SANTA MARÍA DE MONFERO



Está situado en la parroquia de San Fiz en el municipio de Monfero. Se sitúa en un pequeño valle donde emerge el arroyo Lambruxo, afluente del Lambre, y limita al norte con el río Eume, de tal manera que parte de su territorio se encuentra dentro del Parque Natural das Fragas do Eume, en una ruta de senderismo que une el monasterio con el embalse del Eume, conocida como SENDA DOS CERQUEIROS.


Sus orígenes se remontan al menos al siglo X, cuando se levantó un convento entre dos capillas de gran devoción popular en la zona: la de San Marcos y la de Virgen de la Cela. Oratorio, protegido por el rey Bermudo II sufrió el ataque de los normandos, y fue recompuesto por iniciativa de su descendiente Alfonso VII en 1134, en contribución con los nobles Alfonso Bermúdez y su sobrino Pedro Osorio, que en 1114  ordenó la reconstrucción de la ermita de San Marcos para poder encubrir a sus hermanos Suerio y Fruela, que habían apuñalado al mayordomo de Doña Urraca. Embargándole, el monarca, sus bienes.


 Inicialmente estuvo encomendado a los benedictinos de SANTA MARÍA DE VALVERDE hasta el año 1147, en el que se convertiría a la Orden del Cister de manos de la Abadía de Sobrado.

MONASTERIO DE SANTA MARIA DE SOBRADO DOS MONXES
Alfonso VII  nombró a su hermana la infanta Sancha reina, convirtiéndose así,
 en una de las principales consejeras y colaboradoras de su hermano el rey,
 apareciendo casi siempre su nombre en los documentos públicos del soberano




En 1138 la infanta-reina Sancha Raimúndez, hermana de Alfonso VII el Emperador, 
dispuso la restauración del Monasterio de San Salvador, haciendo venir para tal fin 
a los monjes del vecino Monasterio de Santa María de Valverde.


Sancha Raimúndez convirtió el Monasterio en Palacio Real.




Es en el siglo XIII cuando se lanzan a la fama los textos y el arte de los escribanos de Monfero. A partir de este momento el monasterio empieza a crecer gracias a las donaciones recibidas por la nobleza y a los hermanos laicos que cultivan las granjas del entorno monástico.

Entrada al monasterio de Monfero.

Con el tiempo, esta expansión extramuros dio origen al enfrentamiento con los señores feudales por el dominio de sus tierras. Destacan las pugnas con los Aras Pardo y los Andrade, siendo necesaria, en el siglo XIV, la intervención del poder real, que fallo a favor de los religiosos. Es aquí cuando comienza la historia de enfrentamientos y asesinatos, como la muerte de su abad, en un camino próximo, en el siglo XV, o el asesinato de dos clérigos a la puerta del monasterio.


A partir del año 1506 pasa a formar parte de la Congregación de Castilla, por la reforma de los Reyes Católicos. Con la exclaustración y desamortización de Mendizábal remata la vida de este monasterio, uno de los más importantes de Galicia.
Fue creado a partir de los fundamentos románicos de su época, pero en el siglo XVII se derribó su antigua iglesia para construir la actual de estilo barroco.



Este cenobio estaba compuesto por iglesia con capillas laterales, sala capitular, baptisterio, portería, tres claustros, refectorio y cocina.







SALA CAPITULAR



COCINA

COCINA

De los tres claustros, el mejor conservado es el CLAUSTRO PROCESIONAL o reglar de estilo renacentista, abovedado y con una fuente barroca en el centro del patio.








El CLAUSTRO DE LA HOSPEDERÍA, realizado por Juan de Herrera en 1574, de estilo renacentista y levantado sobre el original románico, del que se conservan dos columnas.


A AMBOS EXTREMOS LAS DOS COLUMNAS ROMÁNICAS.

A LA IZQUIERDA COLUMNA ORIGINAL ROMÁNICA.

 Y el claustro barroco del dormitorio, el más grande, que estaba siendo reformado cuando fue ocupado por las tropas Napoleónica durante la guerra de independencia.

