El lugar de A Adega,
pertenece a San Facundo de Ribas do Miño, una parroquia de gran belleza
paisajística, donde podemos disfrutar de la ribera del Miño y de sus viñedos en
bancales.
Nosotros nos lo topamos de
manera fortuita, siguiendo esa sorprendente ribera del Miño, camino del que
fuera el MONASTERIO DE SAN FACUNDO. Camino interrumpido para vehículos
(el camino sólo se puede realizar por un sendero), justo al pasar el impresionante
túnel abierto en la roca sobre la que se asientan una casa del lugar.
Antes del mencionado túnel
debemos detenernos a contemplar los meandros que va formando el Miño, en cuyas
orillas también se nos descubren muros de las muchas edificaciones que fueron
cubiertas por las aguas del EMBALSE
DE BELESAR.
Este es el caso del viejo lugar
de SANTA MARTA, también perteneciente a la misma parroquia, que hoy nos
muestra la ruina de las que fueron el hogar de muchos de sus vecinos.
Es duro imaginarse, que la
construcción del Embalse en 1963 inundó pueblos enteros, de los que muchos
vecinos, desgraciadamente, se marcharon con el agua al cuello, dejando atrás
cuanto habían construido durante sus vidas. Como ejemplo más significativo, queda
en el recuerdo el VIEJO
PORTOMARÍN, o este pequeño lugar.
Dejemos la añoranza a un
lado y continuemos disfrutando del paisaje que nos ofrece el entorno de A
Adega, como este bonito rincón por el que discurre un pequeño arroyo, que
antaño alimentaba un MOLINO.
Estas viejas construcciones,
hoy en desuso, desgraciadamente han caído en el olvido, y poco a poco, el paso
del tiempo hizo mella en sus cimientos, dejando ver una enorme herida abierta,
que si no se remedia, acabará con una bonita parte de la historia del pueblo.
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