El edificio religioso más relevante de Montederramo es, sin duda, el
monasterio cisterciense de Santa María, ubicado en la capital del municipio presidiendo
la Praza do Mosteiro.
La actual casa cenobial procede del siglo XII, siendo renovada y ampliada en los siglos XVI y XVII. La original iglesia tardorrománica del siglo XII fue completamente sustituida, salvo un ventanal románico aparecido en la última restauración en el muro sur de la iglesia.
Los planos de la nueva iglesia se le encargan a Juan de Tolosa a finales de 1597 o principios de 1598, maestro jesuíta autor igualmente del Hospital de Medina del Campo. La obra fue dirigida por Pedro de la Sierra y debió terminarse alrededor de 1630.
El resultado final es un bello templo de planta basilical de cruz latina, con tres naves. En el estilo austero, herreriano, de la nueva iglesia monasterial, brilla la tradición funcionalista y desornamentada de la arquitectura medieval cisterciense y, sobre todo, la fuerte impronta esculiariense llegada a Galicia como foco inspirador de la renovación arquitectónica del Renacimiento Hispano.
La fachada se concluye en 1607, según se deduce por la fecha que se puede leer en la bola situada en el vértice del frontón de la nave central. Es una de las grandes de la arquitectura renacentista gallega, muy sobria como el resto de la obra.
En la hornacina se puede ver la imagen pétrea de la Virgen atribuida a Alonso Martínez.
En el interior de la iglesia, destacamos el retablo mayor, restaurado en los últimos tiempos. Es obra del escultor gallego Mateo del Prado que talló en madera las escenas en altorrelieve, dedicadas al Nuevo Testamento, integrándolas en el conjunto estructural realizado por los escultores y entalladores compostelanos Bernardo Cabrera y su hijo Juan. También se restauró el coro alto obra del portugués Alonso Martínez a principios de siglo XVII, realizado en madera de nogal blanco sin policromar.
Foto de la página: https://www.viajandoconpio.com/monasterio-de-santa-maria-de-montederramo/ |
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Adosado al muro sur de la iglesia está el CLAUSTRO PROCESIONAL.
Fue edificado entre finales del siglo XVI y principios del siglo XVII. Consta
de dos cuerpos, el inferior de estilo tardo gótico y el superior renacentista,
unidos por una monumental escalinata. Destaca la bóveda estrellada, las
estructuras del período del gótico ojival y la sala capitular. Este era el
espacio donde los monjes realizaban su vida diaria.
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El monasterio conserva también el CLAUSTRO DE LA HOSPEDERÍA, construido para dar servicio de acogida a quienes solicitaban la hospitalidad de Montederramo. Aquí también se encontraban las dependencias abaciales y la botica y el Colegio de Arte y Filosofía. Es de estilo renacentista y planta cuadrada. Su cuerpo inferior está formado por cuatro esbeltos arcos de medio punto por cada lado con columnas de fuste liso y capitel alcarreño.
En las enjutas de los arcos del piso inferior se labraron varios medallones en los que se representa un programa iconográfico de gran riqueza teológica, para exaltar a su titular.
La idea motriz del programa iconográfico es, la redención y el papel desempeñado por María como mediadora y corredentora; de ahí que, en los tondos centrales de las alas este y sur, se aluda, respectivamente, al misterio de la encarnación. En el primero vemos la imagen del Niño Jesús (que se figura rodeado por el sol, en tanto en cuanto sol de justicia e introductor de la luz en el mundo; desnudo, para permitir apreciar obviamente su humanidad; bendiciendo con la mano derecha y portando con la izquierda la cruz, el ara en la que se consumó la redención).
Además, dado que el misterio de la encarnación da inicio al proceso de redención que culmina con la pasión, muerte y resurrección de Cristo, en los antepechos ubicados sobre el tondo del Niño Jesús como El Salvador, se haya dispuesta una tarjeta con tres clavos...
... y otra con un ave fénix sobre la pira ardiente.
Igualmente, en el ala este, se muestran los bustos de san Pedro y de Santiago, dos de los tres apóstoles que estuvieron presentes en el episodio de la Transfiguración, ello es: en la prefiguración de la pasión con la que se consuma la redención.
El ala sur está dedicada a Santa María, puesto que ella es el perfecto mediodía y la mujer vestida de sol.
Aparece coronada con la diadema que le otorgó su Hijo y realzada con los dones de fortaleza y de piedad: con el primero derrotó a Satanás, mientras que, gracias al segundo, se convirtió en corredentora y principal intercesora –mediadora ante el Mediador– que a todos misericordiosamente acoge.
Pero, además, bajo su protección se acogen de un modo muy especial los cistercienses, ya que ella jugó un papel esencial en la fundación de su orden y favorece superlativamente a sus miembros, como ilustran los episodios del “desposorio místico con san Roberto” y de la “lactancia de San Bernardo”. Se entiende, pues, que en esta fachada tengamos también representados, por un lado, a san Bernardo y, posiblemente, a san Roberto,...
