RUTA DA RIBEIRA DO MIÑO



RUTA DA RIBEIRA DO MIÑO, A GUARDA

Dejamos nuestra visita al CASCO HISTÓRICO de A Guarda en el Barrio da Cruzada y bordeando la falda del Monte Santa Trega, visitamos al ESPACIO NATURAL DEL ESTUARIO DEL RÍO MIÑO en Camposancos.

ESTUARIO DEL MIÑO DESDE MONTE SANTA TREGA
Extensa zona húmeda de gran valor ecológico situada en la desembocadura del más importante de los mil ríos gallegos, que comprende los municipios de A Guarda y O Rosal, alcanzando una extensión total de 1.668 ha. 


Como espacio natural, pertenece a la Red Natura 2000; es Lugar de Importancia Comunitaria (LIC); está reconocido como Zona de Especial Protección para las Aves (ZEPA) y fue declarado como Zona de Especial Protección de los Valores Naturales (ZEPVN).


Para algunas aves el estuario es de vital importancia, ya que constituye uno de los escasos e importantes lugares de descanso en sus desplazamientos entre el norte de Europa y África. Por ello, desde 1965 está incluido también, en la Lista de zonas húmedas de Europa y Norte de África de Importancia Internacional.



Las aguas del Estuario del Miño, por su carácter salobre, permiten la convivencia de especies marinas y fluviales, resultando una diversidad floral y faunística excepcional.



Llegamos bordeando este particular y bello tramo costero gallego que desde Baiona, cruza Oia y finaliza en este enclave. Una costa caracterizada por la ausencia de acantilados; su forma casi rectilínea; además de ser extremadamente rocosa.




En la zona del Puntal; nos topamos con otras muestras de los famosos MOLINOS DE VIENTO de A Guarda, idénticos a los que nos encontramos en nuestro extraordinario paseo por la Villa.





Levantando la vista se nos aparece la silueta del MONTE DE SANTA TREGA, con su maravillo tesoro casi oculto bajo la niebla.



En el paseo litoral, entre las rocas que asoman al océano, se divisa la silueta de unos cuantos intrépidos pescadores,...


... pero lo que más nos llama la atención, es una de esas rocas protegida con un pequeño cierre de madera, a los pies mismo del sendero, en la que un panel informativo nos indica, que esta y otras PIAS que hay en la zona, fueron empleadas para la obtención de sal.



Estas curiosas salinas, consisten en un rebaje de unos dos centímetros realizados en la superficie de estas grandes piedras, donde se vertía agua del mar; esta se evaporaba, quedando en su interior la sal luego recogida. La sal fue un elemento imprescindible no sólo en la alimentación de los humanos y su ganado; también sirvió para la conservación de carnes y pescados hasta la no muy lejana llegada de la refrigeración.

Desde aquí, las pasarelas de madera del atractivo paseo se adentran en el COMPLEJO DUNAR, delimitado a un lado por un frondoso pinar mezclándose con robles; encinas; acacias... y del otro la unión del río con el mar.




Una especie característica es la pillara pápuda, ave pequeña de entre 30 y 50 gramos de peso que cría en las dunas entre los meses de mayo y julio. Esta ave tiene que incubar los huevos durante 25 días. Su principal peligro es el bañista, ya que si este se tumba cerca del cuenco donde están depositados los huevos, el ave no se acerca y los huevos mueren antes de nacer.

 


En el encuentro del Miño con el Océano Atlántico, destaca un pequeño islote de propiedad portuguesa conocido como A INSÚA DE SAN ISIDORO, donde se edificaría en 1392, un sencillo convento franciscano que subsistió gracias a los donativos de los pescadores. 




En el contexto histórico de la Guerra de Restauración Portuguesa (s. XVII), el Rey Joäo IV de Portugal manda edificar la fortaleza y en épocas recientes, un faro guiaba a los barcos en la Foz del Miño.

 


La pasarela de madera ahora recorre las dunas paralela a la ribera del río, permitiendo el acceso a la bonita y concurrida PLAYA DO MUIÑO, topónimo que hace referencia a los dos Molinos construidos a mediados del s. XIX. De estos dos y del Fuerte allí existentes, ya no quedan restos.

 






El sendero continúa río arriba, atravesando otras llamativas playas fluviales, así como, parajes que dejaron huella en la historia no muy lejana de Camposancos. 




Uno de estos lugares es O Pasaxe, en el que nos llamó poderosamente la atención, la impresionante construcción que después conocimos que fuera el antiguo COLEGIO DE LOS JESUITAS.



El llamado Colegio Apóstol, luego instituto N'un Alves y más tarde Colegio de María Inmaculada fue propiedad de la Compañía de Jesús. Antiguo almacén de importación exportación de la familia Español paso a manos de los jesuitas en 1875 y desde aquella fueron muchos los profesores y eruditos que pasaron por la Pasaxe: el padre Baltasar Merino (botánico); el padre Arguelles (naturalista) o el padre Eugenio Jalhay (arqueólogo). El colegio de A Pasaxe, fue germen de la actual Universidad de Deusto.

Contó con medios técnicos de los más avanzados, instalándose uno de los primeros observatorios de Galicia, el segundo teléfono del Municipio y antes de llegar la luz eléctrica al municipio en 1900, los PP Jesuitas disponían de luz eléctrica gracias a un generador comprado en Alemania.

En 1916, los PP Jesuitas alquilan las instalaciones a los PP Jesuitas de Portugal que venían de ser expulsados de su país, mientras el Colegio Apóstol Santiago se trasladó a Vigo. Comienzan 26 años de estancia de los jesuitas portugueses en Camposancos, como Instituto N'un Alves, nombre que por obligación del gobierno español tuvieron que sustituir por el de Colegio María Inmaculada.

En la II República los jesuitas deben abandonar el colegio, quedando en manos del Estado asumiendo el ayuntamiento la obligación de velar por su conservación. Durante la guerra funcionó como cárcel llegando a estar entre 3000 a 5000 presos. 

Según refiere don Evaristo Rivera Vázquez [...] en octubre de 1937 llegó [A O PASAXE CAMPOSANCOS] la primera tanda  de prisioneros republicanos compuesta por 3.000 hombres y 180 mujeres.... todos capturados por nuestra gloriosa escuadra al derrumbarse el frente de Asturias. Las mujeres fueron trasladadas muy pronto a otra parte... algunas detenidas dieron a luz entre aquellas venerables paredes...

Frente a esta majestuosa construcción se encuentra el moderno PANTALÁN DE O PASAXE, construido en tierras ganadas al río Miño. 

Las obras de relleno impulsadas por don Juan Antonio Español sirvieron para construir un muelle al que llegaban los barcos que fletaba para su negocio de importación-exportación. El tráfico en este  puerto fue muy intenso hasta los años de 1930, en él llegó a funcionar una barca grande para ganado y otra pequeña para las personas.




Hoy en día, un moderno FERRY comunica esta orilla de A Guarda con su vecina portuguesa de Camiña, de la que también se nos muestra unas hermosas vistas de la villa y la desembocadura en el Miño del Río Coura.







INFORMACION RECOGIDA DEL SIGUIENTE ENLACE


VISITA OTROS SORPRENDENTES LUGARES DEL AYUNTAMIENTO DE A GUARDA EN ESTE ENLACE.

2 comentarios:

  1. Excelente reportaje de una de las zonas de Galicia, que siendo muy visitada hay un gran desconocimiento de su naturaleza y su historia...

    ResponderEliminar