SAN MARTIÑO DE BERSELOS, BARALLA



Los núcleos rurales gallegos esconden un patrimonio histórico-artístico de valor incalculable. Ésta iglesia románica,  situada en un ramal del Camino de Santiago y en la Vía Romana que unía Lugo con Zaragoza, reviste singulares características, especialmente en la puerta principal o en las pinturas murales del interior.



Según Jaime Delgado, podría enmarcarse entorno al año 1200 o según Yzquierdo Perrín a 1220. La única noticia documental, expresamente reseñada y hasta ahora conocida, se halla en el Tumbo de Samos, en el que el Papa Alejandro III confirma una larga seria de posesiones del MONASTERIO DE SAMOS.



Se debe resaltar a su titular San Martín Dumiense, que nos recuerda la existencia aquí de una iglesia muy anterior a ésta románica. Por tanto también habla de una cristianización ya alto-medieval.


Tres elementos resaltan en el frontis de esta iglesia: la extraordinaria puerta, la ventana saetera que sobre la puerta se abre y la inscripción con el nombre del maestro, que en una de las basas de las columnas de la puerta se halla. Corona la fachada una sencilla espadaña de un cuerpo con un único hueco para una sola campana. Su tipología da la impresión de ser la original, si bien ahora se halla reconstruida por haber sido derribada la primitiva en mayo de 1997.


Esta puerta presenta dos arquivoltas de medio punto de diseño tórico y una decoración propia de un románico muy avanzado, semejante a las que se ven en las tres puertas de SAN NICOLÁS DE PORTOMARÍN; SANTA MARÍA DE PESQUEIRAS; San Juan da Cova o en SAN ESTEVO DE RIBAS DE MIÑO.



También los cuatro capiteles, algo diversos entre sí, pero todos de tipología vegetal, nos hablan de un románico muy avanzado.



Abrazan las arquivoltas un semicircular tímpano que, por su tan singular decoración, le da a esta iglesia una también singular importancia. Perfila el semicírculo una escocia rellena de bolas bastante notables.


Sobre el centro de su base aparece de pie el DIVINO CORDERO que, con su pata delantera izquierda algo avanzada, sostiene en alto la típica cruz procesional. Este modo de llevarla no es el propio del cordero stauróforo. Es el símbolo de Cristo que muestra su cruz, trono de gloria, ya que en ella realizó el acto culminante de nuestra redención.


Sobre este asoma la MANO DIVINA cerrada, señalando con un dedo a una figura humana puesta de rodillas detrás del Cordero. Esa Mano Divina, aquí, más que significar ese punto culminante del Cielo Empíreo en que habita la Divinidad, parece más bien recordar la mano bondadosa del Dios-Padre que acoge gozosa el alma del fiel cristiano.


El personaje humano viste una larga túnica, pudiera lucir corta barba y no es larga su cabellera. Presenta un recogido y devoto semblante, pero sin mirar a la Mano que lo señala. Con las manos puestas delante del pecho, agarra, por debajo de su voluminosa cabeza en alto, una larga culebra. Cuelga el oficio, primero por debajo de su brazo derecho, alargándose luego hasta el pescuezo del Señor, volviendo a quedarle colgada su última parte por el otro lado del cuello. Hay quien identifica la figura de la serpiente con un niño puesto en los brazos de esa figura humana. Parece representar al PECADOR, puesto éste de rodillas, humildemente suplica al padre un perdón. Pero es éste un perdón aquí ya alcanzado por la obra redentora de Cristo, o Divino Cordero, allí presente. Por eso el artista representa a ese pecador ya en el Cielo Empíreo, como las demás figuras. Pero también ese pecador parece estar aquí como una simbiosis del Adán-Pecador, al que evoca la serpiente que en el paraíso terrenal le hizo caer en el pecado.


En el lado derecho, el opuesto al de esta figura, se levanta un arbolillo con dos ramas-hojas abajo, una a cada lado, y tres en forma de trébol arriba. Evocando EL PARAÍSO sin duda está el arbolito de este tímpano de Berselos. 



Sirvan también como ejemplo, de una larga lista de ejemplares conocidos: los dos arbolillos en torno a la figura de Melquisedec-Cristo en el tímpano de la puerta norte de San Salvador de Sarria; o en la principal de SERANTES, en torno a la Cruz Invicta entre dos personajes; o a cada lado de una muy original cruz en el dintel de la puerta sur de San Salvador de Merlán.

SANTO TOMÉ DE SERANTES - LEIRO

Sobre el ángulo del plinto, de la columna interior del lado derecho, aparece una pequeña cabeza humana, a modo de garra. En su lateral izquierdo, según se mira, aparece un dos líneas la siguiente inscripción: PELAGIVS FE; ...



...y en el siguiente lado continúa: CIT OP



O sea, PELAGIVS FECIT OP(us)Pelagio hizo la obra”.



Sobre la puerta rasga el frontis una ventana-saetera rematada en arco y bellamente enmarcada también por un arco semicircular, apoyado en un par de columnas acodilladas. En los capiteles se repite la decoración vegetal de la puerta, pudiendo ver alguna piña como anteriormente.



