A Domingo Antonio de Seoane (miembro de la dinastía de OS CARBOEIRA, canteros de Román- Vilalba y autores
también del CRUCEIRO
DE LANZÁN) se le atribuyen la realización de esta magnífica obra civil
del siglo XVII, que salva el río Batán entre los concellos de Abadín y Vilalba,
siguiendo el viejo Camino Real que desde Mondoñedo
se dirigía hacia Vilalba.
Consta de tres arcos: el mayor, de medio punto pero ligeramente apuntado;
el central, apuntado y el más pequeño, que funciona como desagüe, también de
medio punto.
Los dos pilares de separación de los arcos presentan tajamares
triangulares a ambos lados, si bien, el ubicado entre el arco apuntado y el
desagüe destaca por su mayor tamaño y robustez.
Todo el puente está construido con piedra sin labrar, reservándose los sillares
para las dovelas de los arcos y el tajamar central.
El petril que limita la calzada, de rasante casi horizontal, está formado por grandes chantos de granito, encajados siguiendo las tradiciones de los viejos canteros de la comarca. En ellos se abren tres pares de gárgolas del mismo material que sirven para aliviar el agua de la lluvia hacia el río.
El petril que limita la calzada, de rasante casi horizontal, está formado por grandes chantos de granito, encajados siguiendo las tradiciones de los viejos canteros de la comarca. En ellos se abren tres pares de gárgolas del mismo material que sirven para aliviar el agua de la lluvia hacia el río.
Sobre el petríl, y en uno de los extremos de puente hay una piedra
tallada con el relieve de una custodia y una inscripción ilegible.
El Camino del Norte pasa por esta Ponte Vella de Martiñán.
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