SANTA EUFEMIA DE AMBÍA, BAÑOS DE MOLGAS

En el lugar de Santa Eufemia, perteneciente a la parroquia de Santo Estevo de Ambía, se localiza esta pequeña capilla levantada entre los siglos IX-X y reconstruida tras un derrumbe en el siglo XI. En 1931, es declarada Monumento Histórico Artístico.



Es posiblemente la iglesia mozárabe más antigua que conservamos en Galicia.



Cronológicamente está relacionada con otras dos capillas del mismo estilo en tierras de Ourense: SANTA COMBA DE BANDE... 



...y SAN MIGUEL en los terrenos del actual monasterio de San Rosendo en Celanova.



Todo parece indicar que nos encontramos ante una iglesia mozárabe “de repoblación”. El Arte de repoblación se identifica con la tercera etapa del periodo prerrománico hispano, tras las fases que corresponden al Arte visigodo y al Arte asturiano.
 Acomodada en un lugar reverente del imperio romano, levantada seguramente sobre un anterior recinto de época germánica, posteriormente evangelizado.


No obtuvo interés alguno hasta fechas relativamente recientes, en 1927, año en el que se descubre. Bien es verdad que quedan pocos restos del edificio original, sus muros fueron reconstruidos tras el derrumbe en el siglo XI, un poco al azar, lo que se aprecia claramente en la recolocación de las piedras que conforman sus lienzos.



Conserva una única entrada en el muro sur, algo muy habitual en la arquitectura mozárabe, sobre ella se reconstruyó el muro para soportar una espadaña, suponemos que de la misma época que la puerta. También existía en el mismo costado otra abertura, ahora tapiada, situada justo en el centro del muro de la capilla de la Epístola, lo que parece indicar que esa parte del muro sur es la original.



D. Ángel del Castillo analizó esta iglesia para la Real Academia Gallega en 1928, la trazó con planta del tipo cruciforme que parece permisible. No hemos encontrado ninguna información sobre estudios posteriores de interés, por lo que sería necesario un estudio en profundidad para poder descifrar su forma original.
En el interioractualmente es de una sola nave, se conserva parte de la cabecera tripartita con testero plano, en el que destaca el ábside central y el comienzo de los arcos de separación de los tres ábsides, siendo posiblemente de época posterior el resto de la estructura.



Se aprecia muy bien, parte de los arcos de herradura de separación entre ellos, que se apoyan sobre imposta volada sin capitel.





Al estilo asturiano, que evoca la capilla de SAN SALVADOR DE VALDEDIÓS.


 También se conserva un pilar adosado al muro sur que nos permite conocer  la profundidad de la cabecera, que estaría cubierta por bóvedas en los tres ábsides.






En cuanto a su forma de cobertura del oratorio, podemos suponer que mientras los ábsides estaban cubiertos por bóveda de cañón, las naves tendrían tejado plano en madera, ya que no hay muestras de que hubieran existido contrafuertes. 



Construida en sillería irregular en hiladas horizontales, con grandes sillares en las esquinas, tiene una ventana germinada en cada ábside, las tres del mismo tipo pero diferentes, que recuerda a las de algunas iglesias visigodas, talladas cada una en dos sillares. Son el elemento decorativo principal, una de ellas reconstruida ya en el mozárabe tardío o de interpretación local.



 La de la capilla de la Epístola, está formada por dos tragaluces estrechos con dos círculos encima.




 La del Evangelio, presenta dos ranuras acabadas en arcos de herradura muy pronunciados.




 Y la central, algo mayor, es bífora, con dos arcos de herradura que se apoyan en una pequeña pilastra, que sufrió una reconstrucción en su mitad inferior.



Tanto la central como la del Evangelio disponen de decoración tallada exterior. Según  Manuel Núñez "en ellas se recogen los hilos de un lenguaje de época visigótica". Comparadas con las del grupo toledano, destaca que mientras éstas "están recuadradas por un motivo que sigue la rosca de cada arco y coronadas por un capitel continuo de hoja saliente, en Ambía, como una supervivencia, se convierte en un motivo vegetal o triangular en la intersección de los arquitos y con un significado que pudiera garantizar un rechazo y la búsqueda de un lenguaje nativo, cuando en realidad se recogen signos e insinuaciones que parecían estar completamente muertos y pertenecientes al pasado".



Señalar que esta zona de la iglesia está incrustada entre otras construcciones y que el "pasillo" al que -además- no se puede acceder, no llegará a los dos metros de ancho, por lo que la observación de la cabecera se torna muy complicada.



Dentro, el altar está compuesto por la figura de Santa Eufemia que reposa sobre un ARA ROMANA localizada en "A FONTE DAS NINFAS", cerca de la capilla.





Un exvoto romano con una leyenda dedicada a estas, que contiene todavía su inscripción primitiva: AVRELIVS / FLAVS TAMACANVS / NYMPHIS / EX VOTO.


Mucha de la cantería procedente de esta capilla se encuentran reutilizadas en edificaciones de su entorno. 




Dos de ellas, situadas en el interior de la capilla, con restos de una misma gran INSCRIPCIÓN.



En la primera se lee: +S(anC(t)I SALA'ATORIS S(an)C....



Y en la segunda: S(an)C(t)E E/VFEMIEEvidentemente conmemoraban la consagración de esta iglesia a la triple advocación del Salvador, Santa María y Santa Eufemia.


Conserva en su interior, también, un cristo románico que recuerda al cristo de los primeros reyes de Castilla y León don Fernando I y Doña Sancha, obra maestra en el arte de la eboraria, datado alrededor del año 1063 y que se conserva en el Museo Nacional Arqueológico de Madrid. Se cree que fue el primero en la Edad Media Hispánica con la representación de la imagen de Cristo, ya que era costumbre, hasta ese momento, que las cruces estuvieran realizadas sin imágenes.

http://www.man.es/.imaging/mte/micrositios-theme/imagen-gr/dam/micrositios/man/coleccion/galeria/edad-media/web-c/crucifijo-don-fernando/jcr:content/crucifijo-don-fernando.jpg.jpg

El Cristo de marfil, fue una ofrenda de los primeros reyes de Castilla y León, que formaba parte del ajuar que regalaron a la colegiata de SAN ISIDORO DE LEÓN.



El CRISTO ROMÁNICO de Santa Eufemia, es una valiosa muestra del  arte popular del siglo XII.



 Es un cristo esquemático, apenas trabajado, pero templado y digno. Por su factura tiene grandes semejanzas con el cristo de marfil; el saliente del pecho, la ruda talla de las costillas todas ellas paralelas y el arco que forma el hueco intercostal bajo el esternón, un detalle característico de este cristo es la falda, marcando para abajo la cobertura del vientre.



Aunque pocos, aún se conservan restos de policromía bastante modernos, lindante al cristo románico.



Y para terminar, una curiosidad. En uno de los sillares de los muros interiores se encuentra esta figura de ciervo. Se especula con toda verosimilitud que entre las piedras labradas se utilizó una con PETROGLIFOS, quizás de los cercanos Petroglifos de Campelo, o Pinillas, que son tan abundantes en Galicia.



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