Con un telón de fondo sobrecogedor, sobre el magnífico meandro que hace el río Miño en O CABO DO MUNDO, el pequeño lugar de A Eirexe, enclavado en la parroquia de Nogueira, acoge una curiosa e interesante iglesia que esconde en su seno pequeños tesoros artísticos.
Hace más de diez años, unas filtraciones de agua hicieron temer por la
seguridad del techo en el templo de Santa María de Nogueira. Fue la alerta de
un vecino la que destapó el secreto que la cal había ocultado durante siglos:
uno de los mejores conjuntos murales del Renacimiento en Galicia (LA CAPILLA
SIXTINA DE GALICIA).
En esta parroquia de la Ribeira Sacra sabían que había algunas pinturas,
pero solo se podían ver pequeños trozos. El blanco dominaba en las paredes
encaladas a las que asomaban unas manchas que, pensaban, eran humedades. «Na idade moderna cubríronse de cal moitas
igrexas e mosteiros, mesmo as paredes da catedral de Santiago. Normalmente, por
razóns hixiénicas. Grazas a isto, as pinturas conserváronse debaixo coma se
fose un xacemento arqueolóxico», explica el historiador de arte de la USC
Miguel Ángel Cajigal.
Sus PINTURAS MURALES, que recientemente fueron sometidas a un
proceso de restauración, se atribuyen al llamado “Maestro de Nogueira” y se
sitúan, según un estudio sobre la pintura mural en Galicia del profesor García
Iglesias, en torno a 1560. « Agora,
podemos apreciar que foi pintado por varias mans»«É excepcional ter en Galicia
unha igrexa cun ciclo de pinturas así, practicamente completo». «Temos frescos
de diferentes épocas, moi seguidas, o que permite ver como foron os cambios
estilísticos e de representación. Ademais, hai iconografías que son únicas na
comunidade». « Nogueira é A PEDRA
DE ROSETTA da pintura mural galega»,
apunta Miguel Ángel Cajigal.
Como características principales del estilo del Maestro de Nogueira encontramos un ciclo mural de gran formato e influencia italiana, enmarcado por franjas ornamentales de gran riqueza formal, con grutescos y decoración vegetal propios del gusto de su tiempo.
Nogueira es sin duda algo excepcional dentro de la pintura renacentista
gallega y sólo se puede comparar con ella, el conjunto de murales de la iglesia
de SANTA BAIA DE BANGA, en O CARBALLIÑO.
Este maestro o taller decoró un buen número
de las iglesias de la zona, como la de Santiago de Requeixo, donde sus pinturas
murales muestran muchas similitudes con éstas de Nogueira de Miño, o los
murales de la iglesia monfortina de SANTA MARÍA DE BAAMORTO (enlace a nuestra publicación), un caso excepcional en Galicia
por ser una de las escasísimas pinturas renacentistas conservadas en un muro
exterior.
También hay pinturas de este artista en las iglesias de SAN PEDRO DE RIBAS ALTAS (enlace a nuestra publicacion), San Miguel do Monte (Chantada) y Entrambasaguas, en el municipio de
Guntín de Pallares.
En el muro norte de la iglesia se representan EL JUICIO FINAL, presidida
por la figura de Cristo en majestad que recibe a la Virgen María en el reino
angélico, acompañadas ambas imágenes por un nutrido grupo de santos.
Esta configuración de la Gloria se puede encontrar también, muy similar, en las pinturas de la bóveda de SAN PEDRO DE RIBAS ALTAS (enlace a nuestra publicacion), obra atribuida al mismo autor, pero estas, por desgracia, sin restaurar y bastante deterioradas.
La restauración se hace respetando siempre los frescos originales, por
ello en las zonas donde no hay pinturas quedan blancas o borrosas como se puede
observar en la cara de algunas personas debajo del ángel.
