Rodeado de valles y montañas verdes, en medio de
un entorno natural privilegiado en el que confluyen las aguas del Avia y el
Miño, el CONJUNTO
HISTÓRICO-ARTÍSTICO DE RIBADAVIA, reconocido como tal en el año 1947,
encierra una judería de fuerte resonancia medieval, testimonio
de la existencia de una comunidad donde el rito hebraico pervivió mucho tiempo
después de la expulsión de 1492, dando lugar a uno de los procesos
inquisitoriales más famosos del siglo XVII.
En la Edad Media la villa de Ribadavia fue una ciudad rica, con peso político y económico al que no fueron ajenos los comerciantes judíos, que apoyó su economía en el comercio del vino de Ribeiro abasteciendo los reinos peninsulares y exportándolo a Italia, Países Bajos, Alemania, Irlanda e Inglaterra en el marco de una judería próspera.
De aquel célebre pasado perviven los prestigiosos
vinos de Ribeiro y una conciencia local de recuperar su pasado judío que se
refleja en sus bodegas, tabernas y tahonas de la villa y, de una manera muy
especial a finales de Agosto, en la celebración anual de la FESTA DA ISTORIA, declarada
de Interés Turístico Nacional, cuando la villa recupera todo su
esplendor medieval, recreando sus gentes en su atuendo, el modo de vida
cristiana y hebrea de ese periodo,
trasformando sus calles en un gran teatro ocupado por los gremios de
artesanos; artistas malabares; y juglares, donde se representa entre otros: un Torneo
Medieval; una Boda Judía; y una Cena Medieval, debiendo
realizar todas nuestras transacciones económicas durante la jornada únicamente,
con la moneda de la época, “EL MARAVEDÍ”.
La primera aparición documental de la presencia
judía en Ribadavia no llega hasta 1386 en la Crónica de Froissart,
recopilada por el barón Kervyn de Lettenhove, donde se recoge el
relato de la toma de Ribadavia, por parte de los ingleses del duque de
Lancaster. Es en este año de 1386 cuando Froissard narra
que, tras su invasión a Galicia, las tropas del Duque de Lancaster apenas encontraron
resistencia, mientras apuntaba que en villas como Ribadavia, cristianos
y judíos combatieron juntos. El cronista afirma que tras superar su
resistencia y entrar en la villa ribadaviense, los saqueadores cobraron un gran
botín de oro y plata en las casas de los judíos en especial, y
asegurando que en la villa había más de quinza cens judíos (es
decir, 1.500 hebreos). Esta cifra ha sido muchas veces discutida
por seguramente exagerada.
La comunidad judía en Ribadavia se agrupó en una
zona que ocupó parte de calles, plazas y travesías, desde la parte Oeste de la
muralla, alrededor de la Porta Nova.
También llamada en otros tiempos calle de la
Plaza Vieja o calle de la Cruz, como signo de la imposición de la fe cristiana
tras la salida de los judíos, la actual RÚA DA XUDERÍA arranca de la
Praza Mayor y constituye el eje central del antiguo barrio hebraico.
El enlosado de la rúa y la preeminencia de las
piedras en las casas contribuyen a darle a su recorrido una fuerte impronta
medieval, a la que se suman también las tiendas de artesanía, en cuyos
escaparates destacan diferentes elementos ornamentales judíos.
En su barrio los judíos tenían su sinagoga (lugar
de culto). En la rúa da Xudería está documentada la existencia de la SINAGOGA DE LA ALJAMA. En
el caso concreto de Ribadavia, fue llamada TORÁ. La sustitución del
término sinagoga por Torá probablemente sea debido a que este último era el
nombre del texto que se leía durante las ceremonias religiosas realizadas en
ella. Para precisar su ubicación exacta dentro del barrio judío es necesario
recurrir a la documentación sobre la venta de una casa que antes fueron dos en
la calle de la Cruz o rúa da Xudería, y forma esquina a la izquierda bajando de
esta calle a la de San Martin.
Del barrio judío todavía persiste el trazado
medieval de sus largas y estrechas rúas, sus rincones de calles y plazas
porticadas por los voladizos y patios rodeados de fachadas por los que no
parece haber pasado el tiempo.
Como una continuidad de los edificios, ya sea por
las calles o por los soportales, la piedra es así el elemento siempre presente
en esta judería. Los mercados judíos se ubicaban en los bajos de las casas que
evitaban así la entrada del sol para comodidad de los clientes y para preservar
los alimentos. Los balcones se proyectan hacia la calle en prominentes
salientes para proteger a los bajos de la lluvia; además, colocaban delante de
sus propias puertas enlosados de piedra a modo de plataformas, elevadas unos
centímetros sobre el nivel de la calzada, para que la humedad del suelo no
penetrara en sus locales.
La rúa da PORTA NOVA DE ARRIBA, se interna
en la judería sin perder un ápice del sabor cerrado y medieval del conjunto. En
el cruce de esta calle con la travesía de Porta Nova se ubica A Tafona da
Herminia, un horno especializado en dulcería sefardita, donde no faltan los
objetos tradicionales, trabajos de encaje de bolillos ni la conversación de
Herminia, la propietaria, una de las más entusiastas defensoras de la tradición
hebrea en la villa.
