La situación y las condiciones naturales de la ría propiciaron, a partir
del siglo XVI, el afianzamiento de Ferrol como base naval militar, y junto con
ello el desarrollo de un complejo sistema defensivo, basado inicialmente en los
castillos, que ejercían un doble papel de control de posibles invasiones por
tierra y por mar.
Y a mediados del siglo XVIII se irá estableciendo, en consonancia con los
avances en materia de artillería, una serie de baterías a lo largo de la línea
de costa, sobre todo -aunque no exclusivamente- en la Ría de Ferrol.
La gran cantidad de fortificaciones aprovechando los accidentes del terreno, (sus fuegos se cruzaban entre
sí, CASTILLO
DE SAN FELIPE; Castillo de Nuestra Señora de La Palma; BATERÍA DE SAN CARLOS; BATERÍA
DE SAN CRISTOVO; Batería de Cariño; Castillo de San Martín; Polvorín y
cuartelillo del Vispón; BATERÍA DE VIÑAS; BATERÍA DE PRIORIÑO CHICO; Batería de Doniños; Batería de Santa Mariña;
Batería de Ares; BATERÍA
DE REDES), da testimonio de la gran importancia de la
base naval de Ferrol.
La batería de San Carlos, construida en la década de 1760, controlaba con
sus 12 troneras el inicio de la parte más estrecha de la boca de la ría, sobre
la punta de Rabo de Porca, entre el CASTILLO
DE SAN FELIPE y el fuerte de San
Cristóbal, en la parroquia de San Cristóbal.
Batería de estilo neoclásico (1731-1739), promovida por Juan de la
Ferriere y Juan Vergel.
Formaba parte de un proyecto de fortificación de la entrada de la ría de
Ferrol, pues servía de apoyo a los CASTILLO
DE SAN FELIPE, La Palma y San
Martín.
Tiene dos frentes, uno hacía la ría y otro hacia la ensenada. El hornabeque es de gran
tamaño.
Es un extraordinario ejemplo de arquitectura militar, con magníficas
vistas sobre la ría.
La agrupación de las fortificaciones de la boca de la Ría, tienen un
entorno privilegiado por su paisaje natural primitivo, con las montañas
cercanas de vegetación abundante y poca incidencia de construcciones
residenciales en general.
BOCA DE LA RÍA |
Bajo la baliza del otro lado de la ría, se encuentran las ruinas del CASTILLO DE SAN MARTÍN, proyectado a finales del siglo XVI, fue el centro de mando de la defensa de la Ría hasta el siglo XVIII. |
Es una pena que este enclave defensivo que tuvo una influencia decisiva
en la salvación de la CIUDAD
DE FERROL (Defensa
a ultranza de Ferrol 25 y 26 de agosto de 1800), este ahora bastante
abandonado.
Una sensacional manera de visitarlo, es recorriendo la RUTA DOS CASTELOS
que transcurre entre el admirable CASTILLO
DE SAN FELIPE (cuyo interior no
podemos dejar de visitar), y la Batería de San
Cristóbal.
El sendero, bien identificable desde el Castillo, corre pegado al mar,
por los caminos de los pescadores hasta las ruinas de esta Batería de San
Carlos.
El recorrido finaliza en el mirador de San Cristóbal. Desde aquí podemos
regresar andando al punto de inicio, siguiendo la carretera o volviendo sobre
nuestros pasos, o bien coger el autobús urbano en la aldea de San Cristóbal. Descripción y mapa.
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