MONASTERIO DE SANTA MARÍA, SOBRADO

Es también conocido como Monasterio de Sobrado dos Monxes, uno de los principales monasterios de origen medieval de la provincia de A Coruña y de toda Galicia, aunque actualmente y tras las reformas de los siglos XVI al XVIII es uno de los principales monumentos de barroco gallego. 


Fue declarado Monumento Histórico Artístico de carácter nacional. En julio de 2015 fue declarado, junto a la CATEDRAL DE LUGO y la CATEDRAL DE MONDOÑEDO, PATRIMONIO DE LA HUMANIDAD por la UNESCO como edificio singular vinculado directamente al Camino de Santiago y las rutas del Norte Peninsular.


El monasterio fue fundado en el año 952 por Hermenegildo Alóitez, Conde de Présaras y su esposa la condesa Paterna Gundesíndez, quienes en 958 traspasaron el condado al monasterio y en ese mismo año, el conde se retiró y falleció ahí antes de diciembre de 966. Se fundó en un principio con un carácter familiar y dúplice: tenía una sección para los hombres y otra para las mujeres de la familia. Aparece citado ya en documentos de finales del siglo X, con el nombre de San Salvador. 



La historia de los 150 primeros años de vida del monasterio no está suficientemente estudiada; sabemos que a principios del siglo XII el monasterio se encuentra abandonado. El monasterio fue heredado por los descendientes de los fundadores, miembros de la Casa de Traba, y casi dos siglos después, en enero de 1142, dos de los personajes más destacados de este linaje, Fernando y su hermano Bermudo Pérez de Traba, entregaron el monasterio a los monjes cistercienses. Fue entonces cuando San Bernardo de Claraval envía desde la Abadía de Claraval, en Francia, de donde es abad, una comunidad de monjes. Así, el 14 de febrero de 1142, comienza en Santa María de Sobrado la vida monástica cisterciense y también en la Península Ibérica.


Durante el resto del siglo XII y el siglo XIII el monasterio desarrolla una gran actividad espiritual y económica. Después, como la mayoría de los monasterios de España y Europa, conoce una etapa de decadencia que se detiene en el año 1498 al incorporarse a la congregación de San Bernardo de Castilla de la orden del Císter. Coincidiendo con la reforma planeada por los Reyes Católicos,  se vivirán los años de mayor esplendor, en los que se realizarán grandes obras tanto de ingeniería (represa del Tambre, actual LAGUNA), como arquitectónicas. El monasterio recupera gran parte de su grandeza; la mayoría de los edificios que actualmente se conservan comienzan a construirse a partir de esta nueva época. La monumental iglesia se termina a finales del siglo XVII y en el año 1708 se consagró solemnemente.


Santa María de Sobrado sufre una nueva etapa de decadencia, que culmina en 1834: el 21 de septiembre de 1834 se suprime por real orden el monasterio. Al año siguiente, 1835, la mayor parte de los monasterios de España son también suprimidos, por una orden general y definitiva de desamortización. El monasterio de Santa María de Sobrado, sus edificios y posesiones son vendidos a personas no relacionadas con la institución religiosa o eclesiástica. Se inicia un deterioro progresivo de los edificios que acaban convirtiéndose en un enorme montón de ruinas y piedras.


En el año 1954, por encargo del cardenal Fernando Quiroga Palacios, arzobispo de Santiago de Compostela, el Monasterio Cisterciense de Viaceli, situado en la localidad de Cóbreces, en Cantabria, se hace cargo de su reconstrucción, y en el mes de julio de 1966 envía una comunidad de monjes de la Orden Cisterciense de la Estrecha Observancia (Trapenses). El 25 de julio de 1966, solemnidad del Apóstol Santiago, comenzó nuevamente la vida monástica en el monasterio de Santa María de Sobrado.

Accedemos a este atravesando el arco de la antigua Casa de las Audiencias del monasterio (hoy llamada Casa del Arco), sitio donde el Abad ejercía la jurisdicción civil que tenía sobre los ciudadanos que vivían en los terrenos propiedad del Monasterio. 


