Planeado como una luz de tercer orden destinada a iluminar la entrada al
puerto de Ribadeo, este faro se inauguró el 30 de diciembre de 1859. El
proyecto del ingeniero Marcelo Sánchez Movellán ideó una luz simétrica, con la
torre encajada en el centro de un edificio cuadrado para así protegerla de los
temporales.
En lo alto, un balconcillo de hierro forjado y un torreón octogonal, que
soportaba la linterna hexagonal de cristales planos, elevaban el foco luminoso
a 8,8 m sobre el suelo y 24 sobre el mar. Su apariencia de luz fija roja y 9 millas de alcance en tiempo ordinario,
se producía por una lámpara moderadora para aceite de oliva y un aparato óptico
de 6º orden y 375 mm de distancia focal, de la casa Sautter que , junto con la
linterna de 1,60 m de diámetro, había costado 6.087 Ptas.
Como faro de isla, y por la categoría de su luz, debía estar atendido por
dos torreros; con todo, para economizar en el servicio y suprimir un encargado,
se decidió construir un puente de unión con tierra. En el último tercio del
siglo XX se construyó un segundo faro en la isla, quedando sin uso el viejo.
El nuevo faro elevaba sobre una torre de hormigón de 3 m de diámetro y
12,70 de altura, de tipología normalizada, pintada de color blanco con franjas
negras. Con él se pasó a una potencia luminosa de 184.600 candelas, una
característica de grupos de 3 + 1 destellos y un alcance nominal de 21 millas.
Entró en servicio, definitivamente, el 1 de octubre de 1983 con el foco
luminoso situado a una altura de 13,5 m sobre el terreno y 28 m sobre el mar.
El edificio del primitivo faro se acondicionó para albergar dos grupos
electrógenos de emergencia VMS de 5 KVA y una vivienda para el técnico que lo
atendía. En estas obras también se suprimió el primitivo puente de madera y
hierro que unía la isla con tierra, construyéndose otro de hormigón armado.
En el año 2014 comenzó el proceso para ser
convertirlo en hotel, contando con la oposición vecinal.
Illa Pancha no sólo es un lugar de interés para los pescadores o para los
amantes del silencio y el paisaje, también lo es para los que gustan de admirar
la geología. Los Faros se alzan sobre un emplazamiento en el que las huellas de
la actividad interna de la tierra es evidente. Pliegues, fallas, rocas
trituradas junto a otras totalmente lijadas que asemejan muros empinados
labrados por buenos canteros gallegos, configuran un tramo de costa que es
exponente de la gama de formas que se encuentran en el recorrido por la costa y
los faros, pero... ¡deténgase! y disfrute de la ría del Eo, Ribadeo y su
entorno.
Tenemos varias alternativas para acercarnos a este hermoso enclave, las
más interesantes serán siguiendo: la RUTA
DE LOS MIRADORES que recorre el
borde de la Ría de Ribadeo por sus tres miradores; o la RUTA
DE LA COSTA va desde la villa de Ribadeo hasta la playa de As
Catedrais, siguiendo un agradable trayecto siempre junto a la costa.
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