Al final de la calle de la Porta Nova de Abaixo
se abre el arco de la PORTA NOVA, que conserva parte de su perfil
almenado y permite el acceso desde la villa hasta el río Miño. Aquí se
establece el límite sur del barrio judío.
Según algunos autores, la muralla ya protegía la
villa en el siglo XII, ampliándose entre los siglos XIV y XV. Su demolición se inició
en 1832 y a causa de dificultades económicas jamás se finalizó en su totalidad.
La RÚA DA PORTA NOVA DE ABAIXO, que
discurre en paralelo a la muralla, marcando su adarve, es sin duda una de las
más bellas de la judería.
En el conjunto rítmico y armónico de las casas
que conforman se integran también pequeños azulejos, como el de la casa número
10, que ratifica la filiación sefardita de Ribadavia, o la estrella de David
que señala el número 27, en una bella casa popular que muestra el nivel
original de la calle y que luce balconada de madera.
Adosada a la plaza de la Magdalena, la PLAZA
DE BUXÁN forma un amplio mirador asentada sobre la misma muralla.
Según se mira hacia el río, a la izquierda, se abre la PORTA FALSA O POSTIGO, una de las tres que se conservan de las cinco que hubo en la fortificación medieval y que pone en comunicación el recinto intramuros con el río Avia y el antiguo molino.
En este ámbito eminentemente urbano desarrollaron
su vida los judíos de los que se tiene noticia. Además de a las transacciones
comerciales y a los oficios artesanales, la presencia de los judíos aparece
vinculada con asiduidad a las actividades del Señorío. Con don Diego Pérez
Sarmiento, señor de Ribadavia, conde de Santa María de Ortigueira y Adelantado de
Galicia, aparecen relacionados dos ilustres judíos de la época: un tal Salomó
físico, su médico personal, al que menciona en su testamento, y Abraham de
León, recaudador real de las alcabalas del vino en Ourense y
Ribadavia.
Tras el decreto de expulsión expedido por los
Reyes Católicos, en el que se les concedía un plazo de 4 meses para salir de
España, muchos de los judíos que habitaban en Ribadavia se convirtieron al
cristianismo y así mantuvieron sus bienes, además de ser considerados
conciudadanos de pleno derecho.
Algunos mantuvieron el culto judío en secreto,
como muestra los famosos hechos de EL MALSÍN, nombre con el que tradicionalmente
se conoció al cristiano nuevo Xerónimo Bautista de Mena, quien entregó al Santo
Oficio, en 1606, una lista con doscientas personas acusadas de seguir
practicando la ley de Moisés a pesar de estar bautizados como cristianos,
empezando por su propia madre, Ana Méndez, y por sus hermanos y cuñados. Entre
los denunciados se encontraban corregidores, alguaciles, estudiantes, médicos,
abogados o comerciantes. En 1607 se practicaron la mayoría de detenciones, ya
que muchos de los denunciados escaparon en 1606 y ese mismo año Xerónimo
Bautista de Mena, el acusador, apareció asesinado en una calle de Ribadavia,
sin que se llegara a conocer nunca a los culpables. En 1608 se celebró en
Santiago un gran auto de fe con 28 acusados de Ribadavia y fueron quemados en
la hoguera Felipe Álvarez y su hijo Antonio Méndez, y en 1609 se celebró un
nuevo auto con siete reos más procedentes de la villa. Sin embargo, al final,
las investigaciones del Santo Oficio hicieron que las sospechas recayeran
finalmente sobre el propio acusador, se llegó a desenterrar su cuerpo y a
quemar sus huesos por herejía en 1610.
Tanto cristianos como judíos contribuyeron a la
sólida pujanza económica de toda la comarca, que llegó a su cota más alta en
los siglos XV y XVII, siempre tomando como base la comercialización del vino,
del cual la aljama fue más propietaria que cultivadora
directa. Además de comerciantes, los judíos ejercieron oficios artesanos,
siendo los más comunes los de zapatero, sastre, herrero, guarnicionero,
platero, etc.
En la Plaza Mayor se encuentra el CENTRO DE INFORMACIÓN SEFARDÍ DE GALICIA, donde se muestra la historia de la comunidad Judía en esta tierra: sus vivencias; religión; relaciones sociales; oficios; la convivencia antes y después de la expulsión, así como el proceso inquisitorial que sufrieron.
Este edificio alberga también la Oficina de Turismo. Información de Interés: Precio: 1 €. Horario: OUTUBRE - MAYO: Lunes - Sábado de 9:30 a 14:30 y de 16:00 a 19:00 h. Domingo y festivos de 10:30 a 15:00 h. JUNIO - SEPTIEMBRE: Martes - Sábado de 10:30 a 14:00 y de 17:30 a 19:30 h. Domingo y festivos de 10:30 a 14:00 h. Lunes cerrado. Tfno.: 988 471 275; web: RIBADAVIA TURISMO
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Me gustaría saber si la imagen de la península en el suelo de algunas calles está formada por letras judías y cual es su significado
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