GALICIA PUEBLO A PUEBLO: MIRADOR DE LÍNCORA, CHANTADA

El mirador está situado en la ladera occidental del río Miño rodeado de viñedos, árboles frutales y castaños.

Sus 430 metros de altitud nos ofrecen unas vistas espectaculares de un amplio tramo de las riberas del Cañón de Miño, con el PUEBLO DE BELESAR (enlace a nuestra publicación) al fondo y A Ermita, esta última suspendida sobre el Miño.

También se puede ver, entre bosques de robles y castaños, el camino de los CODOS DE BELESAR, un antiguo trazado romano en zigzag para salvar los fuertes desniveles del terreno de ribera y por la que discurre el CAMINO DE INVIERNO a Santiago de Compostela.

Las particularidades del microclima de estas laderas soleadas del valle del Miño favorecen el cultivo de la vid, así pues, estamos ante un grandioso paisaje repleto de viñedos, que se convierte en un auténtico espectáculo de colores en otoño.

En la Guía de Galicia, Otero Pedrayo en 1926 define así este paisaje: "una de las formas interesantes del cultivo es la de los 'sucalcos' o terrazas vitícolas que esculpen y decoran las rudas pendientes sobre el Sil, el Miño en ciertos tramos, el Bibei, el Navea, el Cabe, rectificando la labor destructora de los torrentes y ofreciendo un admirable ejemplo de la perseverancia secular de las generaciones labriegas, tratando en estilo inconscientemente artístico el paisaje."

Para aprovechar las condiciones ambientales y superar la orografía tan agreste, los taludes se rellenan con bancales, conteniendo el terreno con muros de piedra conocidos en la zona como “muras”.

En Chantada, además, las muras de notable tamaño son conocidas como "poxadas", y las de mayores dimensiones son un "patal", que puede tener hasta veinte filas de cepas.

Debido a esta intervención sobre el terreno, y a la escasa mecanización que admite este trabajo, las labores que se desarrollan en este espacio se conocen como “viticultura heroica”.

A excepción de carriles puntuales en algunas viñas para trasladar cajas en vendimia, todo el trabajo lo hacen las manos, los brazos y las espaldas de los viticultores y bodegueros; al tiempo que moverse entre las cepas es un ejercicio de acrobacia.

La viticultura heroica tiene su punto álgido y máxima expresión durante la vendimia y la Ribeira Sacra es uno de los mayores exponentes de ella.

Además la Denominación Origen de la Ribeira Sacra se constituye en 1996 para proteger el origen, garantizar la calidad y promocionar sus vinos. La Denominación se distribuye en 5 subzonas: subzona de Amandi, subzona de Chantada, subzona de Quiroga- Bibei, subzona de Ribeiras del Miño y subzona de Ribeiras del Sil.

El vino es hoy un sector pujante y dinámico y uno de los principales motores económicos de la zona e impulsor definitiva de la Ribeira Sacra como destino turístico.

A este hermoso paisaje asoman numerosas iglesias románicas y bodegas, como Adegas Vía Romana fundada en 1997 dentro de la D.O. Ribeira Sacra, en la subzona de Chantada. Esta bodega visitable, está levantada sobre los cimientos de una casa solariega del S. XVI, en el lugar llamado A Ermida, en la parroquia de Belesar. Debe su nombre a la mencionada calzada romana que unía Astorga con Braga, y cuya finalidad era transportar los excepcionales vinos de esa zona. La bodega está rodeada por una de las mayores viñas de la Ribeira Sacra, de 16 hectáreas de extensión. Un terreno, principalmente franco arenoso y una altitud media de 350 metros, viñedos con orientación sureste y pendiente que ronda el 75%, que forman el conjunto perfecto para que las cepas, con edades comprendidas entre los 12 y 60 años, ofrezcan uvas de extraordinaria calidad.

Señalar, que el acceso al mirador desde el lugar de Fondo de Vila es por una pista bastante estrecha, pero con mucho cuidado y algunos sudores se puede acceder.