Iglesia de estilo barroco del siglo XVIII (1750), levantada intentando seguir las líneas de Nuestra Señora de los Remedios. Dice la LEYENDA que se construyó una capilla en el lugar donde
apareció una imagen de la Virgen. Según el trabajo de investigación publicado por Manuel Ares Faraldo en el
Anuario Brigantino, fue el regidor Alonso de Aguiar quien dio orden de
construir el templo original tras encontrar la imagen de A Angustia en unos
viñedos propiedad del mayorazgo de su Casa de Illobre. Fruto del hallazgo se
levantó en el lugar una capilla primitiva que albergó la imagen hasta 1740. Fue
su nieta Juana María, la que promovió la ampliación.
A pocos metros del santuario hallábase esa antigua
ermita, en un punto que aún hoy lleva el nombre de "La Capilla" y
no muy distante del lugar en que se asegura apareció milagrosamente la efigie
pétrea de la Virgen, que se venera en aquella iglesia. Don Vicente Antonio
Roldán y Aguiar, regidor perpetuo de Betanzos y padre del 11º conde de Taboada,
ejerció el patronato del santuario, en cuyo presbiterio no hace mucho tiempo se
podía ver "una esposa de hierro, cuya procedencia dicen que es de un
hombre que habiéndole imputado falsamente un crimen y pasando preso por delante
de esta capilla, pidió de corazón a la virgen de la Angustia que descubriese su
inocencia y en aquel mismo instante cayó al suelo la esposa con que llevaba
sujetas las manos".
El terreno sobre el que se alzó la iglesia fue cedido por el Condado de
Taboada, mientras que la construcción se sufragó con donativos populares, que
se agotaron a finales del XIX, de ahí se explica la ausencia de la segunda
torre campanario.
Presenta una planta de cruz latina, con crucero acabado en una cúpula. A
los pies de la nave se sitúa un coro alto. La distribución de los espacios
parte del crucero, con cuatro arcos de medio punto que dan paso a las capillas
laterales, el presbiterio y la nave, los cuales presentan cubiertas abovedadas.
Entrando, a la derecha está situada la imagen de piedra policromada de la
Quinta Angustia, talla moderna atribuida a Magariños, el notable imaginero
compostelano. El fondo del presbiterio está cubierto por un retablo que
representa el Descendimiento de la Cruz y en el centro la imagen procesional de
la Virgen de la Angustia, a la que los vecinos de toda la comarca le tienen
gran devoción.
La ornamentación exterior se concentra en la fachada principal, dividida
en dos cuerpos. El primero de ellos, rectangular y rematado por una cornisa, se
halla dividido en tres espacios. En el espacio central se sitúa la puerta
principal, con orejeras y sobre ella una hornacina profusamente decorada que
acoge a la imagen pétrea de la Piedad. A continuación, y siguiendo el juego
simétrico, dos ventanas rectangulares dan paso a un hueco circular que cierra,
mediante una cornisa, este espacio central.
El segundo se corresponde con la torre campanario.
El edificio constituye un interesante ejemplo del barroco gallego, en el
que se mezcla la sobriedad estructural y un profuso juego de elementos
geométricos.
El tercer domingo de septiembre, los betanceiros acuden en romería a las
Angustias. Una larga caravana de fieles discurrirá
por A Condomiña hasta el templo menos antiguo de la Ciudad de los Caballeros.
Hasta hace poco tiempo, hasta allí se desplazaban también los empleados de la
Fábrica de Tabacos de A Coruña, la mayoría mujeres, que desde que en 1920 una
serie de despidos los llevó a los pies de Nosa Señora da Angustia, siguieron
renovando su profesión de fe hasta el cierre de la factoría de A Palloza.
A unos escasos 300 metros del santuario se sitúa el Pazo
de Illobre.
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