GALICIA PUEBLO A PUEBLO: SANTA MARÍA DE ARCOS, ANTAS DE ULLA

SANTA MARÍA DE ARCOS, ANTAS DE ULLA

A falta de datos documentales del medievo, tres detalles históricos de no poca importancia, nos ofrecen unos testigos que nos hablan con total seguridad de una iglesia alto-medieval. El primero, el de la titular del templo (Santa María). El segundo, una serie de sarcófagos. Situada en un terreno escabroso donde abunda el granito que, utilizado en algunas de sus viviendas, sirvió para la construcción de los numerosos sartegos que abundan en la comarca, siendo utilizados con frecuencia para usos domésticos.

Fotografía propiedad de ALEX NEGREIRA, tomada en una casa junto a la iglesia.

En el atrio de la iglesia se ha comprobado la existencia de varios, pero están enterrados.
El tercero, lo recuerda Yzquierdo Perrín, y nos lo confirma una ESPADA-CRUZ SANTIAGUISTA con unas letras a cada lado de ella. Según Risco, este templo fue posesión del Monasterio Santiaguista de VILAE DE DONAS.

Al lado izquierdo del pomo de la espada aparece D., y F. en la otra parte simétrica. Hacia el fondo de la espada se escribe a la izquierda una V y a la derecha la sílaba Por. D(edicare) F(ecit) V(icentius) P(ri)OR. Es decir, esta iglesia fue dedicada o consagrada, por un prior llamado Vicente.

Se repite aquí exactamente, las que existen en San Miguel de Berbetoros y en SAN XOÁN DE ANTAS, y vienen a ser algo así como la firma y rúbrica, hecha por una misma mano, de una triple posesión.

Portada de SAN XOÁN DE ANTAS

Se conserva la iglesia primitiva casi en su estado original, simplemente se amplió con la añadidura de la sacristía y se reformo la fachada. Otra minúscula reforma se advierte en la puerta lateral norte, que ha sido tapiada. Un buen examen de todo el conjunto de elementos románicos, lleva a fecharla en el entorno de 1180.

De un barroco dieciochesco es la parte superior de la fachada, reforma con la que desapareció la ventana-saetera que sin duda abría sobre la hermosa puerta principal.

Aquí figura un relieve representando a Santa María.

La PORTADA PRINCIPAL de la nave está coronada por una doble arquivolta de medio punto sobre la que campea otro arco de decoración ajedrezada.

El intradós de la arquivolta mayor está decorado con casetones, algunos de estos se ornamentan con motivos geométricos como los del arco triunfal, que veremos luego.

En forma de arquitos de medio punto son los casetones de su tradós, colgando del centro de cada arco un pequeño disco o roel,...

... como vimos en las iglesias de SAN SALVADOR DE VILANUÑE ...

...o VENTOSA (A Golada).

Abrazan las arquivoltas un curioso tímpano semicircular, que se apoya en sendas MOCHETAS. En liso caveto se corta la izquierda,...

... mientras que la derecha lleva esculpida una figura humana sentada y sosteniendo en sus manos un libro abierto (según Y. Perrín, con expresiva talla de ojos y nariz).

Destaca en el TÍMPANO una lisa cruz latina potenzada grabada en su centro, flanqueándola en su extremo inferior dos arquillos ciegos de medio punto. Le sirven de base otros dos de las mismas características.

Los cuatro CAPITELES contienen una muy interesante decoración, de manera especial el derecho de la arquivolta menor, que cuenta con diez cabezas humanas dispuestas en dos filas superpuestas (una central de tamaño superior a las otras nueve).

En todas (dice Y. Perrín), se labran de manera somera los rasgos faciales que resultan muy expresivos. De esta poco habitual decoració, con tal número de cabezas humanas dice J. Delgado, que muy probablemente hagan de este pórtico una pieza única (solo en el Claustro de San Francisco de Lugo se pueden observar seis cabezas en dos unidos capiteles gemelos). Pero aquí no se trata de simples cabezas indefinidas sino de bustos de frailes.

Los otros tres presentan decoración vegetal.

La portada sur presenta en el dintel, una potenzada cruz latina semejante a la anterior.

Muy sencillos son los CANECILLOS, que así los describe Y. Perrín. “Los canecillos de la nave y del presbiterio, en parte alterados en el muro ser de la nave, permanecen en su mayoría en caveto y a lo sumo ostentan pequeña pestaña central, o bien pequeñas bolas, o bien (y son los más interesantes) piñas”.

Entre los del ábside, se inscriben dentro de un círculo, unas muy finas rosetas.

Según J. Delgado, en su obra El Románico de Lugo y su Provincia, destaca el VENTANAL DEL ÁBSIDE de la Iglesia de Santa María de Arcos como uno de los elementos de mayor belleza de todos los estudiados por él. Se considera que la parte interior de la citada ventana saetera fue en un primer tiempo el Sagrario de la Iglesia.

