Nos acercamos a la aldea de Angueira de Castro, situada en la parroquia de Santa Mariña de Ribasar, concello de Rois, donde se esconde varios rincones fantásticos que queremos enseñaros a través de esta pequeña ruta.
El primero es el hermoso PARQUE DO RÍO TINTO, emplazado en una pequeña isla que forma el río y a la que se accede cruzando un atractivo puente de madera.
Allí se han colocado mesas y bancos de madera en los que disfrutar de una agradable comida campestre bajo la sombra de los árboles que la abrigan del sol estival.
Este también puede ser un perfecto enclave para iniciar la RUTA al CASTRO LUPARIO, lugar fuertemente vinculado a la legendaria traslación del cuerpo del apóstol Santiago desde Palestina a Galicia, pues la tradición sitúa en este antiguo castro la morada de la Reina Lupa, a la que acudieron por dos ocasiones los discípulos del apóstol Teodoro y Atanasio solicitándole un lugar donde darle sepultura.
Asimismo, esta área recreativa permite el descanso a los fatigados peregrinos que realizan la última etapa del CAMINO PORTUGUÉS hacia Compostela y que transita por las proximidades.
Sin embargo, mi decisión es recorrer los 1,6 Km (ida y vuelta) que nos separan del Xardín do Recordo siguiendo la primera de las rutas.
Dejo atrás la isla y a mi acompañante (la ruta no es accesible a personas con movilidad reducida) y me adentro en la espesura del bosque de ribera que envuelve las orillas del río Tinto.
La senda se bifurca y tomo el atajo del río que me aproxima a otro rincón mágico.
Como curiosidad, señalar que aquí nació el escultor e imaginero José Gambino, del que se conserva un retablo en la capilla del pazo. Además fue residencia estival del rey Alfonso XIII y del Infante D. Luís de Baviera en sus visitas a Santiago.
De su importancia dan fe las referencias literarias de algunos de los más ilustres escritores gallegos, así Rosalía de Castro decía: "no pazo onde nunca xea, a súa beleza conxeloume a alma". Emilia Pardo Bazán: "Pazos hay muchos, el del Faramello es único" y Camilo José Cela: "El secreto mejor guardado del camino que llaman del Apóstol”.
Por lo alto de sus muros despunta la silueta de uno de los dos CRUCEIROS que guarda el conjunto monumental en sus hermosos jardines.
Igualmente, en una de las fachadas del edificio, contemplamos un gran blasón.
A partir de este punto, el sendero pegado al río se torna algo más complicado, sobre todo en épocas de lluvia, pero sigue siendo muy hermoso.
Llegamos a la presa que alimentaba los canales del agua de las estructuras que componían la antigua fábrica.
Junto a ella se ha creado el XARDÍN DO RECORDO, un hermoso espacio para honrar y recordar a las víctimas del accidente ferroviario de Angrois, donde están siendo plantados 81 simbólicos árboles del amor (Cercis).
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