La casa, tras llevarse a cabo a finales del siglo XVIII la desamortización, fue destinada a diferentes utilizaciones, quedando por fin abandonada y en estado de ruina hacia 1955. Fue restaurada completamente, conservándose solamente la fachada principal y la posterior. Actualmente la casa está siendo utilizada como hospedería, y albergue de grupos que desean pasar unos días de reflexión y diversas actividades, sin estar totalmente integrados en el Monasterio.

En la hornacina central hay una imagen de la Virgen, copia de la original del siglo XIII, que se encuentra actualmente en el Monasterio.


Allí nos recibe un gran CRUCEIRO emplazado en el campo del monasterio.




En este mismo campo monacal también vemos la iglesia parroquial de San Pedro, donde se guardan tallas románicas de lo que fue el convento medieval.



Allí se nos presenta la espectacular FACHADA de esta iglesia, concluida en el año 1676, obra de Pedro de Monteagudo


Este espacio se divide en dos grandes cuerpos. 


En el primer cuerpo se halla la puerta adintelada y por encima una estatua de la Virgen de la Asunción en una hornacina rodeada de estructuras decorativas barrocas. Flanqueando estos elementos aparecen dos parejas de altísimas columnas corintias de fuste estriado. 



El cuerpo superior tiene un ventanal también adintelado más un escudo de armas de España rodeado de nuevos por columnas. 



Por último el frontón corvo partido sirve de base a un enorme crucifijo.



Las TORRES contribuyen a potenciar la sensación de verticalidad de la fachada. 


Estas tienen un primer tramo de planta cuadrangular en el que se apoya un segundo cuerpo, muy esbelto, rematado en cúpulas muy pequeñas. Monteagudo demuestra conocer bien la torre del Reloj de la Catedral de Santiago, con la que sin duda guardan parecido.


El monasterio de Sobrado dos Monxes conserva bien la iglesia y buena parte de las dependencias monacales: nada menos que tres CLAUSTROS: el de la Hospedería o de Peregrinos, el Procesional y, por último, el llamado Claustro Grande; la sala capitular; el refectorio; cocina; sacristía; biblioteca; etc.

Accedemos al interior de esas dependencias por la portada de la Portería, coronada por un escudo sobre el que se lee la inscripción SUPER-ADDO.



 Una vez traspasada la recepción, donde se acoge a los huéspedes, los visitantes, se atiende a los que desean comprar algo en la tienda donde venden el dulce de leche fabricado por los monjes, pasamos al primero de los claustros.


Este es el CLAUSTRO DE LA HOSPEDERÍA, conocido como claustro de los Peregrinos y situado junto a la iglesia, es de comienzos del siglo XVII, de austeras líneas herrerianas. 



Los arcos de las pandas son de medio punto. Fue construido entre 1625 y 1635 y se acometió su rehabilitación en 1972. De planta cuadrada, está compuesto por dos pisos diferenciados en estilo, jónico el superior y dórico la planta baja.


En su ala izquierda se encuentra la escalera principal, conocida bajo el apelativo de “MARISTELLA” en honor del himno a la Virgen María, cuyo himno es “Ave maris stella”, el cual se cantaba cuando los monjes subían escalera arriba y por estar presidida por una talla de la Virgen.





El CLAUSTRO PROCESIONAL (Reglar o de los Medallones) fue el claustro original de la construcción cisterciense del siglo XIII aunque completamente rehecho entre los siglos XVI y XVIII.





Presenta una planta rectangular con dos cuerpos: uno inferior con arcos de medio punto, y otro superior, con un número doble de tramos, donde sobresalen los treinta y seis medallones que muestran rostros de distintos personajes: apóstoles, obispos, caballeros, etc.






Además de las caras hay, en las esquinas, escudos y otros bajorrelieves. Esta es la esquina del lado noroeste, bajo las torres, donde se representa la Anunciación de la Virgen, donde esta está leyendo y se le aparece el ángel Gabriel, representado arriba. Delante de María está el profeta Miqueas, quien profetizó su existencia y, a su izquierda, San Lucas, quien escribiría de la Anunciación...


