En uno de los rincones más bellos de España, la Costa da Morte, una zona
de espectacular belleza y poco masificada turísticamente, encontramos uno de
los secretos más bonitos, las CALDEIRAS DO CASTRO, excursión perfecta para hacer con niños.
El río Castro (que nace en el Monte de Padreiro (Baíñas – Vimianzo),
forma un gran valle entre los ayuntamientos de Cee, Muxía y Dumbría y desemboca
en la PLAYA DE NEMIÑA), forma en este sitio escondido de la parroquia de
Coucieiro, una zona de baño conocida por los locales. Hasta hace pocos años,
era de difícil acceso. Llegar puede resultar difícil, ya que se encuentran algo
escondidas y no señalizadas. Pero son estos sitios ocultos los que más
sorprenden al visitante, por lo que vale la pena la aventura.
Consisten en una especie de piscinas naturales que forma el río Castro al
caer formando una cascada de 8 m. y varios rápidos descendiendo sobre unas
rocas escalonadas, con oquedades circulares a manera de calderos, "as
caldeiras do Castro" en fantástico paraje natural rodeado de vegetación.
La mejor época para ir es durante los meses de verano, ya que durante el invierno, debido a las numerosas lluvias de la zona, la cantidad de agua en el lugar puede hacer imposible el baño. Eso sí, el espectáculo de la cascada cargada de agua es único en esta época.
Una vez lleguemos a las Caldeiras do Castro, tenemos que aparcar el coche
en una pequeña zona de aparcamiento habilitada frente a la pequeña CAPELADE SANTO OUTEL DO CASTRO, fundada en el año 1660 por Don Juan de Cantorna,
con la finalidad de que un nieto suyo,
Juán Antonio de Cantorna
Suárez, presbítero, pudiese celebrar misa a diario. Ha sido recientemente restaurada y está creada en estilo barroco. Es de
una sola nave con cubrición “única” a dos aguas. Desafortunadamente las obras
de rehabilitación y restauración han pasado por alto el estilo original de la
hermosa capilla y han cubierto esta con un material de última generación (zinc),
a dos aguas que da a la capilla un aspecto de barracón.
La fachada es de buena sillería y los muros laterales son de una ruda
mampostería. Su portada la forma una puerta adintelada en la que encima hay una
hornacina con la imagen del santo, pero … ¿Quién es Santo Eutel? Por lo que
hemos visto es posible que se trate de San Eleuterio también conocido como
Santo Eutelo, Outel, Eutel u Outelo.
Junto a esta contemplamos un bonito CRUCEIRO de tipo de Crucifijo,
con plataforma cuadrangular de cuatro
escalones y pedestal cuadrangular achaflanado. El varal es circular estriado
empezando en cuadrado, donde tiene inscripciones por las cuatro caras, algunas
de ellas muy endebles y donde se puede observar el año de su fundación, 1687.
El capitel es cilíndrico conastrágalo
circular y liso.
Su cruz es cuadrangular
achaflanada y con finales floreados con botón central. Por el anverso de la cruz presenta a Cristo
Crucificado con tres clavos y las manos abiertas. Inclina la cabeza hacia la
derecha con una corona de espinas. Su paño de pureza parece estar atado a la
derecha.
Por el reverso de la cruz está la Virgen en actitud de orar, con los
dedos de las manos entrelazados. En la parte de abajo de la virgen parece que
falta una pieza. El cruceiro es todo de granito, con un estado regular a malo
debido la gran erosión que tiene.
A pocos metros hay un área recreativa con barbacoas, mesas y bancos para
realizar una comida al aire libre.
También nos llamó la atención, un estupendo HÓRREO hecho la base
de cantería de granito bien labrada y levantado sobre plataforma, para
conseguir mayor aireación. Apoya la cámara en 12 pies de granito muy
estilizados y de sección circular. Sobre ellos los “tornaratos”, que sirve para
evitar que los roedores lleguen a la cosecha. El cierre de esta se hace con
perpiaños de granito regularizado con apenas resquicios de ventilación
horizontal. La cubierta es a dos aguas, con teja del país, donde sobresale en
los finales un pináculo piramidal y una cruz.
La bajada es complicada, empinada, con piedras sueltas, aunque las
mejoras hechas, con una escalinata y una barandilla de protección realizadas en
madera, permite el descenso de los 75 m. que hay hasta el río y las caldeiras.
Al llegar a lo alto, la sorpresa: un paraje único, irrepetible, precioso.
Se nos aparece la hermosa Cascada de 8 metros de caída.
Las Caldeiras do Castro son un lugar único, auténtico, de una belleza y
un encanto incomparable.
Para muchos es un lugar nostálgico al que vuelven cada
verano casi como una tradición, un lugar en el que aprendieron a nadar o
pasaron momentos muy felices en familia.
Y quien lo visite, quien se deleite
con la belleza de este lugar, se llevará consigo esa impresión para siempre.
TRADICIÓN ORAL
Según cuenta Marinha Vilaseco: “cóntase
que no fondo do pozo onde cae a auga hai un encanto cunha tesoira”.
Un dos muíños («muños») que está arruinado
sobre as caldeiras foi un batán e a lenda fala dun túnel polo que os mouros
levaban os cabalos a beber ao río.
A capela estaba baixo a advocación de Santo
Autel, a xente acudía para as mordeduras dos cans con rabia.
E no
campo no que está a capela aínda quedan restos dun valo, o canle da Chouriña,
«que foi feito polos franceses e polos mouros (estes vivían nas Pedras Rubias,
por xunto á capela de San Pedro Mártir) nos tempos dos negros, pois houbo unha
guerra e tiveron que facer isto pra se defendere».”
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