SAN MARTIÑO DE MOLDES, MELIDE

La iglesia románica de San Martiño de Moldes, construida en el siglo XII, es una iglesia de notable interés artístico por la inusual decoración de sus portadas.


Se encuentra próxima a un monte en el que fueron descubiertos restos de habitaciones protohistóricas, con muros de pizarra a modo de hogar. Entre las ruinas se hallaron fragmentos de cerámica muy antigua y un collar de cuentas de  
esteatita, cuyo adorno central, de mayor tamaño, representa un rostro humano.

CRUCEIRO del año 1897.
Actualmente no conserva el ábside original, pero se sabe que era rectangular gracias a la planta que se publicó en “Terra de Melide” en 1933, por lo que su cabecera fue modificada después de ese año.


El mayor interés de San Martiño de Moldes se centra en el exterior, donde destacan sus PORTADAS ROMÁNICAS, que presentan motivos iconográficos interesantes, tanto en los capiteles como en los tímpanos. Estilísticamente están vinculadas al taller del maestro Pelagio, uno de los pocos artistas románicos de fama conocida de entre aquellos que desarrollaron su cometido artístico en Galicia.


LA MERIDIONAL remata en un arco de medio punto que está sostenido por dos columnas acodilladas de fustes cortos, lisos y monolíticos, situados sobre altos zócalos.


Los capiteles presentan decoración vegetal: el de la izquierda, en la cara exterior, de entre el follaje asoma una cabecita en la que se distinguen ojos y boca. Los cimacios que se sitúan sobre estas cestas tienen distinta ornamentación: el izquierdo con ajedrezado y el otro con un tallo ondulante del que van partiendo, de forma alternada, una serie de hojas en forma de corazón.



El arco moldura la arista en grueso bocel y alrededor aparece una chambrana con ajedrezado, reconstruida con cemento en algunos puntos. En el centro se encuentra un TÍMPANO con una representación figurada tallada en dos planos, con tal sencillez y tosquedad que no aporta detalles anatómicos que permitan averiguar de qué animales se trata. 


Representa a dos cuadrúpedos sentados frente a frente y con las extremidades en contacto; tienen grandes fauces abiertas y unas largas colas. Si se interpretan las bocas abiertas como un signo de fiereza, se podría suponer que se trata de leones, pero la posición que presentan sería harto infrecuente dentro de las imágenes de tal felino. En cuanto a la escena, parece ser una lucha, tema poco frecuente en Galicia, pero la de Moldes es muy original no sólo por la fisonomía de sus protagonistas, sino por la ausencia de dramatismo y dinamismo que encierra, fruto de la escasa pericia del escultor.


El tímpano está sostenido por dos MOCHETAS en las que aparecen figuras de animales. La de la izquierda muestra a un simio con la boca abierta,...


... y la del otro lado a un animal de grandes fauces que enseña los dientes, rasgo característico del león. Ambos tienen una actitud amenazadora, propia de la función apotropaica que desarrollan al encontrarse a la entrada del templo.


Esta peculiar colocación de animales cuyo rasgo predominante es la ferocidad, está en relación con la idea de la muerte del "hombre viejo" -el pecador-, es decir, con la necesaria renovación del creyente, que debe cruzar aquellos umbrales sagrados purificado de todas sus lacras morales. Así, la presencia de leones en la entrada de las iglesias es muy frecuente, ya que como rey de todos los animales, el león actúa como guardián del templo; sus representaciones se situaban en las puertas y ventanas con un carácter apotropaico, con un efecto amenazador, no para prohibir el acceso, sino para prevenir al profano de que se interna en un espacio sagrado y advirtiendo al fiel de la necesidad de humillarse ante Jesucristo, pues así como el león no ataca a los que se prosternan ante sus garras, también Cristo sabe perdonar al suplicante. Por otro lado, en la tradición cristiana, el mono tiene una connotación negativa, como una caricatura del hombre: físicamente guarda un cierto parecido, pero encarna todo lo que la persona guarda de infrahumano -lascivia, gula, egoísmo, apego a la materia-. Incluso Hugo de San Víctor llegó a hacer de la imagen del mono figura del demonio, lo que en la práctica se constata con la abundancia de diablos con apariencia de simios, por ejemplo, en la portada de Platerías. De ahí que aparezca en Moldes como un elemento profiláctico y amenazador a la vez.