Otra curiosidad es ese trozo de pintura diferente debajo de la corneta del ángel. Cuenta que la capilla del alba se hizo posteriormente. Al aprovechar las piedras encaladas esa resulto ser de otra zona.
... y una representación de LA CORONACIÓN DE
SANTA MARÍA.
En el arco de triunfo, la escena de la ANUNCIACIÓN A LA VIRGEN, el
Arcángel Gabriel a la izquierda y la Virgen a la derecha. En el centro un PANTOCRÁTOR
preside la escena entre nubes.
Abajo a la izquierda EL
MARTIRIO DE SAN SEBASTIÁN, santo de máximo culto en Galicia y cuyas
representaciones se cuentan por cientos a lo largo de este territorio; su
vinculación a la protección contra la peste que azotó Galicia a finales del XVI,
puede ser una de las explicaciones de la selección de este santo para la
iglesia. La escena muestra al santo francés del siglo III en su castigo por
haber elegido a Jesucristo, con ocho flechas clavadas, varias de ellas en
lugares vitales, y rodeado de soldados.
En el otro lado de la entrada al presbiterio encontramos una escena de
las SANTÍSIMA TRINIDAD, una de las cuestiones centrales del cristianismo
y que aquí muestra con gran perfección al Padre, a Jesús (crucificado) y al
Espíritu Santo.
El programa iconográfico del presbiterio se inicia en el muro sobre el
que se practicó el acceso a la sacristía, que es también el más complejo desde el
punto de vista de las capas pictóricas. Nos encontramos en la capa superior con
una representación de LA FLAGELACIÓN DE CRISTO con un sucinto enmarque
arquitectónico de aire clásico.
Cristo, atado a una columna clásica, está
siendo martirizado por dos figuras, que lo flanquean. La escena estuvo fechada,
pero el desgaste del muro en esta zona de paso ha provocado que se pierda buena
parte del texto. Esta capa podría ser coetánea a la bóveda, por lo que se
dataría en el último cuarto del siglo XV.
A la derecha del acceso a la sacristía, aparece una figura femenina
parcial que podría ser una VIRGEN ENTRONIZADA, cobijada por un arco. El
estilo de esta figura femenina recuerda en su concepción del trazo al maestro
que ejecuta el Prendimiento.
El paramento del muro norte más cercano al testero fue el lugar elegido
para representar un CAMINO AL CALVARIO de muy pobre calidad pictórica.
La escena es muy simple, presentando únicamente a Cristo y a Simón de Cirene.
Ambas figuras están ejecutadas con una muy llamativa falta de pericia en el uso
de las proporciones. Esta baja calidad técnica no parece corresponderse con
ninguna otra escena del presbiterio y, junto al estado de conservación,
complica su datación
La sacristía acoge dentro de sí numerosos objetos referentes a la liturgia de los que destaca una cruz de plata con alma de madera que data de finales del siglo XVI o comienzos del XVII. En la misma sacristía podemos admirar unas aceiteras del s. XVII, además de un incensario de finales del mismo siglo. Cálices, cajoneras, custodias y querubines, son otros de los objetos recogidos en este habitáculo.
La escena estilísticamente más antigua del presbiterio es también el
fragmento mejor conservado y la obra de mayor calidad pictórica de toda la
capilla mayor. Identificada en diversas ocasiones como obra de conjunto del
llamado Maestro de Nogueira junto con los frescos de la nave, hoy resulta evidente
que ambos artistas están separados por un siglo de historia de la pintura, como
mínimo. No obstante, la mano que traza estas pinturas es la de un maestro
experto, que domina las iconografías que aborda y se expresa con soltura en las
convenciones representativas del estilo gótico. Aunque no sea obra del mismo
autor y ni siquiera comparta estilo con los frescos de la nave, este panel
pictórico es una de las grandes obras maestras de la iglesia de Nogueira de
Miño.