PASO AL CLAUSTRO DEL DORMITORIO





La iglesia que ha llegado a nuestros días, es un enorme templo barroco construido entre 1622 y 1656. Sus dimensiones son más que considerables, teniendo una longitud de más de sesenta metros.



El interior es de una sola nave con planta de cruz latina, crucero y cabezal rectangular.







La planta está cubierta con bóveda de cañón de medio punto, artesonada con casetones de variados motivos.



Rodeando el altar mayor encontramos la sacristía. Construida en 1716 presenta una espectacular cúpula,








En el fondo del brazo norte del crucero está el retablo pétreo de la Virgen de la Cela, del siglo XVII, a la que se atribuyen infinidad de hechos milagrosos. Según las tradiciones populares, se apareció en un monte próximo, donde brotó una fuente.



En el exterior, lo que es particularmente llamativo es la fachada principal, que nos muestra líneas únicas muy peculiares y al mismo tiempo un colosalismo en sus elementos. Todo esto se logra a través del diseño completamente plano de la pared, al contrario de lo que ocurre en muchos templos barrocos donde se alternan secciones cóncavas y convexas para dar mayor dinamismo y juegos de claroscuro.



El carácter ascensional y colosal de la fachada se logra mediante cuatro enormes columnas y dos pilastras estriadas que están terminadas con capiteles corintios de un orden compuesto, que combina una estructura clásica con dinamismo barroco.






 Forman en conjunto cinco calles, siendo la central la más ancha. Soportan un entablamento partido, dórico, al que sucede una volada cornisa. Los vanos se distribuyen en tres niveles: en el superior, debajo del entablamento, tres ventanas, una en la calle central, rectangular, y dos a ambos lados, más pequeñas y de arco de medio punto, todas ellas enmarcadas por recuadro en borde y media caña.



En el segundo nivel,  otros tres huecos, los de las calles laterales, hoy tapiados, sirven de nichos a las estatuas de una reina y una monja, bastante deterioradas, lo que en mi opinión, me inclina a pensar si pudiesen referirse a los dos santos a los que estaban dedicadas las capillas primitivas que formaron el monasterio, San Marcos a la derecha,por ser evangelista, con el libro abierto en su mano izquierda y la derecha en alto, como sosteniendo la pluma, atributos (ahora deteriorados) que identifican al predicador, y la Virgen de la Cela, a modo de “reina de los cielos”. Ambas ventanas están coronadas por frontones mitrados, decorados por gotas y discretamente partidos en su parte superior.



En el nivel inferior, se observa la puerta de entrada al templo, así como las basas de las grandiosas pilastras corintias.




 El juego de luces y animación de la fachada se completa con la combinación original de los bordes de las molduras, alternando granito (gris) y pizarra (negro), que contrastan con sus diferentes colores, exponiendo un aspecto característico ajedrezado. Comenzó la obra el escultor Simón Monasterio, pero no pudo concluirla ya que murió dos años después. Solo se construyó una de las dos torres que se proyectaron.



Cinco rayos cayeron durante los siglos XVII-XIX que destrozaron parte de los muros y dependencias monacales. A partir del siglo XIX el monasterio fue pasto de saqueos y robos que acabaron con la riqueza artística. 
Dentro de la iglesia (altar mayor y crucero) hay una serie de tumbas góticas monumentales de gran expresividad, pertenecientes a diferentes miembros de la familia Andrade.


En ellos, las estatuas de las personas que aparecen se visten como caballeros, ya que era un galardón medieval, acompañado por ángeles y perros como un símbolo de fidelidad.


 En los costados de estas tumbas unos arcos puntiagudos sobre columnas, revelan el escudo nobiliario de la familia.


