GALICIA PUEBLO A PUEBLO: PONTE LUBIÁNS, CARBALLO

El puente Lubiáns salva el río Rosende, afluente del Anllóns, y marca el límite entre los ayuntamientos de Carballo y Coristanco.

Carballo fue, desde tiempos inmemoriales, cruce de caminos. El puente Lubiáns lleva a la imaginación a la época de las grandes calzadas romanas. Los restos de los baños romanos encontrados en el siglo XVIII, en los mismos terrenos del balneario actual, apuntan a que el pueblo podría haber sido, en época de Augusto, GLANDIMIRO, lugar de reposo y posada al lado de una importante calzada romana, la VÍA PER LOCA MARITIMA, que cruzaba Gallaecia de sur a norte, y salvaba el río Rosende en este punto. Siglos después, era el CAMINO REAL que iba de A Coruña hasta Fisterra, atravesando por Viaño (A Laracha), A Feira de Berdillo, y A Brea, el que discurría por aquí.

Realizado en sillería y mampostería de granito, con la parte superior empedrada, no posee ningún tipo de protección lateral. Tiene poco más de dos metros y medio de ancho, siendo uno de los puentes históricos más estrechos de Galicia. Su altura máxima es de 5,40 m., y su longitud total de 40 m.

Contaba con cinco arcos de medio punto, que son los que predominan en los puentes romanos, pero hoy en día solo son visibles cuatro, ya que en la época moderna se le adhirió un contrafuerte en uno de sus extremos.

Cuentan con un tajamar en la parte central, que sirve para distribuir equitativamente las corrientes del río entre los diversos arcos que componen el puente. Este tajamar tiene elementos puramente romanos como el tipo de altura y forma de construcción.

Durante los siglos XVI y XVIII se llevaron a cabo algunas restauraciones. Hay especialistas que sitúan el origen del puente en la época romana, sin embargo, el asunto da lugar a disparidad de opiniones. Hay quien la considera medieval o incluso posterior, del siglo XVIII.

En el escudo del ayuntamiento de Coristanco, se aprecia en el centro superior la torre de Nogueira, acompañada por dos vieiras jacobeas, y abajo la Ponte Lubiáns.