En la fachada occidental se encuentra una interesante portada abocinada, con dos arquivoltas sostenidas por cuatro columnas acodilladas de fustes lisos formados por dos piezas.


Las basas están situadas sobre un zócalo no muy elevado.



Los CAPITELES tienen una decoración zoomórfica rica y variada. El exterior de la izquierda muestra dos cuadrúpedos afrontados, sin indicaciones de pelaje. Las patas, que descansan sobre el collarino, están atadas con una cuerda, uno de cuyos extremos se mete en la boca de uno de los animales, como se ve en capiteles de los arcos triunfales de Santa María de Bermún y Santa María de Bermés (Lalín, Pontevedra).


La otra cesta reproduce dos aves afrontadas que apoyan sus patas en el astrágalo, y que tienen el plumaje realizado mediante incisiones paralelas.


En el otro lado, el capitel del extremo muestra un ave y un cuadrúpedo afrontados, éste con las patas en el collarino y la cola enroscada alrededor del tronco. El tratamiento que el escultor da a las figuras es distinto: en el caso del cuadrúpedo no se hace ninguna concesión al detalle, mientras que la figura del pájaro se trata de un modo más natural, llevando a cabo el modelado del plumaje mediante una serie de líneas incisas. 


Iconográficamente, la escena muestra a un grifo enfrentado a un basilisco, composición que puede verse también en la portada sur de SANTA MARÍA DE MELIDE, en la meridional de SAN PEDRO DE BEMBIBRE (Taboada, Lugo); o en la de San Martiño de Ferreira (Palas de Rei, Lugo). Desde el punto de vista iconográfico, el grifo es un animal monstruoso compuesto por cabeza y alas de águila y tronco y extremidades de león; su origen se remonta a la tradición persa, donde era guardián de tesoros, de las tumbas y de las cosas sagradas. En el mundo románico tuvo una doble interpretación: su doble naturaleza, terrestre y alada, se empleó como símbolo de las dos naturalezas de Cristo, humana y divina; pero más frecuentemente se asocia su imagen a representaciones diabólicas y destructoras.


El basilisco es un animal nacido del huevo de un gallo empollado por un sapo; tiene cabeza de ave sobre la que suele aparecer una corona, alas de gallo y cola de serpiente. Su mirada petrificaba o mataba, y para vencerlo era necesario enfrentarlo a un espejo, con lo que su propia visión le causaba la muerte. Está cargado de un simbolismo satánico facilitado por algunos pasajes bíblicos. Es emblema del odio, de la crueldad y de la muerte, y aparece representando a una de las cuatro bestias malignas que se identifican con las corrupciones.



En el capitel que sostiene la arquivolta menor aparecen dos cuadrúpedos afrontados y con las cabezas agachadas, de modo similar a un capitel de la ventana del ábside de Santa María de Bermún. El pelaje se realiza por medio de incisiones paralelas. De sus bocas salen lo que parecen unas largas lenguas y las colas se enrollan alrededor de sus cuerpos, mientras las patas se apoyan en el astrágalo. 


Es posible que se trate de leones, puesto que el escultor parece haberlos querido dotar de unas largas melenas. En cuanto al modelo que sigue este capitel, habría que buscarlo en la obra del Maestro de Platerías en la catedral compostelana.


En el TÍMPANO se representa a un hombre desnudo cabalgando sobre el lomo de un cuadrúpedo, mientras vuelve la cabeza al espectador. La figura no muestra más que los rasgos anatómicos esenciales, dando la impresión de que el escultor estuviese más preocupado en narrar que en dar un tratamiento naturalista a los personajes; el hombre parece estar desnudo, tiene el torso de perfil y agarra con su mano izquierda la quijada del animal, de cuya boca sale una flor tripétala. El cuadrúpedo está sentado sobre sus patas traseras, dobladas hacia delante, y tiene una larga cola. La talla es muy simple, en dos planos, realizada con un estilo muy rudo. Los protagonistas avanzan hacia la izquierda del espectador y se alojan bajo un arco polilobulado que se adaptan a cada parte de la escena.


Representa la lucha de Sansón con el león, episodio veterotestamentario que aparece en los tímpanos de otras iglesias de Galicia “Os sete tímpanos galegos coa loita de Sansón e o león“, como SANTA MARÍA DE TABOADA DOS FREIRES,...