De igual forma, en los pretiles situados sobre el tondo de María se significa su papel de mediadora y corredentora por medio de sendas tarjetas, una con un león y otra con una cruz dispuesta sobre un corazón inflamado atravesado por dos flechas; tarjetas que, respectivamente, aluden a su fortaleza y a su piedad en el Calvario.
En el ala norte, dedicada a Dios Padre, hay una reflexión sobre la fe, en base al misterio de la encarnación y a los dones de entendimiento y de temor, destacándose el papel de la Iglesia, en tanto en cuanto comunidad, pero también a nivel individual de cada fiel, el cual debe luchar por profundizar en la fe y no perder la justificación a causa de su debilidad. La representación se completa con la presencia de Dios Padre (caracterizado como un anciano con tiara, bendiciendo con la mano diestra y portando la bola del mundo en la izquierda).
En una de las tarjetas de los antepechos se representaran dos tibias cruzadas con la leyenda MÊ/TO/MO [Memento Mori], con la que se recuerda la máxima del Eclesiástico: “Acuérdate de las postrimerías, y nunca jamás pecarás” y se invita a vivir bien, para morir bien.
Esta tarjeta, no sólo está en la misma fachada del claustro en la que se representa a Dios Padre, sino que se sitúa sobre la enjuta con el tondo en que se representa a san Pablo, quien precisamente aconseja al hombre que tema para alcanzar la promesa de conseguir la salvación y no se pierda siendo engañado como Eva, para lo cual ha de purificarse “de toda mancha de la carne y del espíritu, consumando la santificación en el temor de Dios”.
Dispuesta en uno de los antepechos centrales de esta misma ala, vemos la salutación angélica AVE MARIA GRATIA PLENA D C (sic), en concreto, rodeando un jarrón con los tres lirios abiertos que refieren la triple virginidad de María: antes, durante y después del parto y, por consiguiente, su perfección, que la convierte en Virgen entre las vírgenes.
En la tarjeta contigua a la del jarrón y la salutación angélica se muestran las llaves de san Pedro unidas por la cinta, figura que simbolizaría la Iglesia, continuadora del acto de fe de Pedro reconociendo a Jesús como Mesías y del mandato de confirmar en ella a los hermanos, es decir, como la comunidad de creyentes encargada de penetrar en el misterio de la fe, e irradiar la gloria de Dios, de acuerdo con el texto en que San Pablo alude al don de entendimiento.
Finalmente, la fachada del oeste está dedicada al Espíritu Santo. Por ello, en primer lugar, su presencia nos remite obviamente a la casa de David, de la raíz de cuya estirpe, por obra del Espíritu, brotó la vara, María, y, luego, la flor, el Salvador, a quienes también se alude en esta crujía mediante la M coronada y la flor representada en el tondo del antepecho. Sin duda, ellos, la sabiduría y su sede, son los signos más evidentes del Espíritu.
Nadie como María experimentó un sabor más vivificante y una compenetración mayor con las cosas divinas, hasta el punto que ella es la esposa del Espíritu y ‘casa’ o ‘sede’ de la Sabiduría durante los nueve meses de su embarazo, por ello es fácilmente comprensible que en el programa este don este figurado por el jeroglífico con la M coronada, que aparece en la fachada oeste.
Si la primera está representada, como hemos visto, por la M coronada, la sabiduría
mundana lo está, cuando menos, por la tarjeta en la que se representa a un
híbrido de hombre y serpiente, que hace referencia a Cécrope, y que se inspira
en el emblema de Alciato: SAPIENTA HVMANA STVLTITIA EST APVD DEUM (La sabiduría
humana es necedad cerca de Dios), aunque, en ella, el cuerpo de este emblema
fue ligeramente modificado al representarse al personaje mitológico portando un
blasón, que, posiblemente, visualiza la vanidad que inflama a los necios que,
como Cécrope, se ocupan “solamente en las cosas de la tierra que son caducas y
perecederas”.
Igualmente, entre los signos visibles que hizo el Espíritu Santo se halla la elección de los reyes de Israel y, en particular, de David y Salomón, que aquí aparecen representados a través de Carlos I y Felipe II. De este modo, la monarquía española –que ostenta el título de católica a partir de Isabel y Fernando-, es presentada, igual que la israelita, como fruto de la providencia divina -lo que justifica su poder terrenal– y, al tiempo, guiada por la sabiduría, como la gran defensora de la fe y, por consiguiente, de la Iglesia de Roma.
El piso superior presenta una galería adintelada con el doble de ventanas, sustentados por columna de sólido fuste y capiteles de zapata decorados con florones y cabezas de querubines y otras figuras.
