TORRES DE OESTE,CATOIRA


Estas Torres, se asientan en Catoira, un municipio perteneciente a la provincia de Pontevedra, situado en la comarca de Caldas, y que limita con los ayuntamientos de Valga, Caldas de Reis, Vilagarcía de Arousa y con el río Ulla.



Sus famosas atalayas se ubicaron sobre un antiguo castro de la Edad de Hierro (siglo II al I a.c) en un lugar bañado por el río, donde este se estrecha, y así  desarrollar una economía basada en cultivos silvestres y ganadería, complementada con la pesca, en las orillas del Ulla.




En este territorio castreño, años más tarde; después de los violentos momentos de la ocupación romana, con la Pax Augusta, construyeron el Castellum Honesti, también conocido con el nombre de Turris Augusti, de la que los investigadores parecen haber descubierto trazas sumergidas en el río.




Hizo que el poblado se convirtiera en un importante puerto comercial del imperio, gracias a la potenciación de su estructura defensiva y por su indudable situación geográfica estratégica que permitía la llegada por vía marítima a tierras de la actual Galicia, en el siglo I de nuestra Era.



AÑO 2012.


CRUCEIRO QUE INDICA LA RUTA MARÍTIMA DEL CAMINO DE SANTIAGO.
AÑO 2019.

En el siglo IX, el monarca, Alfonso III, el Magno (866-910), consignó los dos edificios más importantes del siglo IX a Galicia. Uno de ellos era de carácter espiritual, la basílica del Apóstol, en Compostela, y el otro una obra civil, la reconstrucción Castellum Honesti en la actual parroquia de Oeste; la edificación de una gran fortaleza que impidiera la llegada de naves invasoras a estas tierras. 



Esta obra la acredita, el crismón de la Victoria, encontrado en sus ruinas y que hoy se guarda en el Museo de Pontevedra.


CRISMÓN DE LA VICTORIA.FOTO REALIZADA EN LA ESPOSICIÓN:
GALICIA UN RELATO NO MUNDO. GAIA
S.

Había que dar una protección especial a lo que hoy es la ciudad compostelana a raíz de que, en el primer cuarto del siglo IX, según se cuenta en la Concordia de Antealtares, el obispo Teodomiro (810?-847) había comunicado a Alfonso II el Casto (791-842) el hallazgo del sepulcro apostólico, que dio inicio a las peregrinaciones al lugar.
    





Hacia el año 829 pudo comenzar la construcción de la primera iglesia y en torno a ella se constituyó el primer núcleo de lo que poco después sería Compostela.
 Esta iniciativa fue apoyada por los sucesivos monarcas y por la Diócesis de Iria Flavia, que se convertiría en Diócesis de Santiago en 1095, por la Bula Veterum Sinodalia del papa Urbano II, lo que conllevó el traslado de la sede a Santiago de Compostela, también debido a la necesidad de separarla de la costa por motivos de seguridad.



No cabe la menor duda de que Catoira debió tener una enorme importancia en el pasado, hasta el punto de que aquí, se acuñó moneda en la época visigoda. Así lo avala Heise en su trabajo (Descripción General de las monedas de los reyes visigodos de España).



Catoira jugó un notable papel en la historia, como fue la defensa de la ciudad de Compostela (Jakoblsland) de las incursiones de los vikingos, normandos y sarracenos, que penetraban por la Ría de Arousa e intentaban continuar por el Ulla, a fin de aproximarse a Compostela, atraídos por la gran notoriedad que ya por entonces había alcanzado la ciudad del Apóstol.


De todas las incursiones, la del año 968 fue la más sangrienta; una numerosa escuadra normanda compuesta por más de cien naves, penetró por la ría, donde desembarcaron los invasores, y se pusieron en marcha hacia Iria, arrasando e incendiando todo a su paso y capturando sus lugareños.






De esa fecha es la célebre batalla de Fornelos, a orillas del río Louro, en la que cae el obispo Sisnando atravesado por una flecha, ofensiva con la que no lograron invadir Compostela.


Naturalmente, puesto que las costas gallegas estaban mal custodiadas, los normandos repetían sus ataques casi todos los años; es entonces cuando el monarca Alfonso V, dona a la Iglesia de Santiago la Isla de Oeste (1024) para que se forje una defensa a fin de impedir estas incursiones.



 Algunos años más tarde, siendo Don Cresconio obispo de Iria, emprendió la reparación de la fortaleza, dando a los muros  una más sólida y firme estructura y elevando las torres.




En 1071, el obispo compostelano Don Diego Peláez, a quien se debe el comienzo de la Catedral románica de Santiago, edificó en el Castillo Honesto un gran palacio y levantó nuevas fortificaciones, destinadas a rechazar no ya a los normandos, sino más bien las acometidas de los piratas sarracenos que merodeaban por estas costas.


