La fundación de San Ramón fue instituida por el que fuera cura de esta
“fregresía”, D. José Bravo de Castro el día 22 de agosto de 1758. El templo
tiene doble torre barroca y entre ambas se alza en mármol policromado la imagen
del patrono.
Esta ermita se encuentra junto a un bosque maravilloso de eucaliptos
y pinos, con los elementos necesarios para el buen discurrir de una jornada de
festejos: crucero y ermita del santo para atender las necesidades de salud del
espíritu, viejo palco para dar cabida a los músicos que con sus notas alegrarán
los corazones de los asistentes; y campo sombrío para comer a gusto y dar
respuestas a las exigencias del paladar. Por eso aquí, cada 31 de agosto, se
celebra la romería más famosa de estos lugares, una Fiesta declarada de
Interés Turístico de Galicia.
Esta es una fiesta protagonizada por las parturientas, pero no es una
fiesta de la fertilidad al uso. Una de sus singularidades es que a la romería
boirense acuden mujeres a pedirle a San Ramón un hijo, así nos lo confirma una
copla que reza “As mulleres cando paren /
lémbranse de San Ramón”.
Se trata de una romería que, aunque data del siglo XVIII, está vinculada
a ritos paganos que se pierden en el tiempo alrededor de GRABADOS
serpentiformes, símbolo de fertilidad, que se pueden observar junto a la ermita
de San Ramón.
PETROGLIFOS DE BEALO |
No solo es una de las fiestas más antiguas de Galicia, sino que es la romería campestre más antigua que se celebra ininterrumpidamente (desde 1756), y se cuentan por millares los asistentes. Mucha gente va de romero, acampa en O Campo dos Outeiriños la noche del día 30 y queda allí hasta bien entrada la noche del 31, después de disfrutar de un día completo de comida, sesión de vinos y orquestas.
Durante la mañana del día 31, hay misas en la ermita a cada hora. A ellas
acuden las mujeres en busca de un parto feliz o de un embarazo y en la última,
en la que se junta el mayor número de mujeres embarazadas, procedentes de todo
el municipio y de los alrededores, llevan el santo en procesión. Existe,
además, un postre “sanramón” que se regala a las amigas para desearles un buen
parto.
En O Campo dos Outeiriños es tal la acumulación de vestigios históricos y
arqueológicos que vale la pena una incursión en él para dejarse hechizar por un
paisaje singular y único que nos acerca a antiguas tradiciones y a los espacios
que inmortalizaron en sus obras escritores gallegos como Valle-Inclán, Eduardo
Dieste o Borobó. Castelao
encontró inspiración en esta fiesta para dibujar alguna de sus famosas “Estampas de cegos”.
Resulta sobresaliente el CRUCEIRO del atrio, construido en 1707.
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