Se representan dos escenas sucesivas en un mismo registro, lo cual marca
también una gran diferencia con el resto del templo, donde cada escena se
encuentra siempre dividida de las demás por marcos arquitectónicos. En este
caso las escenas representadas son dos momentos que frecuentemente aparecen
fusionados en el arte bajomedieval.
La ORACIÓN EN EL HUERTO es una deliciosa representación, en la que
el marco natural aparece sugerido sólo a través de una roca que semeja un
atrezzo teatral. Mientras Santiago, Pedro y Juan dormitan -sin llegar a cerrar
completamente sus ojos, Cristo recibe la cruz de su martirio de manos de un
ángel y el cáliz de la Pasión reposa sobre la roca. El artista no necesita más
elementos que éstos para configurar una escena cuya composición, dentro de su
sencillez, es notablemente más elaborada que la del resto de escenas del
presbiterio. El espacio del huerto de Getsemaní está definido a través de una
valla de entramado de zarzo, típicamente medieval, que aparece en ocasiones en
representaciones centroeuropeas, especialmente durante el siglo XV. La valla de
zarzo sirve también para separar las dos escenas que comparten el registro
pictórico.
El PRENDIMIENTO comparte sencillez compositiva con la escena
vecina. La figura de Cristo centra la composición, participando de tres actos
de forma simultánea: recibe el beso de la traición de un Judas con rasgos
sutilmente grotescos; devuelve a Malco la oreja que Pedro le ha cercenado; y es
prendido del manto por un soldado fuertemente acorazado. Las otras cuatro
figuras son accesorias a estas tres acciones: San Pedro con su espada
desenvainada, un diminuto Malco que alarga las manos para recuperar su oreja y
dos figuras armadas, aunque no representadas como soldados, que participan del
prendimiento con una lanza, una clava y una linterna, y que no son más que una
visión mínima de la turba. El estilo de
esta representación lleva a pensar en una cronología anterior a cualquier otra
representación figurada del templo, que se establecería antes de la mitad del
siglo XV.
La cubierta interior del presbiterio presenta una decoración que la
identifica como la bóveda celeste, a la que se accede a través del arco
triunfal coronado con el IHS que representa a Cristo, ejecutado con la dudosa
caligrafía de un artífice que probablemente no sabía leer.
Los tondos del primer tramo del presbiterio representan a los cuatro vientos, figurados como cabezas masculinas de carrillos hinchados y ojos desorbitados en acción de soplar con fuerza. Dos de los tondos se encuentran actualmente muy deteriorados. Cada uno de los vientos está identificado en letra gótica bastarda; aunque la mayor parte del texto está borrado o resulta ilegible dada la baja calidad técnica de la pintura, sí alcanzan a identificarse las palabras “Meriodon” y “Oriente” en dos de los tondos. Esta rara iconografía, de intenso sabor clásico, no tiene parangón en Galicia.
Los tondos del segundo tramo de la bóveda, más cercano al testero, fueron
aprovechados para representar el Tetramorfos. Actualmente se conserva en buen
estado el león alado que representa a San Marcos en el paramento norte y un
deteriorado buey que representa a San Lucas en el paramento sur. Los símbolos
de San Juan y San Mateo son parcialmente visibles, aunque en su mayoría se
encuentran ocultos por el retablo instalado en 1783. En el tondo próximo al
buey de San Lucas parecen apreciarse restos del símbolo de San Mateo. La bóveda de Nogueira podría ser obra del
último cuarto del siglo XV.
La intervención de restauración siguió las siguientes fases:
- Eliminación de la cal que oculta la visión
de las pinturas.
- Limpieza de la superficie pictórica para
devolverle sus colores originales.
- Consolidación y relleno de los huecos entre
el mortero y el muro de piedra.
- Amorterado de lagunas para nivelar la
pintura y proteger los bordes evitando su degradación.
- Reintegración cromática para conseguir
unidad y continuidad visual en la pintura.