Y apostó por Gelmiro, guerrero de estirpe sueva como, señor de la fortaleza de Torres de Oeste (entre 1070 y 1083) que junto a su cónyuge, de estirpe celta, fueron los padres de Diego Gelmírez, que sería el primer obispo de Compostela.

CAMPANA DE LA CAPILLA DE SANTIAGO,CON EL NOMBRE DE GELMIREZ Y LA
CRUZ DE SANTIAGO.


Diego Gelmírez, como representante del rey Alfonso VII (1111-1157), mandó reforzar las defensas para proteger a la diócesis de los ataques de los sarracenos.

 Como apoyo complementario de las torres, el prelado situó en sus inmediaciones una pequeña flota armada que impidiese el paso a Iria y Santiago por el río Ulla, y una capilla consagrada a Santiago.







ESPADAÑA DE LA CAPILLA DE SANTIAGO,CORONADA CON LA CRUZ DE LA VICTORIA.



Como protección naval de defensa del litoral de Galicia contra los ataques normandos y musulmanes, Diego Gelmírez, desarrollo las fortalezas y defensas costeras con la creación de una armada gallega fundada en la ría de Arousa.



 Se puede considerar, por lo tanto, a Gelmírez como el genuino creador de la primera armada peninsular.



De esta red de fortificaciones solo quedan en pie pequeños vestigios de la de San Sadurniño, en Cambados,


... y la de A Lanzada, en O Grove.


El sistema defensivo consistía en hacer hogueras en las torres para advertir unas a otras de la llegada de los sanguinarios piratas, hasta alcanzar Compostela.


Desgraciadamente el origen de la toponimia del lugar donde se asientan las torres, no está clara, se barajan varias hipótesis, de entre las cuales la más viable, es que Catoira captó su nombre de “catorieses”, gentilicio con el que se denominaba a los habitantes de Iria (Padrón), a comienzos de la Era Cristiana.



 Este calificativo, se encuentra grabado en la inscripción que se conserva en parte, en la columna o pedrón romano, que se guarda bajo el altar mayor de la Iglesia de SANTIAGO EN PADRÓN, al que según la tradición, se declara  estuvo amarrada la nave que condujo los restos del Apóstol Santiago a Galicia; dicha inscripción reza así: 
« (PATRO) NO (CAT) ORIESES D (E) S (UO) POSUERUNT».
 (Los Catorieses a su Patrono dedicaron con su patrimonio....).


PEDRÓN O COLUMNA ROMANA DE IGLESIA DE SANTIAGO EN PADRÓN.

Junto a los restos, en nuestros días se celebra una romería evocando estos hechos. Ciudadanos ribereños y de la localidad danesa de Frederikssund, hermanada con Catoira, llegan en una réplica de un barco vikingo, ataviados con ropas, cascos y armas de la época y desembarcan junto a las torres escenificando un ataque a su estructura defensiva.




Considerada, Fiesta de Interés Turístico Internacional, desde 1960, la Romería Vikinga de Catoira; es una fiesta popular que se celebra en esta localidad, el primer domingo de agosto, una festejo que recuerda la importancia de la fortaleza para hacer frente a las invasiones vikingas.




El diseño de la fortaleza se terminó en el siglo XII, siendo como un recinto elíptico rodeado por un muro y armado por siete torres, de las que sólo quedan las ruinas de dos en pie y los cimientos de otra, que se elevaba por encima de todas las demás, y llevaba el nombre de Lugo, pues se entiende fue costeada por esta ciudad,

CONSOLIDACIÓN DE LA TORRE DE LUGO.
AGOSTO 2012.
EN LA ACTUALIDAD,2019.
El valor estratégico de este castillo costero disminuyó a fines del siglo XV y su etapa de decadencia se produjo en la época de los Reyes Católicos.
 Desde este momento el antiguo recinto militar no sirvió más que para un refugio de vagabundos y cantera en los hogares de las parroquias vecinas.



Esta estructura defensiva fue tan importante para la protección y seguridad de estas tierras que un libro tan emblemático para el Camino de Santiago como la Historia Compostelana la consideró “llave y sello de Galicia”. 



En nuestros días, el lugar es uno de los sitios arqueológicos e históricos más importantes de Galicia.





Y por si no fuese poco, en el año 2011 se descubre una fuente de aguas termales con efecto medicinal que brotan en los montes Fontevecha, y  que la Dirección Xeral de Industria, Enerxía e Minas de la Xunta reconoció a comienzos del año 2013. Son  aguas bicarbonatadas cloruradas, sódicas y sulfuradas, a una temperatura constante de 18,3 grados. Este  manantial de agua termal y minero-medicinal que recibe el nombre de As Lombas.









AS LOMBAS.

INFORMACIÓN RECOGIDA DE LOS SIGUIENTES ENLACES:











VISITA OTROS SORPRENDENTES LUGARES DEL MUNICIPIO DE CATOIRA EN ESTE ENLACE, CON UN MAPA PARA LLEGAR A CADA UNO DE ELLOS.




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