Es la muestra franciscana por excelencia, fundado
en 1396 por Fray Gonzalo Mariño y Fray Pedro Nemancos, en unos terrenos junto
al río Ulla donados por el cabildo de Iria.
Hasta 1700 fue lugar de retiro de los “frades
da prove vida” (frailes de pobre vida),
primero con el nombre de Convento de San Francisco y después, el de San
Antonio, con el que se conoce por lo
menos desde el s. XVI.
Desde 1701 fue colegio misionero, por el que
pasaban los religiosos, por lo menos, dos años antes de ir a las misiones a
América.
El complejo formado por el Convento; la
Iglesia; las dependencias del que fuera Colegio; la Huerta y el Bosque, ocupan
una superficie de 5 hectáreas.
Llegamos a él, descendiendo por una empinada
y larga rampa primero y por unas escaleras después, hasta detenernos en el
atrio, donde nos recibe una bonita FUENTE, reformada, según una
inscripción, en 1786.
Aquí, el sonido del agua que brota del pecho
de una imagen de San Francisco en postura de oración, nos envuelve en un halo
de quietud.
La mayor parte del edificio conventual data
del s. XVIII, excepto el claustro; el comedor de los frailes y los dormitorios,
que son anteriores.
Está construido en un estilo austero y funcional,
con ausencia de elementos decorativos. En su interior guarda en cambio,
preciosos retablos, esculturas y pinturas.
La nueva iglesia se construye entre 1705 y
1722 (la actual puerta de la Portería, antes había sido puerta de la iglesia
vieja).
Destaca en su sobria fachada: el lucernario
que da luz al coro;...
... dos escudos de la Orden;...
... una hornacina con la figura de San
Antonio;...
... una sencilla cruz en el remate; y el campanario (posiblemente
reutilizado de la vieja iglesia).
El interior conserva piezas maravillosas. Una
de ellas es el ÓRGANO de 1732, completamente reformado en 1923. También el CORO ALTO, guardado todavía
hoy por una celosía, en cuya parte central y alta, se dispone un Crucificado, y
que cuenta con una sillería de la primera mitad del siglo XVIII constituida por
41 sillas.
Otras son sus nueve retablos.
El RETABLO MAYOR, creado en 1708
siguiendo los cánones del barroco, es obra de Jacinto de Barros y Mendoza. Aquí
se observan las tallas de San Francisco y San Antonio, realizadas por Xosé Gambino, el gran maestro del rococó gallego, que en Herbón
realizó algunas de sus piezas maestras.
La parte más antigua del convento es el CLAUSTRO,
construido sobre uno anterior. En un epígrafe que se lee, entre dos de sus
arcos, se dice: HICO EL CONVETO
ESTE/ CLAUSTRO DE LIMOSNAS/ AÑO DEL
SEÑOR/ DE 1625.
Tiene este claustro planta cuadrada, con
cuatro arcos de medio punto por lado, montados sobre pilares y atendiendo a
criterios clasicistas.
Centrado por un crucero;...
... en cada una de sus
alas, hacia los extremos, veremos una serie de retablos, entre los que destaca uno
del Sagrado Corazón de Jesús datado en el segundo tercio del s. XVIII.
La Inmaculada. |
Es en el año 1680 cuando se pintan en este
espacio las quince estaciones; en 1894 se cambiarán algunos de sus textos y se
suprime la estación decimoquinta.
Su sacristía, realizada por Fray Manuel de la
Peña en 1730, es uno de los espacios más notables, al contar con una peculiar
bóveda esquifada.
Otros elementos destacados del convento,
todos ellos del s. XVIII, son el segundo claustro y el comedor.
Nos situamos de nuevo en el atrio, donde
principia otro Vía Crucis de piedra; sus pasos ascienden por la pendiente,
hasta un CAMARÍN con la representación de la Virgen de las Angustias,
obra realizada por 1759,...
...que junto a un bonito crucero, es el complemento
perfecto a ese piadoso camino del Calvario, significado en todas y cada una de
las cruces que, desde la iglesia, nos devuelven a donde concluye el territorio
franciscano.
Aquí es donde la pendiente genera una visión
de todo este conjunto, delimitado por un muro construido entre 1746-1747. En su
interior hay espacio para el bosque, jardines, huertas, y por supuesto, fuentes.
El área ajardinada está presidida por una PALMERA
DATILERA, sucesora de otras en el tiempo y en el recuerdo, de la que trajo
desde Palestina en los años de la Edad Media, aquel Fr. Juan Rodríguez dePadrón, incluida en el Catálogo Galego de Árbores Senlleiras con el número 66A.
La huerta, vio medrar los primeros pimientos
de Herbón. Según la tradición, fueron los frailes franciscanos los que trajeron
de América en el s. XVII (concretamente del estado mexicano de Tabasco), unas
semillas que se adaptaron a estas tierras y de las que germinaría el famoso PIMIENTO
DE PADRÓN, del que un refrán gallego conocido internacionalmente dice, “Uns
pican e outros non”.
De aquí pasó a las fincas de los vecinos, que
la siguen cultivando con éxito y que cada año, exaltan su producto en la
popular FIESTA DEL PIMIENTO DE HERBÓN, declarada Fiesta de Interés
Turístico de Galicia.
Tras los muros del convento, a orillas del
río Ulla, podemos ver las “PESQUEIRAS” de origen romano donde todavía se
pescan las lampreas de forma artesanal.
Para finalizar, deleitarnos con otra exquisitez
que nos tiene reservada esta parroquia de Herbón, una importantísima joya
arquitectónica, como es, la IGLESIA ROMÁNICA DE SANTA MARÍA DE HERBÓN.
INFORMACION RECOGIDA DE LOS SIGUIENTES
ENLACES:
VISITA OTROS SORPRENDENTES LUGARES DEL AYUNTAMIENTO DE
PADRÓN EN ESTE ENLACE.
La Iglesiasia de mi boda
ResponderEliminarPrecioso sitio el elegido!
EliminarBuscando info sobre mis orígenes, me encuentro con este hermoso lugar..gracias!
ResponderEliminarMe alegro mucho que te gustase, pues la verdad es que es un lugar muy interesante y hermoso. Gracias Diego!
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