El más principal pertenece a DON NUÑO FREIRE DE ANDRADE, consejero del Rey. Fallecido en 1431; Hijo de Pedro Fernández de Andrade, fue el III Señor de PontedeumePor su carácter despótico e inhumano se le dio el sobrenombre de “O Mao” (el malo), que le señaló como uno de los señores más arbitrarios e implacables de la Galicia del primer cuarto del siglo XV. Violentas disputas y largos pleitos mantenidos con el Canónigo de Santiago Juan López de Villouzás y con los Monjes del MONASTERIO DE SOBRADO, abusivos tributos y  vejaciones constantes a sus vasallos, determinaron un levantamiento popular dirigido por Rui Xordo, natural de A Coruña, que logró sitiar en el CASTILLO DE ANDRADE a la esposa e hijos de Nuño Freire. Con ayuda de otros Caballeros, logró reunir un pequeño ejército con el que atacó a los sitiadores, haciéndoles levantar el cerco y ahorcando a varios de los prisioneros que pudo lograr. Esta sublevación del pueblo de Galicia contra la opresión de los Señores es la primera de las que pronto habrían de seguir, y que se conocieron con el nombre de “Guerras Irmandiñas”. Falleció el mismo año de su victoria sobre aquellos primeros Irmandiños. Fue, por el contrario de los hecho con Sobrado, gran protector del MONASTERIO DE MONFERO, al que le hizo numerosas y valiosas donaciones, dejando dispuesto que a su muerte se le enterrase en la iglesia monacal.



Se halla su sepulcro a los pies de la iglesia, lugar en el que fue colocado, así como otros sepulcros de los Andrade, al construirse en el siglo XVII el nuevo templo monacal. La yacija de granito se encuentra embebida en el enlosado en más de las tres cuartas partes de su altura. Solamente queda a la vista la arquería gótica finamente esculpida que cobijaba los seis escudos que, en el frente del arca, lucían las armas del Caballero. El bulto sepulcral aparece tendido sobre un lecho que cubre un paño rítmicamente plegado y cuyo borde permite correr la inscripción, en cuidados caracteres góticos siguiente: 
O:UONE:IESU:AUEDE:PIEDADE:DA:ANIMA:DE:NUNO:FREIRE:DE:ANDRADE:CAVALEIRO:DE:UERDADE:UN:DO:CONSELLO:DO:REI:QUESE:FINOU:ENO:ANO:D:MIL:CCCCXXXXI:ANOS”.


El Caballero viste armadura y casco, descansando los pies sobre el costado del verraco o jabalí, símbolo de los Andrade, en tanto pequeños ángeles se arrodillan a los lados de la cabeza sobre los esquimales de los almohadones entonando los cánticos funerales. Tiene la espada asida con la mano izquierda y en la derecha empuña el vástago envuelto en un panicello de la lanza o de la maza, ahora rozada. El rostro luce aún restos de policromía.




SEPULCRO DE DON PEDRO FERNÁNDEZ DE ANDRADE IIHijo de anterior, Don Nuño Freire de Andrade; fue así el IV Señor de Pontedeume. Fallecido hacia 1435. y de él dice la Historia, que heredaba el carácter despótico que había distinguido a su padre. 
El sepulcro se encuentra a los pies del templo en el lado del Evangelio, y muestra la yacija hundida en su tercio inferior. Presenta ésta una decoración formada por ocho escudos que lucen los blasones de los Andrade y cobijan una especie de tallo, el cual traza una arquería apuntada que descansa sobre columnillas.
 El lecho sepulcral carece de inscripción, pudiendo haber sido raída con la finalidad de un aprovechamiento posterior, pues se habia realizado para cobijar los restos de D. Aras Pardo, suegro de Fernan  Perez de Andrade, O Boo, enterrado junto con este 
en La Iglesia de San Francisco de Betanzos; lo cual justificaría la afirmación de que lució el sepulcro una inscripción que decía: Aquí jaz Pedro Fernández de Andrade fillo deste Nuño Freire de Andrade”.



El Caballero descansa vestido con armadura, la cabeza cubierta con el casco que permanece abierto para permitir ver el aplastado rostro. Las manos sobre los gavilanes de la espada, que se extiende a lo largo de la parte inferior del cuerpo del difunto. A la cabecera, dos pequeños ángeles arrodillados sobre los bordes de los almohadones y con sus libros abiertos, entonan las preces, en tanto dos grandes canes se tienden a lo largo de las piernas y vuelven la cabeza para que sobre ellas apoye sus pies el personaje. Acusa idéntico taller que el que produjo el sepulcro de su padre.



