La fachada occidental, completamente reconstruida lleva por el lado norte una torre cuadrada a modo de fortaleza y terminada en un casquete.
Este templo alzado sobre un zócalo nos regala en principio su pórtico,
extraño y misceláneo, pues fundido al arco ojival ciego, esbeltísimo, se añade
dintel renacentista; e incrustado en el tímpano del primero la imagen de un
nicho del patrono San Pedro muestra su acento barroco.
El muro sur conserva de la época el alero. La cornisa se sustenta en doce
salientes de proa y dos muy rústicos, uno de ellos con forma de barril.
En el templo remodelado el XVIII con gusto barroco destaca como máximo
personaje el presbiterio que es, sencillamente, excepcional. Su belleza se basa
en una obra románica del XII. La iglesia guarda una imagen policromada de la Virgen de la Nieves. Es de
piedra y parece tener raíces medievales.
IMAGEN EN UNO DE LOS MUROS EXTERIORES DEL TEMPLO |
En una de las entradas al atrio, se ofrece un seductor CRUCERO,
quizás del siglo XVII, con figuras dislaceradas, ingenuas, primitivas, pero de
gran valor artístico por su expresividad.
Bealo en la
cultura popular gallega.
Aldeíña de Loimar/ toda ela é costa arriba,/ ai-auga que nela nace/ que
boas rapazas cría.
CRUZ SOBRE EL MURO QUE CIERRA EL ATRIO |
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