GALICIA PUEBLO A PUEBLO: EL TORO DE MONTESALGUEIRO, ARANGA

La creación de la famosa imagen del toro de Osborne comenzó 1956, cuando las bodegas Osborne, fundadas en 1772 por el comerciante inglés Thomas Osborne Mann, encargan a Manuel Prieto de la agencia de publicidad Azor, el diseño de un símbolo para su Brandy Veterano, un Toro desafiante, mirando de frente, atento a lo que sucede en el horizonte. Su Toro fue rechazado por Osborne bajo el pretexto de que era más apropiado para una ganadería. Lejos de rendirse, Manolo Prieto insistió… Y el resto ya es historia. Osborne está considerada como una de las 100 empresas en activo más antiguas del mundo (puesto 94) y la segunda de España.

El primer toro que se instaló en España fue en 1957 en Cabanillas de la Sierra, en la carretera que une a Madrid con Burgos. En un principio medía 4 metros pero con el tiempo fue cambiando sus dimensiones y materiales de construcción para hacerlo más fuerte y estable. En 1961 pasó a medir 7 metros de altura. En 2017 su peso es de 4 mil kilos, su altura llega a los 14 metros y ocupa una superficie de 150 m2, repartida en 60 chapas pintadas con 50 kilos de pintura negra. En un principio se instalaron 500 toros por toda la geografía española, quedando sólo 91 en la actualidad. En Cádiz, Alicante, Sevilla y Asturias es donde concentran más toros de Osborne. En cambio no ha ni uno en Ávila, Cantabria, Girona, Guipúzcoa, Huelva, Murcia, Palencia, Tarragona, Teruel.

Galicia cuenta en su paisaje con cinco toros Osborne y este, el único situado en la provincia coruñesa, se encuentra en las proximidades de la Costa do Sal, en la vieja carretera N–VI, hoy lamentablemente, casi oculto por los eucaliptos.

En 1988 se aprobó la Ley General de Carreteras la cual obligaba a retirar todas las vallas publicitarias de la red de carreteras para no molestar la vista de los conductores. Esta normativa incluía, por supuesto, a los “Toros de Osborne”. Tras varios juicios mediáticos, una sentencia del Supremo avaló su permanencia teniendo en cuenta que el toro «ha superado su inicial sentido publicitario y se ha integrado en el paisaje». Una vez indultado, su nombre desapareció de la imagen.