Este escudo, en otra de las esquinas, es el de la Congregación de Castilla. Arriba a la derecha sería el monje Alberto, llamado Faber en la documentación medieval, de los que llegarían con la primera comunidad cisterciense desde Claraval en 1142.


Los apóstoles y Evangelistas, entre ellos Santiago, están representados con aureola.






Como es lógico, este claustro está comunicado con las pocas dependencias que todavía se conservan del monasterio medieval, como la sala capitular, el refectorio y la cocina.


Desde éste claustro se accede a la SALA CAPITULAR (1215-20) por una estructura todavía románica y muy atrayente. 


El vano de la puerta se encuentra rodeado por un amplio conjunto de arquivoltas aboceladas de medio punto que caen sobre pilares rodeados por múltiples parejas de columnitas románicas. A ambos lados de la puerta se abren sendos ventanales de idéntica estructura. Es obvio que tan espectacular conjunto de columnas servirían para recoger los nervios de la bóveda de crucería de las pandas del claustro, al modo hispano-languedociano. Aquellas bóvedas de crucería fueron reemplazadas por las actuales renacentistas.


Una vez dentro de la sala capitular, observamos el típico espacio ortogonal abovedado con cuatro soportes constituidos por ocho columnas unidas cuyos capiteles comunes rematan en cimacio ochavado.



Los nervios de las bóvedas, además de en estas columnas se apoyan sobre columnas acodilladas en las esquinas del cuadrado y en mensulones de los muros. Es uno de los escasos ejemplos medievales conservados en abadías cistercienses de la Península.




La COCINA, también del siglo XIII, es otra de las interesantes dependencias medievales que se conservan del monasterio tras su integración en la Orden del Císter.



Es un espacio abovedado (al estilo de una sala capitular) cuyos nervios son soportados por cuatro grandes pilares cilíndricos, a modo de columnas cuyos cimacios son ochavados. 


El espacio central de esta sala y rodeados por las columnas es la campana de la chimenea. 


De esta cocina dijo OTERO PEDRAYO, que era la más hermosa de Galicia.




Desde este claustro también se accede a la visita de la iglesia.


DETALLE DE LA PUERTA DE ACCESO  A LA IGLESIA

La IGLESIA del Monasterio comenzó a erigirse en el año 1150, será el arquitecto Pedro Monteagudo, a partir de 1647, quien la convierta en la imponente basílica barroca que es hoy. Esta obra le ocuparía a Monteagudo más de cincuenta años, hasta el fin de sus días (1700), consagrada pocos años después de su muerte, en 1708.



La nueva iglesia, de 60 m de longitud y 35 de altura hasta la cúpula y planta de cruz latina. El cuerpo principal de la iglesia se articula mediante tres naves de distinta anchura (más estrechas las laterales). El espacio del crucero se solucionó mediante una gran cúpula semiesférica. Los soportes de las arquerías que separan las naves son pilares cuadrados.





La construcción de la CÚPULA fue el hecho que mayores problemas técnicos planteó, obligando a reforzar los pilares que la sostienen y a alterar las dimensiones de sus tramos. La cúpula se levanta, redonda y majestuosa, sobre apoyos que tienen forma cuadrada. Predominan, junto con los escudos, los motivos florales y frutales que constituyen una de las principales características de toda la decoración, abiertamente naturalista. 



En el exterior la cúpula no es esférica, al estar recubierta por una forma octogonal.


Además de la cúpula y de la fachada, destaca en la aportación de Pedro de Monteagudo, la CAPILLA DEL ROSARIO. Finalizada en 1673 es, la primera capilla barroca gallega en la que todo está concebido para crear un ambiente teatral. A ello contribuyen tanto la decoración de los muros, muy rica, como la propia iluminación. El acceso a la capilla se realiza a través de un arco flanqueado por un doble par de columnas corintias que soportan un frontón partido. Es decir: se repite el esquema de la portada de la iglesia. 


El escudo en lo alto muestra la expulsión de Adán y Eva del Paraíso.


En el interior de la capilla, de aspecto teatral, destaca la exuberante decoración naturalista con frutas, vegetales variados, aves, sirenas… que hablan de la victoria del Rosario sobre el pecado original (y la fruta que lo provocó).





