El Monte Neme se eleva 386 metros sobre el nivel del mar, justo encima de
la PLAYA DE RAZO-BALDAIO, el segundo arenal más grande de Galicia. Este
balcón natural entre los ayuntamientos coruñeses de Carballo y Malpica, es un
lugar donde leyendas y restos arqueológicos documentan la primitiva celebración
de aquelarres de brujas, y desde hace pocos años, es una cantera abandonada por
una de esas empresas que “vienen, expolian, destrozan y se marchan”.
El monte ya estaba habitado en el neolítico, muy posiblemente con
asentamientos en sus laderas en la Edad de los Metales. Se cree también que
existió un castro, que pudo concordar
con las obras de minería, ya que es de este lugar de donde procede la famosa
"ARRACADA DE CANCES", pieza de orfebrería castreña encontrada en 1950 en el Rego de
Bandeira durante los trabajos en la mina, y que hoy se encuentra en el MUSEO DE PONTEVEDRA.
En la zona existió una fuerte presencia de cultos paganos, como demuestra
la tradición oral que llega a nuestros días con la creencia de fuentes
purificadoras. Se cree que en el lugar se adoraba la divinidad precristiana de nombre NEMET, muy
común en toda la Gallaecia. Con la llegada del cristianismo a la Gallaecia,
estos lugares fueron cristianizados, y aquí se erigió una ermita bajo la
advocación de Santa Cristina.
En el lugar se mezclan leyendas, que le dan al monte un carácter sagrado
o telúrico, de hecho, la tradición oral le asignó al propio monte significados
especialmente vinculados a un carácter pagano y demoníaco, cuando menos en lo
tocante a las tradiciones ligadas a la mística del círculo de piedra. Pues cerca
de la cumbre, en la ladera sureste, orientado al naciente del monte, se
encuentra un crómlech de pequeño tamaño, la "EIRA DAS MEIGAS
o CIRCO DOS XOGOS", un conjunto lítico formado por lajas en
círculo, de los pocos ejemplos de estas estructuras que llegaron a nuestros
días en la actual Galicia.
Foto tomada de este enlace: http://www.acsancampiodecances.es/?page_id=970 |
Antes de subir al Monte Neme, se lavaban y se preparaban en la Fuente de las Meigas, de Rabo de Lobo, en Tordoia, o en la Fuente de Amén Jesús, en San Paio da Devesa (cerca de la FERVENZA DE ENTRECRUCES).
Eso sí, de camino al Monte Neme tenían gran cuidado de esquivar la iglesia de Santa María de Ardaña, donde se dice que la estatua de San Vicente le quita el "meigallo" [maleficio] a los niños y protegía a los vecinos de los conjuros.
Foto tomada de este enlace: http://www.turismocarballo.com/info.php?id=45&idioma=es&sec=19 |
Foto tomada de este enlace: https://www.lavozdegalicia.es/noticia/carballo/malpica-de-bergantinos/2015/11/04/destrozan-mitico-circulo-litico-eira-das-meigas-monte-neme/0003_201511C4C3992.htm |
En los años de la primera Guerra Mundial se inició la extracción de
wolframio (material de especial importancia a comienzos del siglo XX por su uso
como conductor de la electricidad, y especialmente por su uso en la industria
militar para el endurecimiento del acero). Según apuntan los documentos, la
primera concesión de la mina para extraer wolframio y caolín dataría de 1923,
aunque según parece, el origen sería por lo menos anterior a la primera gran
guerra, prorrogándose en sucesivas ocasiones hasta el año 2012, año en el que
la mina se abandona.
Desde entonces, gran parte del monte fue empleado como cantera, y cuando la
empresa expotadora quebró y sus gestores desaparecieron, la firma de los Cotino
dejó tras de sí un paisaje lunar, seis balsas de inquietantes lodos color
turquesa y restos de infraestructuras oxidadas.
La zona otrora explotada ocupa una superficie de 70.000 metros cuadrados.
Además de los daños ecológicos y de la pérdida de patrimonio histórico, la
explotación tiene un fuerte impacto visual. La regeneración ambiental del
paraje precisa una inversión de 1,5 millones de euros, según cálculos de la
Cámara Mineira de Galicia.
El Monte Neme era una montaña mágica para los habitantes de la Costa da
Morte, pero ahora está herida por la minería irresponsable, aunque no hay
cuenta social de un aspirante a influencer gallego que se precie, en la que no
esté una fotografía del monte Neme.
El motivo no son ni sus vistas ni tampoco su historia, la razón por la que enamora esta montaña, son las lagunas artificiales, esa huella que dejó la actividad extractiva.
Las balsas están rebosantes de unas aguas turquesas que hacen las delicias de los instagramers y atraen a los turistas. El poder de las redes sociales las han viralizado. El líquido que tanto se fotografía no es más que agua de lluvia teñida de una hipnotizante tonalidad. ¿A qué se debe? El intenso azul es consecuencia de la sílice, el mineral que forma el cuarzo.
En lo que semeja una burla del destino, hasta el Gobierno gallego llegó a incluir una
imagen de las balsas mineras de Monte Neme en una campaña de promoción
turística de Galicia, como si se tratara de exóticas lagunas naturales de aguas
turquesa. Las protestas obligaron al departamento de Turismo a retirar la
fotografía y confesar el “error”.
Hoy el peregrinaje de curiosos a la cantera abandonada va a más y muchos
de ellos, denuncian quienes frecuentan el lugar, se ponen en peligro. El baño
no está permitido ni es lo aconsejable, por si alguno tiene la tentación. A
pesar de las advertencias, monte Neme es una mina abandonada con los riesgos
que esto implica: presencia de restos de maquinaria, taludes...
La preocupación por el abandono del paraje originó que varias entidades
hayan creado la Plataforma en Defensa de
Monte Neme. Está formada por asociaciones vecinales, culturales,
ambientales y deportivas de Carballo y Malpica. Uno de sus objetivos es la
puesta en valor, promocionar y proteger el patrimonio, el entorno natural y
paisajístico y, sobre todo, la riqueza patrimonial y sus leyendas.
Coordenadas: 43°16′14.09″N 8°44′23.50″O
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los antiguos galos y las poblaciones de origen celta que se distribuían por el continente europeo rendían culto a sus dioses en espacios al aire libre. Los parajes que elegían para establecer estos santuarios poseían ciertas características que los convertían en lugares realmente especiales o únicos: manantiales, cavernas, arboledas, surgentes, pantanos, estuarios, ríos o cimas. Estos espacios denominados nemeton (galo), nemed (gaélico), neved (bretón) o nyfed (britónico) eran los elegidos por los druidas para oficiar sus rituales, sacrificar animales o seres humanos, vaticinar el futuro, leer presagios o hacer ofrendas a Cernunnos, Esus, Taranis o Teutates.
ResponderEliminarMuchísimas gracias por tu aportación, siempre es interesante ampliar conocimientos. Se agradece!
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