El 29 de julio del 2018, asistimos a una de las celebraciones más curiosas del mundo, como llevó a catalogarla el rotativo británico The Guardian. La secular trayectoria y sus hechos diferenciales, donde perviven formas ancestrales, suscitan la curiosidad de propios y extraños sobre esta romería de los muertos.
La Romería de Santa Marta de Ribarteme es una celebración anclada en el tiempo, cuya primera mención escrita se sitúa en el 1700. No obstante, las raíces de esta Romería se hunden en el Medievo.
En su origen subyace un componente del alma gallega que busca respuestas a las complejidades de la vida en el ámbito espiritual. Así, miles de peregrinos visitan cada año el Santuario de Santa Marta de Ribarteme, para pedir la intercesión de la venerada Santa en su auxilio, o de familiares y allegados; o bien agradecer los favores recibidos en episodios de difícil tránsito de la vida.
Plegaria que entonan los romeros cantores que cada año peregrinan al santuario de Ribarteme. “Virxen Santa Marta, reina de la gloria, todo el que se ofrece, sale con victoria”; Virxen Santa Marta, estrela do norte, que lle deu a vida ó que estivo á morte”.
La procesión que se desarrolla a mediodía, es el ritual presidido por la imagen de Santa Marta, seguida por “As mortallas”. Ofrecidos, devotos y peticionarios de favores a Santa Marta que acuden a las celebraciones eucarísticas enfundados en sudarios o mortajas, para caminar durante la procesión junto a la Santa con sus velas de cera en mano, algunos de rodillas e incluso descalzos, buscan en el sacrificio el fortalecimiento de su espíritu.
Pero sin duda alguna, otro de los hechos diferenciales que más llama la atención es la “procesión dos cadaleitos”. Ataúdes en procesión, con los ofrecidos vivos en su interior, a hombros de familiares y amigos, siguiendo la imagen de Santa Marta, para solicitar su intervención en favor de sí mismos o de un familiar enfermo grave.
El desfile procesional es seguido en su recorrido por la banda de música y otros muchos visitantes que observan con admiración este ritual.
Una costumbre caída en desuso, por prohibición de los administradores eclesiásticos fue “Os poxos”. A lo largo del recorrido que protagoniza la imagen de Santa Marta en procesión por el santuario, portada a hombros de los devotos, se van sucediendo los portadores previo donativo a la Santa, fieles a un código de relevos no escrito y admitido por todos. Siempre ha suscitado gran interés entre los seguidores ser el último en adentrar la imagen en el templo, dispuestos a depositar la oferta mayor, en la subasta o puja que se establecía ante las puertas del templo, al remate de la procesión. Este ritual se iniciaba a la voz del conductor “devotos de Santa Marta polos banzos dianteiros”, adjudicando a la de tres, al mejor postor, el derecho a meter la imagen.A continuación, y de igual manera, repetían los “banzos traseiros”. Siempre eran mejor valorados los delanteros, en ocasiones muy solicitados por emigrantes de América.
También recibieron la denominación de “poxos”, la subasta de animales y enseres donados a la Santa que, cada tarde del día 29, se realiza ante los asistentes, quedándose con la pieza el mayor postor. Terneros, potros, corderos, gallinas, fueron habituales todavía en estas subastas a lo largo del siglo XX
Otra costumbre caída en el olvido fue la de “Os andores”. En décadas pasadas las imágenes de los santos que acompañaban a Santa Marta en procesión, eran revestidos con ornamentos florales. De similar decoración vegetal, posiblemente de influencia de la tradición portuguesa y la proximidad de los “maios”, la procesión de Santa Marta de Ribarteme, exhibió en décadas pasadas, ramos y “espadañas” florales portadas por jóvenes del lugar, que aportaban una significación de vital colorido, en contraste con los “cadaleitos” que les seguían.
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La fiesta mayor de esta recóndita aldea gallega se convirtió, a lo largo de los siglos, en una romería universal de interés turístico, donde permanecen formas ancestrales, apreciadas por los estudiosos de la antropología social, reporteros y literatos.
Muchos visitantes observan con admiración este ritual y luego disfrutan del «pulpo á feira», churrasco, juegos infantiles y de música en directo.
Por último, señalar que el actual Santuario es una construcción de 1808 sobre una capilla anterior. En 1939, a pocos meses de terminar la contienda de la Guerra Civil española, un gran incendio destruyó el templo cuando solo faltaban 4 días para celebrar la gran romería y dada la devoción de sus feligreses, inmediatamente se pusieron a trabajar improvisando altares y trayendo imágenes de la iglesia de Santiago, para que se pudiese celebrar la procesión en la que al no poder recuperar la imagen de la patrona, se hizo con una ampliación de una fotografía.
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https://www.descubrecadadia.com/2018/11/santuario-de-santa-marta-de-ribarteme-y.html
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Siempre tuve ganas de ir a verla y espero que así sea. Gracias por el reportaje, muy bonito como siempre. Besos.
ResponderEliminarEs algo muy impresionante ver la procesión de las mortajas, seguro que te encantará. Un saludo!
EliminarNo veo mis comentarios. Besos.
ResponderEliminarDisculpa Teresa, es que suelo tardar bastante en mirar los comentarios antes de publicarlos. Por eso no aparecen, pero luego, después de moderados, aparecen! Saludos y gracias por comentar!
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