En su exterior está coronada por una arquivolta de medio punto que descansa en una imposta bajo la cual campean dos columnas de elaborados capiteles con motivos vegetales. Sobre la arquivolta tiene otro arco de medio punto con arista baqueteada.

El frente o rosca, está dividido en siete casetones que se decoran interiormente de un modo semejante a los de la arquivolta del Arco Triunfal. Los tres primeros de la izquierda imitan arcos teniendo bola en el centro de la curvatura y una bien diseñada estrella en su centro. Siguen a éstos, dos con una roseta esculpida dentro de ellos.

Una especie de aspa, pero formando cuatro arquillos en sus ángulos el penúltimo. Y forma de arco apainelado con una bola tiene el último, pero inscribiéndose dentro de él otro arquillo.

Una media caña, pero en arco de medio punto, lleva en su interior hasta ocho bolas y circunda un espacio inferior, dividido en cuatro huecos ciegos rítmicamente organizados, algo no excesivamente frecuente.

En el muro, a la altura de las basas, se inscriben en un círculo lo que intenta ser una roseta, o quizá estrellas de cuatro puntas una y cinco la otra.

Solo queda reseñar de este ábside, la presencia de un tosco AGNUS DEI (Divino Cordero), que se asienta, mirando hacia afuera, en el ápice de este muro testero.

Otro de mayor tamaño, y no menos tosco, ocupa ese mismo lugar, pero en el muro testero de la nave (dada la muy notable diferencia de tamaño, la aparente agresividad de este y la actitud de estar mirando los dos hacia fuera, corre en el pueblo la tan pastoril idea de que se representa aquí, a un malvado lobo persiguiendo a un tierno e inocente cordero….). Sobre este debió estar colocada una cruz antefija.

En el interior de la nave, conviene subrayar la relevancia del precioso ARCO TRIUNFAL que trasparenta, lo mismo que el presbiterio al que da acceso, una nítida ambientación románica. Un monumento de muy singular interés estilístico.

Está compuesto de dos arquivoltas de medio punto notoriamente peraltado, perfiladas por un arco de igual directriz, cuyo frente aparece todo él con una decoración de tacos ajedrezadamente dispuesto.

La arquivolta mayor aparece profusamente decorada. Su arista con dos filas contrapuesta de dientes de sierra y con casetones de distintos tamaños lo hacen, tanto el intradós como su trasdós. Pero lo más singular, son los diversos objetos geométricos, vegetales y animalísticos con que se adornan estos casetones.

El intradós se inicia con un arquillo al que sigue una rara e irregular roseta de pétalos estrechos, alargados y separados entre sí. Aparecen luego barras horizontales entre las que asoman cinco filas de bolitas. Siguen dos tablas con un hueco circular en cada una; una cruz paté con perlas incrustadas y barras de las que salen hojas.

Continúa un aspa con cuatro bolas, una en cada ángulo; dos bolas-panes y cuatro tacos cuadrados. Por último se esculpen un rústico cuadrúpedo, quizá un perro, y piñas sobre un grueso pedúnculo.

En los casetones del trasdós se repiten varios de los antes dichos adornos y se añade algún otro motivo geométrico.

Destacan dos aves, una que vuelve su largo cuello para picotear bajo el ala y otra más rústica que hace también algo parecido.

El capitel izquierdo, muy erosionado y así poco definido parece ornamentarse con motivos vegetales y dos aves afrontadas sobre ellos, como las vistas en los casetones. Las imposta tienen una cabeza monstruosa en el ángulo y de su boca salen por cada lado unos finos tallos ondulados de los que se originan zarcillos en espiral.

La PILA BAUTISMAL, de liso perímetro circular sobre nacela decorada con bastantes grandes bolas, se asentaba en su origen en una también circular base de unos doce centímetros de altura. Andado el tiempo, para darle la altura conveniente y adaptarla al nuevo rito de solo infusión, se le añadió esa nueva pieza cilíndrica, que aún ahora continua sirviéndole de soporte. Su estructura original, especialmente esa nacela con bolas, nos lleva al inicio de un bajo medievo. Debería corresponderse con la fecha de construcción de la iglesia.

Pero sin duda, de mucha más antigüedad es la ahora PILA DE AGUA BENDITA. Según J. Delgado, tres razones obligan a creer que fue ésta la primera pila bautismal de aquella iglesia de Santa María de Arcos de un muy alto medievo. La primera, la suficiente capacidad del cuenco para servir como pila bautismal. La segunda y más importante razón, es la de su original ausencia de soporte, así se asentaba directamente en el suelo, como exigían las normas para administrar con facilidad el bautismo a adultos y niños con el doble rito de inmersión e infusión. Y en la línea de un alto medievo, tercera razón, está también ese borde sogueado que la decora.