GALICIA PUEBLO A PUEBLO: 2021

PASEO MARÍTIMO, LAXE

La villa marinera de Laxe es un fantástico balcón abierto a la bella Costa da Morte, sin duda alguna, “un mar de sensaciones”, donde además de impresionantes acantilados rocosos y promontorios agrestes, también tiene hermosos rincones en los que disfrutar plácidamente de la brisa marina y el rumor de las olas.

Uno de ellos es su paseo marítimo, que discurre paralelo a la playa urbana de Laxe en los casi dos kilómetros de longitud que tiene esta de largo.

Empezamos nuestro recorrido, completamente accesible a personas con movilidad reducida, junto al punto de información turística, donde podemos ver varios paneles informativos con las diferentes rutas de senderismo que se pueden realizar.

Allí, también nos llama la atención la escultura en hierro macizo de un Caballito de Mar, realizada por José Manuel Rodríguez Calvo en el año 2002, para demostrar el cariño que él y su esposa tienen por este pueblo, al que acuden todos los veranos para pasar las vacaciones.

En el pasado la playa gozaba de un gran valor medioambiental como el resto de la Costa da Morte, un lugar salvaje, indómito y natural. Para que nos hagamos una idea, la playa se parecía mucho a la actual playa de Traba, pues tenía un bonito sistema dunar con vegetación autóctona gallega y una laguna costera.

Seguimos el paseo, ceñido en este tramo más urbano a edificios que asoman a esta espectacular panorámica.

En la medianera de una vieja escuela, vecinos y turistas extranjeros de entre 18 y 82 años, crearon un mosaico con 16.000 piezas de azulejo para combatir el feísmo, empleando una técnica de Gaudí. La obra es además un homenaje al artista Luis Seoane.

Llegamos a la Praza dos Voluntarios, donde un monumento realizado por la escultora Teresa Riba, rememora el paso de las manos blancas por la localidad para retirar lo que dejó el Prestige en las rocas y en la arena de esta sufrida costa.

La playa, al estar en el mismo centro de la villa, cuenta con servicios propios de una playa urbana: aparcamiento para los coches, varias duchas a lo largo del arenal, autobuses, vigilancia, pasarelas, rampas de acceso para los minusválidos, limpieza diaria, cruz roja, señalización del estado del mar, establecimientos de hostelería y restauración muy próximos, etc.

Durante el paseo también nos detenemos a fotografiar algunos elementos etnográficos que nos vamos topando, como esta bonita fuente o un precioso hórreo.

También nos atraen, las bonitas pasarelas de madera de acceso al arenal y los miradores desde los que disfrutar de unas extraordinarias vistas.

Frente a nosotros, en el horizonte, distinguimos el núcleo marinero de CORME (más información y fotos en el enlace) y la PUNTA DO RONCUDO (más información y fotos en el enlace), un lugar donde acabaron sus días muchos barcos que navegaban por estas aguas y que no fueron capaces de sobrevivir a la Costa da Morte, convirtiéndose esta punta en un cementerio de decenas de barcos naufragados. Pero también, la fuerza del mar y las características de las aguas que baten las rocas de estos acantilados, nos obsequian, por su sabor y tamaño, con los mejores, más sabrosos y apreciados PERCEBES del mundo.

Junto al paseo se alza una chimenea de ladrillo, reminiscencia de los antiguos hornos de secado pertenecientes a la desaparecida fábrica de Caolín asentada junto a la playa. Fue a partir de la Segunda Guerra Mundial cuando se comenzó a explotar el caolín de la Costa da Morte. La actividad extractiva de caolín en esta localidad comenzó en 1938, haciéndose cargo uno de los hijos ilustres de la villa, el geólogo Isidro Parga Pondal. Durante más de veinte años, esta actividad dio trabajo a decenas de personas que se repartían entre los yacimientos hasta la planta de separación y clasificación, donde esencialmente se separaba el cuarzo y la mica que iba con el caolín y se hacían tortas, que era lo que se exportaba. En 1944 se construyó un tranvía aéreo, de 4,6 kilómetros de recorrido, para mover el mineral desde el yacimiento “Don Basco”, donde se había trasladado la extracción hacia 1942, hasta la planta de tratamiento de Campo de Lago, en la playa de Laxe.

Foto de la página:https://patrimonio.camaraminera.org/gl/lugar/minas-de-laxe

En esta zona, un puente nos permite salvar el Río San Amedio cerca de donde todavía hoy se conserva una laguna costera en la zona del Cabo da Area, pero de menor extensión que la de hace un siglo, pues diferentes rellenos la han ido menguando poco a poco.

Hacia el mar, se nos abre una preciosa perspectiva de la Villa, en la que destaca la silueta de su joya patrimonial, la IGLESIA DE SANTA MARÍA DE LA ATALAYA (más información y fotos en el enlace).

El tramo del paseo que sigue nos muestra la parte de la playa donde el complejo dunar es más evidente, y es que la Playa de Laxe contaba con dunas eólicas de similares características a las del MONTE BLANCO EN PONTECESO y también a las que hay en la ENSENADA DO TRECE – CAMARIÑAS (más información y fotos en los enlaces).

La uña de gato (Carpobrotus edulis).

Esta playa, resguardada dentro de la ría, también se caracteriza por sus aguas reposadas, limpias y frías, además de tener una arena fina y muy blanca.

Hace décadas, en la misma playa se practicaba diferentes artes de pesca, como el boliche del que se extraía grandes cantidades de pescado. El marisqueo de la navaja era también muy frecuente en la playa. Así mismo en la misma se descargaba pescado para las fábricas de salazón que había en la villa, algunas de ellas sobre la misma playa, o en sus alrededores. Y es que el pueblo de Laxe vivía en, por y para la playa de Laxe, que era uno de los grandes motores económicos de la Villa. También había competiciones náuticas, o se tomaba el sol y se bañaba la alta sociedad de la época en lo que a principios del siglo XX se denominaba los baños de ola. Actualmente la Playa de Laxe es el motor turístico de Laxe, que hace posible que se convierta en uno de los referente turístico de Galicia.

La construcción del puerto en el actual emplazamiento en los años 40 y 50 del siglo pasado, la construcción del dique en los años 80, la construcción del paseo y la evolución urbana de la Villa de Laxe han ido modelando y transformando el primitivo conjunto natural en una playa completamente urbanizada.