Coronan los muros laterales una serie de lisos canecillos, todos cortados en caveto, menos uno del lado norte que tiene forma de un cuarto de una figura circular.




En el muro testero de la nave se abre un muy sencillo arco triunfal, por el que se comunica la nave con el ábside. Este último presenta una originalidad ajena al románico en general. La carece de tramo recto, estando constituido tan sólo por una cabecera semicircular. Su espacio interior va cubierto por una semicúpula decorada con unas extraordinarias PINTURAS MURALES.



Cubiertas bajo cuatro capas de cal, con la que antiguamente, en épocas de pestes se saneaban las paredes de las iglesias, permanecieron ocultas durante siglos hasta que Vania López Arias, licenciada en Bellas Artes y especialista en Restauración, las encontró en mayo del 2005, cuando se disponía a presupuestar la recuperación del retablo del siglo XVII que ocupaba este espacio. Los retablos son posteriores a los frescos que servían para decorar las iglesias, y el hecho de que el de Berselos sea del XVII anima a pensar que las pinturas tienen muchos siglos.


Las figuras aparecen perfectamente definidas y puede interpretarse completamente un tema, que en este caso es EL JUICIO FINAL, lo que desde el punto de vista artístico tiene gran importancia.


En la cúpula del ábside un cristo pantocrátor sedente y en actitud de bendecir domina la escena. Tiene los brazos alzados y el detalle de las manos permite apreciar con claridad la posición de los dedos. “El origen del Pantocrátor es ateo y era la denominación de Júpiter, el padre omnipotente de los dioses. Con la llegada del monoteísmo el pueblo elegido se lo aplicó a Dios”, explica el párroco. Se han descubierto también dos orantes a cada lado del Todopoderoso y cuatro ángeles tocando la trompeta.







En la parte media aparecen las simpáticas figuras de los resucitados, que han sido las últimas descubiertas.



Corona la cúpula,  la luna y un sol con el anagrama JHS (Cristo Salvador).


Toda la parte baja del ábside muestra un ajedrezado, muy utilizado para completar las decoraciones y que puede verse también en la en la iglesia de SANTA MARÍA DE MELIDE.
El municipio de Baralla es una zona muy rica en pinturas murales, entre las que destacan las de Val y las San Estebo, estas últimas del siglo XVI.


Otra pieza destacable en su SAGRARIO. Aunque de fábrica muy moderna, según la inscripción que presenta en uno de los laterales, no por ello deja de exhibir una belleza que, sin duda alguna, llamarán poderosamente la atención de todo aquel que en él repare.



El Tabernáculo exteriormente reproduce parte de este pequeño templo en el que nos encontramos, haciendo especial hincapié en las singulares características de su portada, la cual reproduce de manera fidedigna.




¡Pero la sorpresa no acaba ahí! Al abrir las puertas de esa fantástica portada, se nos aparecen repetidas en el interior, las magníficas pinturas murales que se despliegan en la cúpula bajo la que nos encontramos amparados.


Esta minuciosa y curiosa imitación artística, abriga la Custodia con las Sagradas Formas.


El templo también tiene dos interesantes RETABLOS. Este, que se trasladó a la nave para liberar las pinturas murales, está bastante policromado y presenta las figuras de San Martíño, Obispo de Dumio, en el centro, la Inmaculada a su izquierda y Santa Bárbara a la derecha.







El otro, de dimensiones más grandes y con decoración menos profusa y menos policromada, muestra las figuras de Santa Teresa, San Antonio y Cristo como Rey.







En el fondo de la nave hay una PILA BAUTISMAL encima de una piedra cuadrada que era el ara. Ambas sin datar.




Para finalizar, agradecer a todas esas personas que custodian las llaves de los templos y que en muchos casos, deponen sus obligaciones personales para abrirnos las iglesias, ofreciéndonos generosamente su tiempo, su paciencia, su simpatía y su sabiduría. En este caso particular estamos enormemente agradecidos a Pilar, vecina muy amable que se brindó a mostrarnos esta maravilla, ya que, como ella graciosamente decía, el jefe (su marido, sacristán y encargado de enseñarla) había ido a un funeral. También quiero agradecer a todos los miembros del grupo Rincones de mi Galicia, por descubrirme estos fabulosos lugares, y este de San Martiño, concretamente a Alex Negreira. ¡Gracias!


Coordenadas: 42º 50' 52.0" N - 7º 17' 20.9" W




INFORMACIÓN RECOGIDA EN LOS SIGUIENTES ENLACES

EL ROMÁNICO DE LUGO Y SU PROVINCIA. Jaime Delgado Gómez. Tomo V págs. 419 a 429




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2 comentarios:

  1. Me ha gustado mucho. Gracias, a todas esas ciudades y sobretodo a los pueblos q mantienen estas joyas de tanto tiempo y nos dan la oportunidad de conocerlas y valorarlas. solo pido q siga habiendo personas q con su sacrificio y cariño sigan manteniendo su patrimonio y asi mostrarlo al mundo Gracias de nuevo

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    1. Gracias a ti por tu comentario, me ayuda a continuar este blog y seguir mostrando los lugares que visito. Un saludo.

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