Junto a esta anterior, la CAPILLA DE SAN JUAN BAUTISTA o Magdalena, nos queda como resto de la primitiva abadía medieval, construida con fines funerarios, data de 1230 y presenta una nave rectangular cubierta con bóveda de cañón. Se trata, además, de la parte más antigua del monasterio, puesto que aunque la sala capitular es anterior, en el año 1965 hubo de ser reconstruida. 



A la puerta un impresionante sepulcro gótico. Guerrero con su espada y armadura, perros a sus pies y mausoleo con escudos y blasones, estirpes nobiliarias relacionadas con el cenobio, su patronazgo, amparo y protección



En el interior vemos otros sepulcros medievales. 







Uno de los sepulcros es el del caballero Arias Vázquez Vaamonde, también con su armadura y espada. 


Y este otro de su esposa Teresa López, en la pared derecha.


La SACRISTÍA, obra clasicista llevada a cabo entre 1569 y 1572 en el lugar de las antiguas capillas, está considerada como "el más bello conjunto del Renacimiento en Galicia”. Trazada por Juan de Herrera, el autor del Monasterio de San Lorenzo do Escorial, sobresale por la armoniosa combinación de los distintos órdenes clásicos. En la portada, un arco de medio punto enmarcado por pilastras jónicas que soportan un frontón triangular. Este mismo esquema habrá de repetirse en el interior de la sacristía. En unos medallones que hay en la entrada aparece representada la Anunciación; luego vendrán los símbolos de la pasión de Cristo, labrados bajo la cúpula. En el dintel de la portada se puede leer todavía: MUNDAMINI QUI FERTIS VASA DOMINI: ISAIAS 52 "Purificaos los que lleváis los vasos del Señor". La sacristía es el lugar donde se guardan los vasos sagrados del sacrificio de la misa.


También tienen su lugar los cuatro evangelistas y los Santos Padres (San Jerónimo, San Ambrosio, San Agustín y San Gregorio Magno), estos ocupando los ángulos. No faltan tampoco los padres fundadores San Benedicto (autor de la conocida máxima, “ora et labora”, además de fundador de la regla que lleva su nombre) y San Bernardo (figura esencial dentro de la Orden del Císter), así como la figura, tan importante en Galicia, de Santiago apóstol. 


El tránsito de la planta cuadrangular a la forma esférica, circular, de la cúpula, se hace por medio de unas trompas o abanicos muy originales.


Iluminándolo todo, la luz que entra por la parte superior de la cúpula.



De gran interés es la decoración de la bóveda que da acceso a la sacristía desde el crucero de la iglesia. Predominan en aquélla las fuentes y platos con gran variedad de manjares y frutas: truchas, pollo, chorizos, manzanas, peras, etc.
       

    
Hallamos en la cripta un gran mural pictórico. 


Esquemáticas figuras que por su hábito son los monjes del Císter.


En otra pared, otra escena de profundo misticismo. Arrodillándose ante la llegada del Espíritu Santo y del otro lado, el Ángel de la trompeta.

           
Por último, el llamado CLAUSTRO GRANDE (58 x 55 metros), también se aborda en el siglo XVI y se remata en el XVIII. Su construcción respondió a una muy concreta: la sustitución del dormitorio común corrido, por el sistema de celdas individuales. 



Las fotos las sacamos desde la sacristía, pues no es visitable.


Otra vez fuera del recinto, en este hermoso campo tras la iglesia del convento, llegaremos al molino que, con agua canalizada de A Lagoa de Sobrado, molía el grano para hacer el pan del monasterio.





HORARIO DE VISITAS:  Particulares o individuales: de 10:00 a 13:00 y de 16:30 a 19:30


MAQUETA DE LA CATEDRAL DE SANTIAGO DENTRO DE LA IGLESIA

INFORMACIÓN RECOGIDA DE LOS SIGUIENTES ENLACES







VISITA OTROS SORPRENDENTES LUGARES DEL AYUNTAMIENTO DE SOBRADO EN ESTE ENLACE, CON UN MAPA PARA LLEGAR A CADA UNO DE ELLOS.

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