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IGLESIA DE SANTIAGO, PADRÓN

Este templo se construyó a escasos metros del punto en el que la tradición sitúa el lugar donde los discípulos de Santiago amarraron al Pedrón, en la orilla del río Sar, la barca de piedra en la que trasportaron el cuerpo del Apóstol desde Palestina hasta Padrón. Es la llamada TRANSLATIO.

En el centro de la imagen, el Puente de Santiago que salva el río Sar y al fondo a la izquierda esta Iglesia de Santiago.


En el mismo emplazamiento hubo una sucesión de iglesias y reformas, hasta llegar a la actual edificación neoclásica, que data de mediados del siglo XIX. El primer templo del que se tiene constancia sería construido por el obispo Gudesindo en una fecha anterior al año 924.


Como informa la Historia Compostelana el templo padronés tenía una especial significación dentro de la tradición jacobea. En 1100 la llegada de Diego Gelmírez al obispado compostelano, hace que el viejo edificio prerrománico se beneficie del programa edilicio puesto en práctica por este prelado. La obra anteriormente citada hace referencia a la tipología del nuevo templo románico levantado hacia 1133: “La planta de la iglesia fuese distribuida en tres ábsides. Pues con efecto de santa devoción ordenó que allí fueran construidos y honrosamente consagrados tres altares, el del medio en honor del gloriosísimo Santiago Apóstol”. Al lado se levantó un palacio episcopal, donde el prelado se retiraba a pasar temporadas.

  
A partir del Año Santo de 1456 se acometieron en la iglesia decisivas reformas góticas siguiendo las instrucciones del obispo Rodrigo de Luna (1449-1460). El epígrafe fundacional de la iglesia de Gelmírez aparecía encastrado en el interior del muro sur, como ocurre en la iglesia actual, al lado de la puerta que da al "Espolón".



En 1858 el templo presentaba un lamentable estado. Inmediatamente después de la demolición de los restos de la edificación gótica, comenzó a construirse la nueva iglesia en 1859, con una orientación exactamente contraria a las disposiciones precedentes. Los trabajos finalizaron en 1867. De su anterior época, conserva un artístico púlpito tardogótico que fue recuperado.


 El PEDRÓN, sin duda el gran símbolo jacobeo de la iglesia de Santiago, se encuentra bajo el altar mayor. 


Se trata de un ara romana dedicada a Neptuno, dios de las aguas. El cristianismo lo reinterpreta como el elemento portuario. La leyenda asegura que a él se amarró la barca también pétrea que trasladó al Apóstol Santiago ya muerto y a sus dos discípulos Teodoro y Atanasio, desde Palestina hasta las costas gallegas.


Es una valiosa ara votiva mide 167 x 75-60 x 75-63 cm. En su frente hay una inscripción con algunas letras borradas que originalmente podría decir Nept / uno / For(o) i (ri) / e/(n)ses / d(e) s(ou) p(osuerunt) [A Neptuno el Foro Iriense con su dinero]. En la parte superior aparece inscrita una cruz, como forma de cristianizar lo pagano. Su lado posterior es plano como si hubiera estado arrimado a una pared.



En los diferentes altares y paredes de la iglesia podemos ver diferentes elementos de la tradición jacobea y de Santiago Apóstol.


En uno de los altares el Santiago Matamoros, sobre su caballo blanco. Un Santiago Peregrino, talla del siglo XVII atribuida a José Gambino conocida como el Parrandero, que el 25 de julio es llevado en procesión a hombros de los jóvenes de la villa hasta la ermita del Santiaguiño. Dos altorrelieves de madera pertenecientes al retablo de la ermita del Santiaguiño, uno representando la Traslatio y otro al Apóstol Santiago bautizando a la Reina Lupa. 


Dos óleos del siglo XVIII pertenecientes al Cabildo de Iria, restaurados en 2003, en los que se representa la Traslatio y la aparición de la Virgen al Apóstol Santiago.


  
En la iglesia también se conserva un pequeño relicario que contiene una diminuta pieza que parece ser un hueso. Al lado aparecen las letras S.JAC.M.AP (Santiago nuestro Apóstol).


Horario de visitas:  Invierno: Lunes: 18:00 a 19:30 h. Martes a Sábado: 10:00 a 13:00, 17:00 a 19:30 h. Domingos: 10:00 a 12:00 h.
Verano: Lunes: 18:00 a 20:00 h. Martes a Sábado: 10:00 a 13:00, 17:00 a 20:00 h. Domingos: 10:00 a 12:00 h.


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CENTRO GALLEGO DE ARTE CONTEMPORÁNEO, SANTIAGO DE COMPOSTELA

Creado en 1993 y con programación estable desde 1995, el Centro Galego de Arte Contemporánea está situado en Santiago de Compostela, en el límite de la ciudad monumental, en un espacio mágico para los gallegos.  Comparte vecindad con el convento de SAN DOMINGOS DE BONAVAL, donde se encuentra el Panteón de Gallegos Ilustres; con el Museo do Pobo Galego, recuerdo etnográfico de nuestra historia, además de constante puente y metáfora entre nuestros orígenes y la actualidad; y con un antiguo cementerio, recuperado por Álvaro Siza (con la colaboración de Isabel Aguirre) y convertido en sorprendente jardín de aires metafísicos, una presencia muy galaica del agua y una solución en explanadas y volúmenes que da sugerente réplica a los del centro.