En algunas partes de los murales pueden verse las llamadas monteas,
diseños trazados en las paredes por los maestros que dirigieron antiguas obras
de ampliación de la iglesia. Los dibujos fueron hechos sobre las series de cal
que ya cubrían por entonces las pinturas. Al retirar el mortero, las marcas quedaron
visibles sobre los murales.
Santa María de Nogueira combina elementos de la segunda mitad del S.XII con
otros del segundo tercio del XVIII, época en la que sufre importantes reformas
en la fachada, que actualmente muestra el antiguo ROSETÓN ROMÁNICO...
La iglesia, de una sola nave, con arco triunfal y cabecera cuadrangular,
tiene una ventana de arco de medio punto posterior decorada, aunque el retablo
no nos deja verla desde el interior. El ábside se cubre con un tramo recto con
bóveda de cañón y bóveda de arista. En la cabecera, cuatro columnas muestran decoración en capiteles y basas,
siendo probablemente talladas por más de una mano, ya que algunos presentan
mayor tosquedad que otros.
Lateralmente, en el tramo norte, hay una sacristía adosada, así como la
llamada Capilla de Alba. Dicha capilla era para que los trabajadores pudiesen ir a rezar bien de mañana con sus ropas de trabajo sin mezclarse con la clase alta.
En Santa María de Nogueira también podemos ver algunos retablos de gran interés que albergan diversas esculturas, entre las que se pueden destacar: las de Nuestra Señora del Rosario y San Juan Bautista pertenecientes al siglo XVII.
El testero de Nogueira de Miño se encuentra presidido desde 1783 por un
retablo de estilo tardobarroco.
El programa iconográfico del mueble, centrado
en la exaltación mariana tanto en figuras como en su decoración, está repartido
en dos cuerpos. El principal presenta a la Virgen María, titular del templo,
flanqueada de cuatro santos de especial devoción, mientras que el superior,
cuya forma semicircular se debe adaptar a la bóveda románica del presbiterio,
recoge cuatro escenas representadas en otros tantos relieves.
SAN GREGORIO se representa imberbe, revestido de hábitos
pontificales y sosteniendo la cruz pontificia y un libro abierto que le
identifica como Doctor de la Iglesia. San Gregorio, uno de los cuatro padres de
la Iglesia Latina, fue elegido, contra su voluntad, como sexagésimo cuarto Papa
de la Iglesia. Santo del siglo VI, su imagen es una de las más representadas en
los templos europeos, pues durante varias épocas se le consideró como un
protector contra la peste e intercesor en favor de las ánimas del purgatorio.
SAN PEDRO, primer Papa de
la Iglesia aparece en su clásica representación como Apóstol, portando una
llave -su atributo principal y más antiguo- y un libro en la mano izquierda.
Su martirio (dos figuras de rasgos y atuendo túrquico fijan con correas el cuerpo del santo a la cruz, colocándolo en posición invertida, tal como determina la tradición cristiana) se encuentra representado en uno de los relieves del cuerpo superior, reforzando la importancia de su presencia en el retablo
Una INMACULADA CONCEPCIÓN de eminente carácter popular preside el
templo en la calle central del cuerpo principal del retablo, desde una hornacina
de mayor tamaño coronada por el monograma de María y la figura de un ángel que
porta una filacteria con la salutación “Ave María”. Acompañada de querubines,
que se repiten en otras partes del retablo, nos encontramos ante su iconografía
clásica.
SAN JUAN BAUTISTA, precursor de Cristo y primer mártir de la
Iglesia, aparece representado en su habitual iconografía como profeta del
desierto. Está representado en acto de bautizar y sus atributos más comunes (el
cordero y el libro) se encuentran posados junto a sus pies. Viste su
característica túnica de piel de camello sobre la que lleva un manto rojo que
recuerda su tormento. SAN
ROQUE, el santo de Montpellier que vivió en el siglo XIV, es uno de los más
populares intercesores divinos ante la peste. Como tal, su representación es de
gran devoción popular en toda Europa, siendo muy intensa esta devoción en
Galicia. Su inconfundible imagen como peregrino que muestra en su muslo las
marcas de la peste acompañado del perro que le proporciona alimento es la que
encontramos en el retablo de Nogueira, donde le flanquea también una figura de
pequeño tamaño.
