Cuenta la tradición que, a mediados del siglo VIII vivía en la falda del Monte Carrio, al este del desierto de Carboeiro, un ermitaño llamado Luisón que predicaba y fomentaba por toda la comarca el culto de la Virgen María. Gozaba de fama de santo entre los vecinos y vivía en una cueva. Años después los vecinos de la comarca encontraron su cuerpo incorrupto entre unos matorrales próximos, motivo por el cual se levantó allí una capilla con la advocación de San Adrián, dándose ya desde entonces el nombre de “O CORPIÑO” a la tumba de aquel santo varón. Pero con la invasión de los moros, los cristianos se vieron obligados a abandonar el lugar y la capilla terminó por derrumbarse.
Lo que anteriormente había sido lugar de devoción al ermitaño, se convirtió
en un centro de peregrinación hacia Ella misma, la Virgen María. Según consta
en el Libro de Fábrica del Santuario, el día 7 de septiembre del año 1740,
visita el Santuario el arcediano de Deza, D. Juan Roque Gil, el cual manda “…se
componga y repare la ventana de San Caietano y se reteje dicho Santuario…”. Por
ello, podemos decir que el edificio es muy anterior a la citada fecha, aunque
se amplió y modificó en varias ocasiones. Primero, entre los años 1743 y 1768
se erigió una iglesia de una sola nave. Entre el 1782 y 1803 se amplió hasta
adoptar la planta de Cruz Latina. Entre 1867 y 1872 quedaría inserta en una
planta de salón, que conllevaría dos nuevas naves laterales a las que se
abriría acceso mediante varios arcos en la nave central original. Como figuras
relevantes en la construcción que hoy admiramos, podemos citar a los maestros:
Paulo Solla, Francisco Fíntela, Francisco Jozar y al rector Luis Fondevila, que
es quién consigue legarnos el trazado actual.
Fueron muchas las vicisitudes por las que pasó esta antiquísima ermita, hoy grandioso templo, que aunque no responde a un orden arquitectónico determinado, es sin embargo un hermoso santuario de tres naves, una torre y dos campanarios, reloj y ocho altares y en el centro del crucero, una gran cúpula de cantería, lo mismo que las naves.
La fachada es de estilo barroco y en el dintel de la puerta, observamos lo único que se conserva de la primera ermita, una artística hornacina con una bellísima reliquia y muy antigua imagen en Piedra de Nuestra Señora de O Corpiño.
A CAPILLA DO CORPIÑO
TEN NA PORTA UNA SANTIÑA
QUE MIRA PRO SEÚS ROMEIROS
COMO SUBEN A COSTIÑA
A los pies, la fachada queda enmarcada por cuatro columnas toscanas en el
piso inferior y en el superior, otras de más recortado fuste en un
originalísimo orden a caballo entre el jónico, enmarcando losetas de mármol
blanco con el anagrama de María tallado, quedando inacabado el arranque de las
cuatro torres angulares a la altura de la cornisa. Se remata en un esbelto campanario de planta cuadrangular y cupulín ochavado, que mantiene cierta semejanza a los compostelanos de Simón Rodríguez.
Se puede decir que este templo revela al visitante una combinación
perfecta de sobriedad y elegancia de la arquitectura religiosa gallega,
constituyéndose en el santuario más visitado de Galicia y más representativo de
la devoción mariana de un pueblo a lo largo de los siglos.
Situados a ambos lados de la entrada posterior del santuario podemos
contemplar dos CRUCEIROS.
El primero presenta en el fuste la figura de San Francisco. La cruz tiene forma circular y en ella aparece, en el anverso, un Cristo crucificado coronado de espinas y en el reverso, una Virgen orante con manto.
El segundo presenta, en el anverso, una figura con hábito acordonado, un niño en los brazos y una palma en la mano.
En el reverso presenta una imagen de la Virgen de las Angustias.
El primero presenta en el fuste la figura de San Francisco. La cruz tiene forma circular y en ella aparece, en el anverso, un Cristo crucificado coronado de espinas y en el reverso, una Virgen orante con manto.
El segundo presenta, en el anverso, una figura con hábito acordonado, un niño en los brazos y una palma en la mano.
En el reverso presenta una imagen de la Virgen de las Angustias.
Miles de romeros gallegos acuden los días 23 y 24 de junio de cada año al
santuario para curarse de uno de los males más temidos por el pueblo gallego:
el meigallo o embrujamiento, que traspasado por una mala persona con poderes
brujeriles, les ha llevado a padecer serias enfermedades.
En O Corpiño, como en SAN
ANDRÉS DE TEIXIDO, SANTA MARTA DE RIBARTEME,
Amil, A Franqueira o la VIRXE DA BARCA (enlaces a nuestras publicaciones), todavía perduran los viejos usos en los
que las creencias religiosas coexisten con tradiciones de la más diversa
procedencia. Existen cientos de lugares a los que se acude para ahuyentar a los
demonios, pero ninguno goza de la popularidad y devoción de ésta, que la ha
llevado a convertirse en una de las manifestaciones
religioso-profano-económicas más importantes del país. Allí se va buscando,
preferentemente, que el milagro aleje a Satanás, aunque la fama del santuario
es tal que en él puede encontrarse el remedio a cualquier mal. Nuestra Señora
de O Corpiño es abogada para todo y para todos. Es pues objeto constante de
peregrinación y si alguien falta a ella es por lo que reza la copla popular:
MIÑA VIRXE DO CORPIÑO
ESTE ANO ALÁ NON VOU
QUE POL-A FALTA DOS CARTOS
MOITA XENTE
SE QUEDOU
VÍDEO
La Imagen de Nuestra Señora de O Corpiño, por tantas generaciones venerada, es una talla de candelero realizada en madera de castaño policromada y con una altura de 1 metro. |
De la celebración actual, el momento de mayor devoción se produce cuando
la Virgen es sacada a hombros para la procesión. Un griterío ensordecedor
inunda el lugar, al tiempo que los empujones ayudan a encontrar un lugar privilegiado.
Hay que conseguir que la imagen sea pasada por encima del enfermo, que agachado
o tumbado tratará de tocar su manto, del que cuelgan algunos billetes, con
prendas personales como boinas, pañuelos, pañoletas y hasta toallas. Los
lamentos y gritos se reproducen de tal forma, que no consiguen ser apagados por
el repique de las campanas y la música de la banda que figura al frente de la
marcha. La conmoción es general mientras dura la procesión, y sólo cuando la
Virgen ha vuelto al templo retorna la calma. Y es el momento de emprender la
marcha a cualquíer lugar de donde partieron. Los romeros al retornar se
despiden de la Virgen del Corpiño con la siguiente copla:
ADIOS VIRXE DO CORPIÑO,
A ESPALDA CHE VOU VIRANDO;
INDA QUE A CARA VAI RINDO
INFORMACIÓN RECOGIDA DE LOS SIGUIENTES ENLACES
VISITA OTROS
SORPRENDENTES LUGARES DEL MUNICIPIO DE LALÍN EN ESTE ENLACE, CON UN MAPA PARA LLEGAR A CADA UNO DE ELLOS.
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