El primer activo del CGAC es su arquitectura, diseñada por el portugués Álvaro Siza, en una cuidada conjunción de respeto exterior hacia el entorno y un sentido casi místico en su interior, de intensos contrastes entre limpios planos y los efectos de una luz siempre indirecta.


Los espacios creados, tan arquitectónicamente bellos como difíciles cuando se trata de buscar soluciones expositivas, provocan que se establezca un constante diálogo (cómplice o tenso) entre artistas y arquitecto.


Un diálogo muy propio del arte contemporáneo, de cuyas soluciones siempre sale beneficiado el espectador, que asiste a la resolución final del encuentro e intuye los puntos y momentos de auténtica tensión creativa.




















 


INFORMACIÓN: Teléfono 981 546 619. Horario Martes-Domingo: 11:00-20:00 h. Lunes cerrado. Web http://www.cgac.org/

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SANTA MARÍA DE HERBÓN, PADRÓN

El templo fue mandado edificar por el arzobispo compostelano Diego Gelmírez a mediados del XII, tal y como parece indicar, una inscripción en el capitel izquierdo del arco triunfal.


Su porte es magnífico, mayor de lo esperado para un municipio pequeño y su estilo es "clónico" con el que se difunde por muchos lugares de Galicia con la impronta del Maestro Mateo, certificando el final de la bella diversidad de motivos del Románico Pleno.


Constructores que conocen bien su oficio; pero que alzan fábricas desprovistas ya de la espiritual belleza del Románico.

Canecillos del muro norte.


Es templo de nave única, edificada con buenos sillares de granito, aunque lo que más suele llamar la atención del visitante es su altura. Su orientación es canónica, con muy discreta desviación hacia sudeste.


La cabecera situada al este consta de amplio presbiterio y cilindro absidal, bien señalados sus volúmenes al exterior.


La nave se segmenta en tres tramos por medio de dos contrafuertes prismáticos y los dos salientes de los respectivos hastiales.


El hastial de poniente es el que nos recibe. Iluminado por el sol de la tarde, luce magnífico, con el enlosado camino a base de lápidas encaminando nuestros pasos hacia su PORTADA, flanqueada por dos vanos ciegos rematados en arco de medio punto. Es más estrecho y de menor altura el situado al lado norte.


La portada consta de tres arquivoltas apeadas en media docena de capiteles de decoración vegetal.




Las arquivoltas se decoran con baquetones y escocias, en ocasiones con bezantes, y en la exterior, una sucesión de trece arquillos ciegos con círculos intercalados sobre el baquetón.


En el tímpano, actualmente podemos ver sobre una peana de hierro, la imagen gótica de la Virgen con el niño.


Sobre la portada, una ventana originaria de la fábrica del s. XII y el remate con la espadaña del s. XVIII.


Hay una SEGUNDA PORTADA en el muro sur, en el tramo central del templo. Es más sencilla que la occidental.

 
Posee dos arquivoltas decoradas con sucesión de baquetones, un par de capiteles y tímpano con desgastada cruz que a duras penas se identifica.




BASA DE COLUMNA
 La cornisa de este muro contiene doce canecillos, divididos en tres grupos de cuatro, en cada una de las calles. La primera presenta un canecillo de proa de barco, seguido por una bola, un jabalí, y un bóvido.

  


El primero de la calle central se encuentra muy deteriorado, tras él, un ejemplar con volutas, de nuevo proa de barco y bóvido.



En el tramo oriental la serie se inicia con tres moldulaciones y continúa con decoración vegetal, voluta y escena zoomorfa.




La CABECERA del templo consta de presbiterio amplio, en el que abre óculo en su lado meridional.


Por delante, el cilindro absidal segmentado en tres lienzos por medio de dos semicolumnas adosadas que alzan sobre podio de dos hiladas al igual que el zócalo y que alcanzan la cornisa por medio de capiteles con decoración vegetal.



La cornisa se decora con canecillos geométricos.


Cada uno de los lienzos está centrado por ventanal rehundido y aspillerado y decorado con arquivolta con baquetón, escocia, bezantes y guardapolvo de ajedrezado jaqués.




Los capiteles que decoran las ventanas absidales repiten motivos mil veces vistos: volutas vegetales y aves y grifos enfrentados.


En el capitel izquierdo del vano central, sobre las alas del halcón izquierdo hay tres hojas con bolas y sobre el derecho, sólo una. Para el imaginario medieval, este animal es la alegoría de la mala conciencia del pecado, configurándose una imagen victoriosa sobre los vicios de la carne.


En el capitel derecho se esculpe una pareja de grifos con las patas delanteras afrontadas y las cabezas giradas. Según se dice, la presencia del grifo, híbrido mitológico, en este capitel, viene a simbolizar la victoria de Cristo sobre las tentaciones y el pecado.


Los sillares en que se labraron las basas de los vanos lucen motivos decorativos geométricos.


Horario de visitas: Domingos: 13:00 a 13:30 h. Misas: Domingos: 13:30 h.
  
Señalar también, que en esta parroquia está el CONVENTO DE SAN ANTONIO DE HERBÓN,  donde se comenzaron a cultivar los afamados pimientos, de los que se dice: "uns pican e outros non".
  




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