El siguiente que vemos es el SEPULCRO DE DON FERNÁN PÉREZ DE ANDRADE “O MOZO”, también hijo de Nuño, y hermano de Pedro Fernández de Andrade II. Falleció en 1470. Notable personaje de la familia de los Andrade conocido con el sobrenombre de “O Mozo”, fue el VI Señor de Pontedeume.
 En la segunda Guerra Irmandiña, llevada a cabo entre 1467 y 1468, el resentimiento que los sublevados albergaban contra los Andrade hicieron que la guerra fuese especialmente virulenta en los dominios de esta familia, y así, bajo el grito de "¡Abajo las fortalezas!" fue derribado el CASTILLO DE ANDRADE, haciendo huir a su Señor, por ello, este recompensó generosamente a los que le ayudaron a sofocar la rebelión de los Irmandiños en sus estados. Su lauda sepulcral, con la figura yacente, se encuentra a los pies del templo monacal y a continuación del sepulcro de Don Pedro Fernández. El caballero viste armadura completa, sostiene la espada con la mano derecha y el escudo con la izquierda. 





Vaciado de sepulcro expuesto en el MUSEO DAS MARIÑAS
El rostro, que deja ver la visera del casco levantada, es de facciones abultadas y modeladas con cierto acierto figurativo. El resto de la figura ofrece una calidad plástica similar a la que se aprecia en la figura yacente de Don Diego.



La inscripción que se extiende en la zona de los pies a continuación del escudo y completa en el borde derecho de la lauda, dice: AQUÍ JAZ EL MUY NOBLE CABALLERO FERNAN PEREZ DE ANDRADE. O JESU AVE PIEDADE”.



Junto a este el SEPULCRO DE DON DIEGO DE ANDRADE, hijo de Fernán Pérez de Andrade, Fallecido en 1492, fue el VII Señor de Pontedeume y, según Vasco da Ponte afirma en su obra “Relación de Casas y Linajes del Reino de Galicia”, era “verdadero católico, esforzado, justiciero y no extendía la chanca más de lo que cubría la manta”. Ciertamente ha dejado un buen recuerdo en la historia de aquellos días, harto sembrados de turbulencias.



Vaciado de sepulcro expuesto en el MUSEO DAS MARIÑAS
Su sepulcro se sitúa a los pies de la iglesia, al lado del Evangelio, quedando la lauda con la efigie del Caballero a nivel del pavimento actual, dejando oculto el sarcófago pétreo. El Caballero tendido viste armadura, la cabeza cúbrese con el casco cuya visera levantada permite ver el rostro de facciones abultadas, carentes de naturalismo representativo. La mano izquierda se oculta bajo el escudo familiar, con la leyenda en la orla que dice: “+Ave María. Gracia Plena+ Dominus Tecvn” y en el campo la banda cruzada engolada de dos lobos. La mano derecha descansa sobre la cruz del pomo de la espada que se tiende sobre la pierna izquierda. 



En un espacio que deja en el ángulo inferior la lauda, se aprecia la siguiente inscripción: AQI.JAZ.EL MUY NOBLE CAVALLERO DIEGO DE ANDRADE.


En el año 1931,el monasterio, es considerado Monumento Nacional y en 1941 es declarado Monumento Histórico Artístico.



 En el 2003 fue cedido por el arzobispado a la Xunta de Galicia por cincuenta años prorrogables.



Vale la pena dar una vuelta alrededor del monasterio y ver las balconadas y muros de una época esplendorosa. Así mismo veremos hasta donde llegaban los límites de la finca del cenobio.





 Podremos ver la fuente que surtía de agua a los monjes y el viejo palomar que encontraremos en casi todos los monasterios gallegos.





El primer fin de semana de julio, se celebra la Romería de la Virgen de la Cela, que como antaño, es de gran estima en el lugar. 









Finalizamos nuestro recorrido por este magnífico monasterio en el punto donde lo habíamos iniciado, el bonito CRUCEIRO que se levanta junto a la entrada.


INFORMACIÓN RECOGIDA DE LOS SIGUIENTES ENLACES:


VISITA OTROS SORPRENDENTES LUGARES DEL MUNICIPIO DE MONFERO EN ESTE ENLACE, CON UN MAPA PARA LLEGAR A CADA UNO DE ELLOS




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