GALICIA PUEBLO A PUEBLO
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El 02 de marzo del 2019, en la plaza de la Merced, asistimos al bautizo de Cigarróns, la figura más característica del Carnaval de Verín, que solo sale a la calle: el Domingo Corredoiro, el Domingo de Carnaval para el desfile de las doce de la mañana, el martes de Entroido a partir de las 16 horas y el sábado de Entroido, en esta ceremonia solemne en la que los nuevos cigarróns fueron vestidos con todas las honras en presencia de toda la gente que quiso acompañarlos en ese día tan especial.
Los verinenses y visitantes presenciaron el tradicional bautizo, en que ocho de ellos recibieron las bendiciones del colectivo jurando respecto férreo a la tradición y cumplir las exigencias de llevar el traje característico de unos de los Entroidos más señeros de la provincia y del Estado.
La MÁSCARA más característica y arcaica de la Comarca de Monterrey es la del Cigarrón en el valle de Verin.
La careta, totalmente artesana, está trabajada en madera y pintada de modo que en ella se resalten las cejas, sus sonrosadas mejillas, amplio bigote, y su cínica sonrisa mostrando la dentadura y una falsa barba.
Colgando de la careta, una suerte de mitra de hojalata pintada con motivos diversos, predominando los vegetales y los animales, siendo muy frecuente, quizás tradicional la representación del sol y la luna.
En la actualidad los característicos ornatos vegetales y astrales, son relegados por los de tipo zodiacal y otras figuras que desvirtúan el carácter primitivo de tales representaciones (indios y animales más propios de otras latitudes).
En la actualidad los característicos ornatos vegetales y astrales, son relegados por los de tipo zodiacal y otras figuras que desvirtúan el carácter primitivo de tales representaciones (indios y animales más propios de otras latitudes).
La parte posterior de la mitra se cierra con una badana de piel, que en tiempos era de zorro, gato o perro, más hoy se ha visto sustituida por distintas imitaciones de fibras sintéticas. Este pellejo que cae hasta cubrir el lomo del Cigarrón, solía rematar en uno o dos rabos que a tal efecto se dejaban al despellejar al animal. Cayendo desde lo más alto de la mitra y por detrás, cuelgan unos mechones de crin de caballo.
Como ropa lleva vestido una camisa blanca con corbata roja (en la actualidad de colores variados) y por encima una chaqueta corta de seda con galones y ornamentos dorados. Cubriendo los hombros, atavíos de militar con flecos dorados y paño de colores sobre ellos, sujetos con broches femeninos. La chaqueta no cierra en el pecho, sino que se asegura con unas lazadas.
En la cintura, faja de varias vueltas y por encima de ella el cinto de cuero del que cuelgan por detrás, preferiblemente, seis grandes CHOCAS. Estas chocas de cobre se alternan según sea su sonido, grave o agudo. Además de ir alternadas, deben también estar concertadas para que produzcan su sonido característico. El arte de los Cigarróns consiste precisamente en mover con soltura las chocas, usando el propio movimiento del cuerpo.
Cubriendo las piernas llevan calzón corto con trenzados de lana blanca y de color, flecos y borlas, en las que predominan los colores rojos y verdes. El resto de las piernas se cubre con medias blancas sujetadas por ligas.
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| foto tomada de: http://www.carnavaldeverin.com/es/a-figura-do-cigarron/ |
El Cigarrón camina siempre brincando y golpeando las chocas, batiendo con la zamarra a quién se cruza en su camino. No habla y nunca debe sacar su careta en la calle a pesar de que en la actualidad sea cosa frecuente. La juventud va tras de él, injuriándolo y llamándole cuanto quiera, excepto pronunciar el nombre del que se esconde tras la máscara. Aquellos en quien baten no deben jamás tomar a mal los zamarrazos y el Cigarrón no puede tampoco sentirse ofendido por los insultos. Disfruta de total inmunidad el enmascarado, no puede ser tocado, (es sagrado), aunque está permitido darle un “manotazo” en las costas para llamar su atención.
Antiguamente los Cigarróns de Verín, pedían dinero, costumbre ésta que originó la copla: «Cigarrón lapón mete os cartos no bolsón», dirigida a los enmascarados tiempos atrás por la rapazada que iba detrás de él. Uno o varios cigarróns podían acorralar a los viandantes y obligarlos a que en la taberna más próxima invitasen a un vino. La obligación de ser invitados en tascas y casas también era algo corriente en la villa, siendo trocada posteriormente por miedo de tener que alquilar la vestimenta de quien quisiera disfrazarse de Cigarrón, sustituyéndose de este modo la invitación en especie por la recaudación monetaria.
La LEYENDA lo describe como cobrador de impuestos y como levantador de caza de los Condes de Monterrey, señores del Valle de Verín y buena parte de la provincia de Ourense en el antiguo régimen. Esto no pasa nada más que por una leyenda que debe ser entendida casi a nivel anecdótico. Su origen real sigue siendo una incógnita enigmática e indescifrable para cuantos investigadores pretenden desvelar su pasado, que seguramente se remonta a los orígenes del ser humano en ritos ceremoniales.
Una vez finalizado el bautismo, los nuevos miembros salieron a correr por las calles del casco antiguo y el sonido de sus chocas, metálico y penetrante, colmó de armonía las calles y plazas de Verín al paso de los Cigarróns.
¡Viva o Entroido!
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