Iglesia de origen románico
que conserva casi íntegra la fábrica original, aunque se le adosó la sacristía
al presbiterio en épocas posteriores.
Los muros que la conforman
son de mampostería y sillería de granito, y la cubierta de teja a dos y cuatro
aguas. Tiene una nave de planta rectangular con dos portadas, una lateral y la
principal.
El presbiterio es de planta
cuadrada, separado de la nave por un arco triunfal de medio punto con dos
arquivoltas, con arista abocelada y sobre columnas de fustes robustos y
capiteles historiados con figuras humanas. Al lateral izquierdo del presbiterio
se adosa la sacristía, con planta cuadrada y una saetera en el lateral, al
igual que la que se conserva en el presbiterio. La nave conserva íntegra la
fábrica románica.
El ábside muestra una
estupenda ventana de medio punto y capiteles con decoración vegetal, cuya
abertura en forma de saetera está cegada.
La portada principal tiene
un arco de medio punto de dos arquivoltas de baquetón y escocias, con
ajedrezado y dientes de sierra.
El tímpano está decorado con
un misterioso motivo cruciforme inscrito en un círculo, cruz griega y aspada de
ocho brazos rematados en forma de "T", (similares tallas llevan las
vecinas portadas de San Cibrao de Repostería y San Martín de Cubrián).
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