Custodiada en el MUSEO DE ARTE SACRO del REAL MONASTERIO DE SANTA CLARA de Allariz, se encuentra una de las piezas artísticas más bellas del patrimonio cultural español, desde que aquí llegara a finales del siglo XIII.
Esta imagen es única y posiblemente sea la más importante, o al menos, la más interesante de cuantas hay en Europa del arte de la eboraria.
En el monasterio existe documentación del año 1567, en la que las monjas mencionan la Abrideira, donde hacen constar que fue donada por la Reina Violante, esposa de Alfonso X, El Sabio y que había pertenecido a la capilla de la reina, lo que contribuyó a que no fuese confiscada.
Esta representación de María es gótica y todo parece indicar que fue hecha en los últimos años del siglo XIII. Mide 251
milímetros de altura, sin contar la peana de ébano, que mide otros 63 milímetros.
Presenta una sonrisa que convierte su rostro y
mirada en apacibles.
Ver este conjunto con calma, emociona.
Una Virgen sedente en majestad, hecha en marfil, vestida con una túnica ceñida mediante un cinturón y un manto que se sujeta al cuello con un cordón. La túnica y el manto forman una sucesión de pliegues desde el pecho hasta los pies, cayendo el manto sobre las piernas.
La cabeza de María está trabajada como una sola pieza y extiende su mano derecha, un tanto desmesurada.
Con el brazo izquierdo sostiene al Niño, que también sonríe, sentado sobre su pierna izquierda, vestido de un modo muy parecido al de su madre, sosteniendo en su mano izquierda una esfera, elemento que alude al poder y a la perfección de la soberanía de los reyes.
Con el brazo izquierdo sostiene al Niño, que también sonríe, sentado sobre su pierna izquierda, vestido de un modo muy parecido al de su madre, sosteniendo en su mano izquierda una esfera, elemento que alude al poder y a la perfección de la soberanía de los reyes.
Bajo el pie izquierdo de la Virgen se ve un animal que podría ser un dragón, pisado por la Señora, alusión evidente al demonio.
Cuando se abre, mediante dos
puertecillas que forman sendas mitades de su cuerpo hasta la altura de los
hombros, se convierte en un tríptico o pequeño retablo, en el que nueve representaciones se distribuyen en tres calles y tres cuerpos, siendo la central más ancha y las laterales más angostas.
Estas escenas son una secuencia de acontecimientos cristológicos y marianos, cuya fuente de inspiración y significado hay que buscarlo en el ciclo de los siete gozos de María.
En el panel central se muestra: el Nacimiento,...
... la Ascensión, ...
... y la Asunción y Coronación de la Virgen.
En el panel derecho: la Epifanía,...
...Pentecostés,..
... y dos ángeles ceroferarios.
Y por último, a la izquierda: la Anunciación,...
...la Resurrección; donde el Ángel sobre el sepulcro anuncia la resurrección de Cristo a las tres Marías,...
... y Ángeles sosteniendo candelabros.
Estas escenas son una secuencia de acontecimientos cristológicos y marianos, cuya fuente de inspiración y significado hay que buscarlo en el ciclo de los siete gozos de María.
En el panel central se muestra: el Nacimiento,...
... la Ascensión, ...
... y la Asunción y Coronación de la Virgen.
En el panel derecho: la Epifanía,...
...Pentecostés,..
... y dos ángeles ceroferarios.
Y por último, a la izquierda: la Anunciación,...
...la Resurrección; donde el Ángel sobre el sepulcro anuncia la resurrección de Cristo a las tres Marías,...
... y Ángeles sosteniendo candelabros.
Cada escena, tratada con verdadero detalle a pesar de su reducido tamaño, se enmarca bajo un arco apuntado y trilobulado que descansa sobre sendas columnas de fuste liso y capiteles.
El frecuente empleo del oro como del azul en esta obra, indican que es una imagen muy valiosa, un objeto que solo podría poseer una reina, pues esos colores son de gran calidad y costosos.
El frecuente empleo del oro como del azul en esta obra, indican que es una imagen muy valiosa, un objeto que solo podría poseer una reina, pues esos colores son de gran calidad y costosos.
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