago ir por mí en
romería a San Andrés de Teixido, porque se lo tengo prometido, y que le pongan
en el altar una vela del tamaño de una mujer de mi estado)
Curiosamente, en la zona de Cotobade, se le llama CAMIÑO DE SANTO ANDRÉ a la Vía Láctea y se dice que termina encima de la capilla del
santuario.
El que se ofreció a San Andrés y no fue de vivo, tiene que ir de muerto,
y para eso una manera de cumplir con la romería es, con la ayuda de los
familiares vivos o conocidos (normalmente dos), acompañando al ánima del
finado. Antes de comenzar la peregrinación, los parientes van al cementerio
donde se encuentra la tumba del difunto, para invitar al espíritu del muerto a
hacer el viaje con ellos.
Los romeros que tengan como destino San Andrés, deben portar una piedra
que arrojarán a los AMILLADOIROS (numerosas montañas de piedra coronadas
por una cruz metálica a los pies del camino), que según cuentan, en el Juicio
Final, hablarán y dirán quién cumplió con la promesa de acudir al Santuario.
Un austero TEMPLO, del que se tiene constancia desde el siglo XII
bajo la protección de los Condes de Traba.
En 1196 se lo entregaron a la orden de San Juan de Jerusalén, los cuales tenían su base en Portomarín.
Años más tarde el templo pasó a manos de los Andrade de San
Sadurniño, familia de la que se
conservan sus escudos en la fábrica, junto con la cruz de los Caballeros de la Soberana Orden Militar y Hospitalaria de San
Juan de Jerusalén, de Rodas y de Malta.
Atendiendo a su estructura se trata de un templo gótico de tipología
marinera. El elemento antiguo que se conserva es el arco triunfal, de tipo
apuntado.
Las partes más antiguas corresponden a la época de los Andrade: el ábside
-que era inicialmente abovedado- y la puerta lateral compuesta por un arco conopial de tipo isabelino (propio del gótico
tardío), y que debió de servir de puerta principal del templo desde el siglo XV
al XVIII.
Este diseño se complementó con la construcción de la nueva fachada y la
torre campanario, terminada en 1781 gracias al aumento de los beneficios
producto del auge romera de la época.
La capilla mayor data de 1789 y fue realizada por Miguel López de la
Peña.
En el año 1970, se descubrieron pinturas murales con la representación
del martirio de San Andrés.
Es tradición que los fieles depositen velas, especialmente en forma de la
parte del cuerpo que desean sanar. Tampoco resulta extraño, observar junto al
altar objetos personales e imágenes de romeros que, sin duda, desean recibir
alguna concesión por parte del santo.
Pero para tener la certeza de que el deseo se hará realidad, es necesario
cumplir con otro de los ritos que perviven en San Andrés. Beber de la FUENTE
DEL SANTO o Fuente de los Tres Caños, pedir a San Andrés un deseo y echar
en el agua un pequeño trozo de pan, que si no se hunde atraeremos la buena
fortuna a nuestra vida (al menos durante un año). Hoy beber no podremos, pues
el agua (que según las leyendas brota de un manantial cuyo origen se encuentra
bajo el altar del templo), no es potable.
BAJADA A LA FUENTE |
En uno u otro caso, el peregrino aún podrá atraer la fortuna con los SANANDRESIÑOS.
Convertidos hoy en día en auténticos amuletos, están elaborados con miga de pan
sin fermentar, horneada y coloreada por los vecinos de Teixido. Sus cinco
formas representan motivos vinculados a San Andrés, como: LA FLOR pide por el
amor; LA MANO por el buen hacer en los estudios; EL PEZ por el sustento; LA
BARCA me protege en los viajes; LA ESCALERA me ayudará a mejorar en el trabajo
y los negocios; LA FIGURA DE SAN ANDRÉS por la salud y la amistad; LA CORONA
DEL SANTO y LA PALOMA, símbolo de la paz.
No es el único símbolo de la buena fortuna que guarda para el romero San
Andrés. Durante siglos, la tradición oral también ha conferido propiedades hechiceras
a una peculiar planta que brota en los alrededores del santuario. Conocida como
la HIERBA DE ENAMORAR o herba namoradeira (armeria pubigera),
se dice que se recogerá en la noche de San Juán, escondiéndola en el bolsillo de la persona
a conquistar sin que ésta se dé cuenta. La hierba se encargará de hacer el hechizo, más conviene estar bien seguro de
la decisión, porque no hay vuelta atrás.
Paisajes; historias; mitos; tradiciones; leyendas; ritos o hechizos,
constituyen la esencia de San Andrés de Teixido, al que va de muerto quien no
fue de vivo.
Programa Lendas Vivas de V Televisión sobre San Andrés de Teixido.
INFORMACION RECOGIDA EN LOS SIGUIENTES ENLACES
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estupendo reportaje.
ResponderEliminarMuchas gracias Marisa!
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