Como ocurría con San Pedro, el martirio de San Juan Bautista se encuentra representado en uno de los relieves del cuerpo superior, reforzando su presencia en el retablo (el cuerpo decapitado y encadenado se encuentra todavía rezando mientras un pequeño personaje, que repite ciertos rasgos turcos, entrega a Salomé y a otra dama la cabeza del santo en una bandeja).
sa
En el interior también observamos una bonita Pila Bautismal, el suelo
cubierto de sepulturas y junto a la puerta de entrada, lo que queda de un
primitivo púlpito de madera.
En el exterior, el ábside cuadrangular ofrece también una delicada y
decorada ventana con arco de medio punto.
La puerta lateral presenta una delicada ornamentación, con arquivoltas decoradas y tímpano con cruz solar encerrada en un círculo y palmas a los lados., así como mochetas con representaciones de dos curiosas cabezas de animales.
Los canecillos exteriores se adornan con una rica y
variada temática, en la que la presencia de fauna local es una constante,
cabras, murciélagos, truchas, anguilas…
En la cornisa, entre dos de estos canecillos, también resaltan las figuras de un pez y de una serpiente o anguila.
El escritor chantadino Xosé Lois García, en su libro Simboloxía do románico de Chantada, menciona estas esculturas y las de otras iglesias de la zona como ejemplo de la influencia de los motivos iconográficos de carácter autóctono -como la fauna fluvial o las cubas de vino- en el patrimonio románico de la comarca.
En la cornisa, entre dos de estos canecillos, también resaltan las figuras de un pez y de una serpiente o anguila.
El escritor chantadino Xosé Lois García, en su libro Simboloxía do románico de Chantada, menciona estas esculturas y las de otras iglesias de la zona como ejemplo de la influencia de los motivos iconográficos de carácter autóctono -como la fauna fluvial o las cubas de vino- en el patrimonio románico de la comarca.
En el muro sur, se pueden observar signos lapidarios de siete tipos
diversos; son bastante curiosas las lápidas incrustadas en las paredes de la
iglesia.
Para finalizar, dar las gracias de corazón al sacristán de la iglesia
Antonio Vázquez Porto, que ejerce también de guía altruista de Nogueira. Es de
agradecer encontrarse personas preocupadas en conservar y dar a conocer estas
extraordinarias obras de arte y que como
Antonio, ofrecen su tiempo amable y atentamente a todo aquel que lo solicita.
TODA LA INFORMACIÓN INCLUIDA EN ESTA PUBLICACIÓN, HA SIDO RECOGIDA DE LOS SIGUIENTES ENLACES:
Fascinante. Gracias por compartir toda esta maravilla que tendo tan cerca descoñecía, quedo certamente abraiada admirando as fotos e leendo as descripcións de todo ese Arte.
ResponderEliminarGracias, un saúdo.
Grazas por seguir as publicacións do blog e alegrome moito que sexan do teu interese. Un saudo.
EliminarLa labor de conservación es impresionante como las pinturas de distintas epocas:románicas, góticas,renacentistas,e inclusivos retablos barrocos.Vale la pena visitarlas y escuchar los explicaciones del señor Antonio,sacristán de la iglesia.Muchas gracias a el y al que ha hecho posible que podamos disfrutar de ellas
ResponderEliminarSi que es importante agradecer a todos los que han hecho posible la restauración de estas maravillas y también a Antonio, como no. Ya que sin él, no nos hubiese sido posible poder disfrutarlas y admirarlas!
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