El mito
narra que fue la primera iglesia de Compostela, en origen un pequeño eremitorio
donde a comienzos del siglo IX vivió el anacoreta llamado
Este pudiese ajustarse a Pelagio, que ostentaba el apostolado de Iria Flavia; uno de los nueve “Obispos Santos”, que cansados del peso de la mitra, eligieron el MONASTERIO SANTO ESTEVO DE RIBAS DE SIL como retiro y lugar de enterramiento.
Según la tradición todo ocurrió hacia el año 820, durante reinado de Alfonso II (791-842), al que la hermanada ciudad de Oviedo, obsequio en el año el año jubilar de 1965, con una escultura del rey para conmemorar este acontecimiento.
El obispo
Sisnando convirtió el templo antiguo en parroquia en el siglo X, sobre
el año 900 y aquí surgiría una comunidad monástica que se utilizó como hospital para pobres y peregrinos.
Estos fueron los responsables de custodiar el sepulcro del Apóstol junto con
San Paio y también sería el origen de una pequeña aldea que daría lugar a la
ciudad de Santiago.
Si pasamos
de la leyenda a la historia, sabemos que la iglesia actual esta situada junto al
popular mercado de Santiago.
En tiempos
del rey Alfonso
III (866-910)
los clérigos de esta iglesia pasaron, como hemos comentado anteriormente, a
formar parte de la comunidad de la catedral de Santiago, a la que siguieron
perteneciendo durante siglos.
Sabemos también que la arquitectura de la iglesia fue seriamente dañada por las invasiones y ataques musulmanes, por lo que hacía el año 1122, durante el obispado de Xelmírez (1100-1140), verdadero mecenas e impulsor de la ciudad y la peregrinación a Compostela, tuvo que ser reedificada.
PAZO DE XELMÍREZ |
A comienzos
del siglo XIV la iglesia románica fue dotada del pórtico actual, con un hermoso
relieve sobre su tímpano en el que aparece representada la Epifanía o Adoración
de los Reyes, trabajo en granito
cuya ejecución ha sido documentada en 1316 y atribuida al maestro F. Paris.
En el centro aparece la imagen de la Virgen con el niño sentado en el regazo; a la derecha se ven los Reyes Magos; a la izquierda la imagen de San José apoyado en un bastón; y postrado ante la Virgen, Juan de Ben, el donante de la obra.
La arquitectura se completó siglos después, en el siglo XVII donde se le añaden nuevas capillas y en el XVIII, se procede una ampliación, con dos naves nuevas,...
... y el campanario barroco, obra del arquitecto compostelano Simón Rodríguez (1679-1751).
De la primera fase románica, que corresponde a la construcción en época de Gelmírez, se conservan algunos tramos de los muros de la nave, rematados por sencillos canecillos en caveto y el Agnus Dei con cruz antefija que actualmente aparece en el piñón del testero.
El primer canecillo de cada muro de la nave debió pertenecer también a
la portada original; representan figuras humanas sedentes con largos ropajes y
con una cartela sujeta en la mano.
El interior lo preside un magnífico retablo barroco de un sólo cuerpo y rematado por un ático.
En él, la Virgen de los Milagros florece en un hondo nicho central.
En
el muro norte del presbiterio se conserva una tumba con la efigie
yacente del Cardenal Lopo Gonzáles de Carballido, labrado en los primeros años
del XVI.
El conde de Altamira fue un personaje de gran trascendencia en la vida política, social y económica de la Compostela moderna. Tal es así, que incluso uno de los accesos a la ciudad, el postigo de San Fiz, estuvo prácticamente para el servicio del conde, cuya residencia construyó en los terrenos emplazados inmediatamente al norte de la iglesia de San Fiz, es decir, en el solar que ahora ocupa el mercado de la ciudad. Aunque se desconoce el momento exacto en que el solar pasa a ser propiedad del Conde de Altamira, se sabe que en 1535 el pazo ya había sido edificado. La propiedad del Conde de Altamira estaba conformado por un edificio palacial rodeado de jardín cercado por un muro que distaba de la cerca de la ciudad unos cuatro metros. Conocemos su aspecto gracias al arquitecto Juan López Freire quien, en una visita que hizo a finales del siglo XVIII al inmueble para evaluar su estado, comprendió la importancia de hacer una buena descriptiva del mismo, pues claramente estaba llegando al final de su existencia.
Cada Navidad, el interior del templo acoge un precioso BELÉN, cedido y montado por José Uzal con la colaboración del Colegio Mayor de San Agustín y de la Archidiócesis de Santiago de Compostela.
BELÉN DE SAN FIZ DE SOLOVIO |
El cruceiro fue trasladado a Solovio desde el lugar en el que Joseph Ramírez de Arellano, estudiante en Santiago, fue caído por una reyerta en 1718.
Fue mandado
erigir por su madre Isabel de Sotomayor con el epitafio que decía:
Señala
Raimundo García Borobó en el periódico La Noche (14 de mayo de 1954) que la
manera en la que se redactó la inscripción dio lugar a confusión. Los canteros
escribían aprovechando el espacio disponible, sin reparar en que separar el
apellido Arellano en dos líneas (ARELLA-NO) iba a dar como resultado que, con
el paso de los años, se forjase un misterio sobre Ramírez. La gente leía: «No
rueguen a Dios por él». Una simple sílaba, fraguó la leyenda de un maldito, o
de un excomulgado que no lo fue. Incluso, al parecer, el cruceiro recibía los
escupitajos de las gentes por esa confusión.
http://xurdemoran.blogspot.com/2015/08/san-fiz-de-solovio-en-el-origen-de.html
https://xacopedia.com/San_Fiz_de_Solovio_iglesia_de
https://visitasguiadas.es/D/post/el-cruceiro-de-ramirez/
https://cruceirosdegalicia.xyz/1507811.html
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