GALICIA PUEBLO A PUEBLO: PENAS DE RODAS, OUTEIRO DE REI

Lugar emblemático situado en el monte de la parroquia de Gaioso,...

...nos recibe con un excelente CRUCEIRO de 1900.

Presenta la imagen de Cristo crucificado, tres clavos, cabeza inclinada hacia la derecha, el pie derecho montado sobre el izquierdo y dos figuras a ambos lados de los pies y bajo estos, en el centro la proclama de INRI.

En el adverso la imagen de la piedad, sobre basa de forma cúbica, con molduras, volutas, caras, ábaco de lados curvos.

Varal de sección cuadrada con las aristas rebajadas en chaflán, e incrustados los símbolos de la pasión.

Basa de forma cúbica con fajas, sobre tres escalones, de forma cuadrada.

Las piedras, situadas a 620 metros por encima del nivel del mar, son de grandes dimensiones, superando los 15 metros de altura.

La disposición de sus elementos y las huellas de su manipulación hacen pensar en un montaje llevado a cabo por el hombre hace miles de años. Pero a juicio de varios historiadores, se refieren a una formación natural.

El conjunto da la sensación de jugar un equilibrio forzado.

El paraje está compuesto por un conjunto de piedras caballeras graníticas, sobre las que se apoyan dos grandes moles redondeadas (bolos de disyunción), llamadas Penas de Rodas,...

...que van acompañadas por otras piedras agregadas, una con forma triangular parecida a un marcador que señala la dirección exacta de la puesta de sol,...

...y otras semicirculares a modo de gradas, que sugieren el lugar desde donde la puesta de sol podría ser contemplada.

Y la platea, que es el espacio de suelo entre el altar con los bolos y las rocas que forman el bancal, de forma cóncava, ocupado por el pueblo en las instalaciones dedicadas al espectáculo. Este lugar posee una buena acústica al estar frente a los bolos.

Señalado por poetas, investigadores y antropólogos, se considera una antigua estación astronómica que pudo ser utilizada para establecer el calendario agrícola en las fértiles Terras do Miño...

...y se aventura, fueron utilizadas como escenario de altar ceremonial en los rituales celebrados por los indígenas príncipes “copori”, como era conocido el pueblo oriundo del territorio hasta la llegada de los Romanos. Tenemos constancia de los coporis, Príncipes de Lucus Augusti, gracias a la estela funeraria encontrada en la CIUDAD DE LUGO, al pie de la muralla, y que hoy se sitúa en el MUSEO PROVINCIAL.

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Este sitio pudo funcionar también como santuario o escenario lítico que señala la importancia del ritual del hierogamos, la unión entre el dios solar Lugh y la diosa tierra Cailleach, para los celtas.

La creencia popular, y también histórica dice que, el conjunto de “As Penas de Rodas” dada su situación y orientación, fue usado ya hace miles de años por diferentes pueblos y culturas; entre ellos el romano, que posteriormente se apropió del lugar, haciendo ver que fueron ellos los creadores y usuarios de su magia y poder, pero tan solo fue algo que se encontraron en el camino y aprovecharon.

Aún hoy se puede observar como en el solsticio de verano el sol se pone entre las dos piedras dibujando simbólicamente un falo de luz que señala y fecunda lo que vendría a ser el hito femenino de PENA DO MOURO, en Donalbai, en el cercano ayuntamiento de Begonte.

Pena do Mouro en Donalbai

En los solsticios se expresan cómo la salida del sol va bañando de oro las grandes piedras y proyectando entre ellas un pasillo luminoso. Lo que acredita, la leyenda de las piedras de oro y alquitrán, que cobran así sentido.

Penas de Rodas es un lugar de elevado valor simbólico y carácter sagrado. Si se ha de escoger un día para visitarlo, resulta recomendable hacerlo el 21 de junio, día del solsticio de verano, cuando el sol alcanza su máxima posición boreal, la máxima inclinación norte y sur con respecto al ecuador terrestre.

Allí se celebra una concurrida romería el domingo anterior al12 de agosto y entre ágapes y danzas se rememora una tradición popular a modo de LEYENDA, asegurando que una de la moles está llena de oro y colmaría de riquezas a quien consiga romperla; mientras la otra lo estaría de alquitrán y si se derramara inundaría toda la comarca llevándola a la destrucción de todos sus moradores. Al no saber distinguirlas, nadie se atreve si quiera a intentarlo.

Son leyendas que forman parte de la literatura gallega y de las que dejó constancia en su poesía el insigne escritor da terra chá Manuel María, al que el grupo folk Milladoiro, regalo unas melodías.