Bajo alguna de las ventanas vemos escudos relacionados con el Císter, Claraval, la orden de Calatrava....
Con la desamortización de Mendizábal del siglo XIX, el monasterio fue adquirido por un particular. Fue Declarado Bien de Interés Cultural en el año 1951.
En nuestra visita al MUSEO ARQUEOLÓGICO PROVINCIAL DE OURENSE (enlace a nuestra publicación), pudimos ver cinco TABLEROS DE LA SILLERÍA CORAL, que constituyen uno de los conjuntos escultóricos más complejos del Renacimiento y la obra
cumbre del escultor portugués Alonso Martínez de Montánchez, nacido en Chaves,
quien se asentará en Ourense, donde permanece activo y con taller abierto desde
1594 hasta 1615. El coro,
tristemente expoliado tras la desamortización, perdió buena parte de sus
relieves historiados, lo que dificulta notablemente el seguimiento de su secuencia
iconográfica. En la actualidad, se conservan diecinueve de sus tableros en el
propio monasterio, otros doce en el Museo Provincial de Ourense -tres de ellos
cómo depósito- y algunos más en manos de particulares, hasta completar un total
de treinta y tres, de los cuarenta y siete de los que se componía en origen.
Aquí vemos representados, de izquierda a derecha, la Adoración de los Pastores; la Presentación en el Templo; Bautismo de Cristo; la Última Cena y la Oración en el Huerto. |
A ellos hay que añadir: la talla de los esponsales de la Virgen, también procedente de Montederramo y obra de Mateo de Prado. Y en los fondos de artes decorativas una colección de TARROS DE BOTICA MONACALES (Siglo XVIII), en la que destacan por su importancia documental, junto a la de otros monasterios orensanos, las orzas y albarelos. Las primeras noticias que tenemos de esta botica datan de finales del siglo XVIII. Con anterioridad se sabe, por mandas testamentarias, de la existencia de una enfermería y, junto a ella, suponemos de la existencia de una pequeña botica. De ella se encargaba el monje especiero, que era el encargado de plantar, recoger y seleccionar las plantas de los herbarios y montes próximos que, una vez puestas a secar al sol, entraban a formar parte de las infusiones, jarabes y pociones de las que se servían monjes y aldeanos. Entonces la farmacia era una rama más de la medicina y una ciencia empírica. Fue a finales del siglo XVIII cuando comienza a funcionar como despacho público, con libro de cuentas independiente, servida por un monje con título de boticario como disponían las ordenanzas dictadas por Carlos III de 1780. Sabemos, por los inventarios que se realizaron en virtud de las disposiciones desamortizadoras de 1820, que su botica, como en casi todos los monasterios, se encontraba en la portería, ocupando las dependencias bajas de la zona norte del claustro de la hospedería; que las medicinas se despachaban a través de una pequeña ventana enrejada para no perturbar la clausura; pero poco más, ya que nada se dice de su contenido ni de su botamen. Pocos años después ya no debía de existir, si nos atenemos a la información que nos proporciona el segundo inventario que se realiza en 1835 y en el que sólo se cita el lugar que ocupaba, sin entrar en más detalles.
Sin embargo, por los inventarios de otros monasterios, suponemos que contendría todo lo necesario para su funcionamiento como balanzas, redomas, cajonería, morteros, además de orzas y albarelos, encargados a los alfares de Talavera, como lo testimonian estas piezas y el las que pudimos ver en la BOTICA DEL MONASTERIO DE OSEIRA (enlace a nuestra publicación).
BOTICA DEL MONASTERIO DE OSEIRA |
Información: Teléfono: 988 292 000 Horario (consultar) Desde el 31 de marzo de 2021 visitas guiadas: Martes a Domingo: 11:00, 12:00, 13:00, 16:00, 17:00, 18:00 y 19:00 h. Lunes: CERRADO. Precio 3€
Coordenadas: 42º 16' 28.0" N - 7º 30' 07.9" W
INFORMACIÓN RECOGIDA DE LOS SIGUIENTES ENLACES
https://turismo.ribeirasacra.org/es/monasterio-santa-maria-de-montederramo
https://www.elcisteriberico.com/Paginas/galicia/Montederramo/Montederramo.html
https://www.arteguias.com/monasterio/santamariamontederramo.htm
https://montederramo.es/project/mosteiro-de-santa-maria/?lang=es
https://www.romanicodigital.com/sites/default/files/pdfs/files/ourense_Montederramo.pdf
El programa iconográfico del Claustro de la Hospedería del monasterio
cisterciense Santa María de Montederramo. José Manuel B. López Vázquez
VISITA OTROS
SORPRENDENTES LUGARES DEL MUNICIPIO DE MONTEDERRAMO EN ESTE ENLACE,
CON UN MAPA PARA
LLEGAR A CADA UNO DE ELLOS.
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