SANTA MARÍA DE TABOADA DOS FREIRES

... San Xoán de Palmou (Lalín, Pontevedra), Pazos de San Clodio (San Ciprián das Viñas, Ourense),  SANTA BAIA DE BEIRO (se encuentra en el muro de un patio interior de una casa particular en la vecina parroquia de Turei, Ourense);...


..., SAN MIGUEL DE OLEIROS ...



...y SANTIAGO DE TABOADA (ambas en Silleda, Pontevedra).
En la iconografía cristiana, Sansón se convierte en prefiguración de Cristo al vencer al león, que simboliza al mal, del mismo modo que Jesús vence a Satanás. La flor que sale de la boca del felino puede estar haciendo alusión al enjambre de abejas que Sansón encontró en las fauces del león muerto algún tiempo después de haberlo vencido. Esta escena se relaciona también con la de las bases del parteluz del Pórtico de la Gloria y con las peanas del machón de los Apóstoles del mismo Pórtico, donde Sansón domina a dos leones, a los que ahoga con sus fuertes brazos, lo que se interpreta como Cristo que vence a los vicios y miserias humanas.

San Martiño de Moldes coincide con las iglesias que presentan tímpanos con la lucha de Sansón y el león no sólo en el tema, sino también en el aspecto formal, ya que todos se vinculan al taller de un maestro que dejó su firma en la portada principal de TABOADA DOS FREIRES: PELAGIUS MAGISTER. Esta iglesia cuenta, además, con una inscripción que proporciona una fecha, la era 1228, es decir, el año 1190.


INSCRIPCIÓN

Puede que Pelagio no realizase todos los tímpanos, ya que se advierten diferencias en la talla, pero sus discípulos pudieron continuar una tradición recogida anteriormente por su maestro, puesto que todos ellos plasman la acción con una serie de características comunes: hombre cabalgando un león, talla en dos planos, enmarque de la escena mediante un arco polilobulado de lóbulos desiguales, etc. En Moldes la escena mira hacia la izquierda mientras que en las demás iglesias lo hace hacia la derecha; además, en Moldes sale una flor trilobulada de la boca del león, circunstancia que no se repite en ninguno de los demás casos.


Según Ramón y Fernández-Oxea, la secuencia cronológica de estos tímpanos de Sansón luchando con el león se inicia con el de Palmou, y su autor sería algún discípulo poco aventajado del maestro de Platerías. A su vez, canteros formados con el maestro de Palmou labrarían los de Pazos de San Clodio, Santiago de Taboada y, alrededor de 1190, Pelagio o sus discípulos realizarían los tímpanos de Taboada dos Freires, San Martiño de Moldes y el de San Miguel do Monte, éste de tema juglaresco. En SAN SALVADOR DE ASMA se encuentra un canecillo que muestra este mismo episodio de Sansón, pero adaptado a ese marco tan limitado. La identificación del asunto está avalada por la inscripción SANSO situada entre las patas de la fiera.
Dos MOCHETAS con animales sostienen el tímpano de Moldes. En la izquierda aparece un león con una cabellera rizada llena de bucles que le caen por el pecho y sobre la nuca, atributo por excelencia del rey de las fieras. Éste apoya sus patas delanteras, como es habitual, en la curva de nacela.


En la mocheta derecha aparece un simio de rasgos faciales y corporales bien diferenciados.


Entre los sillares de esta fachada occidental se encuentran algunos que están decorados: dos presentan flores de seis pétalos talladas en dos planos e idénticas a las del interior de este mismo muro, y el tercero muestra varios círculos concéntricos, motivo de tradición castreña que pervivió en Galicia y aparece frecuentemente en el siglo XII.



En los laterales de la nave no hay otros elementos destacados, pues los canecillos no se conservan, como tampoco el alero original, desaparecido en alguna reforma de la cubierta, pero sí observamos, como en la fachada, sillares decorados de manera similar.





Horario de culto: sábados a las 18:00 h.



INFORMACIÓN RECOGIDA EN LOS SIGUIENTES ENLACES


ARTE ROMÁNICO EN EL GOLFO ÁRTABRO Y EL ORIENTE CORUÑÉS (pdf)




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