GALICIA PUEBLO A PUEBLO: PETROGLIFOS DE BOALLO, VIMIANZO

Aunque los petroglifos son considerados un gran misterio sin descifrar, en Galicia hay más de 3.500 estaciones de arte rupestre, auténticos museos escondidos en la naturaleza y en su mayor parte abandonados, sin catalogar y en peligro de sufrir múltiples agresiones. Como bien dicen los miembros del Colectivo A Rula, otros países con menos riqueza y valor en arte prehistórica ya lograron la declaración de Patrimonio de la Humanidad para sus ejemplares. Aquí, no.

Debuxo de Rubén Rial do Petróglifo do Outeiro do Recosto (libro “unha historia de Vimianzo”) Foto tomada de la página del COLECTIVO A RULA

Las primeras noticias de los petroglifos del OUTEIRO DO RECOSTO datan del año 1997. La edición local de la Voz de Galicia de 9 de noviembre abría dando cuenta del hallazgo de la estación 1 por parte de Manuel Soto Caamaño, vecino de la zona, durante una jornada de caza. Un hecho que constituía, la localización de la primera gran manifestación artística de esta tipología en las tierras vimianceiras, donde los GRANDES MEGALITOS copaban las principales referencias a la prehistoria de este ayuntamiento, como la CASOTA DE FREÁNS, situada en esta misma parroquia y no muy lejos.

Estos petroglifos responden a la tipología de combinaciones circulares, el grupo más característico de los grabados gallegos, pudiéndose datar entre el Neolítico Final y el Bronce Inicial (unos 4500 anos de antigüedad).

Los dibujos se disponen sobre una superficie erosionada de roca granítica que emerge del suelo y que se ubica al pié de otras dos piedras que le sirven de abrigo.

En un único panel de poco más de un metro cuadrado de superficie, se conservan hasta 9 combinaciones de círculos concéntricos con cavidad central y varias cazoletas, entre otras expresiones geométricas, con diámetros comprendidos entre los 44 y los 10 centímetros. Son grabados realizados con la técnica tradicional, mediante percusión y abrasión con instrumentos de piedra. En la parte inferior del panel figuran las combinaciones circulares de mayor tamaño que poseen 5 y 4 anillos respectivamente. Cuatro de las combinaciones circulares presentan un radio de salida que parte de la cavidad central. La combinación circular de mayores dimensiones presenta dos surcos de salida, un orientado al este y otro al sur que enlaza con una figura de difícil descripción debido al enorme desgaste que presenta en la zona más próxima al suelo.

Foto tomada de la página del COLECTIVO A RULA

A pesar de la antigüedad del petroglifo y a los efectos erosivos producto de la acción continuada de los agentes naturales sobre los grabados, su estado general es bastante bueno, con grabados que presentan unos 2 centímetros de profundidad media. La estación está orientada al último rayo solar del solsticio de invierno, cuando el sol se pone por mar de ROSTRO (Fisterra), según Antón Bouzas.

Según señala Manuel Gago: “ás veces, a presenza dos petróglifos está aínda envolta nunha escena, con sutís elementos que completan a narrativa. É o que acontece en Boallo. No contorno hai unha chea de laxes estupendas -bo granito, aplanadas, etc.- que permitirían facer gravados comodamente, pero o artista prehistórico fixo unha selección ao meu ver claramente determinada e bastante incómoda para o que é habitual nos petróglifos.

Unha superficie irregular e en caída aos pés dunhas rochas que sobresaen no seu contorno inmediato como dúas laxes superpostas, nas que se agrupan unha serie de catro combinacións circulares. Esas dúas laxes están orientadas cara o oeste, e son parte dun conxunto rochoso moi interesante que se eleva como unha pequena torre sobre o contorno inmediato”.

Algún tiempo después del primer descubrimiento, Roberto Mouzo Lavandeira, experto y divulgador de la historia y el arte de Vimianzo, encontró la segunda estación en los alrededores, en la llamada PEDRA MOSQUEIRA. Una combinación circular de tres anillos y una cavidad central. Su estado de conservación es bastante malo, por lo que me pasó desapercibida en mi visita diurna.

Foto tomada de la página del COLECTIVO A RULA

LEYENDAS contadas por vecinas del lugar dicen, que en la noche de San Juan era tradición recorrer siete fuentes de la parroquia y al llegar a la última aparecían las meigas. Decían también los viejos, que muchos mozos eran tentados por el demonio al cruzar el cercano puente de piedra de O Vao, sobre el río Castro. Solía acompañarlos una hermosa mujer, pero al llegar al otro lado descubrían que las piernas de la joven eran de cabra. Cerca del paraje está la Pedra do Frade. Un monje de MORAIME que pasaba por estos lugares y se vio acosado por lobos. Se subió a la roca, pero no pudo salvarse de ser devorado. Al día siguiente solo estaban las sandalias.