Estupendo enclave colmado de naturaleza, donde la frondosa arboleda que
lo puebla y el caudal que lo riega, alcanzan un protagonismo especial.
Situada en el lugar donde hasta los años 50 se ubicaba un aserradero (del
cual aún se conserva algún resto), se recuperó como Área Recreativa, realzando
su encanto natural y convirtiéndola en uno de los muchos atractivos hábitats
fluviales que posee la Costa da Morte.
Aquí, el río zas se derrama escurridizo por varios arroyos describiendo hermosos meandros, uno de los cuales alimenta un MOLINO DE NORIA que parece olvidado.
Otras de estas agraciadas riberas dibujan una singular ISLA, accesible
sin necesidad de mojarnos, gracias a la existencia de varios puentes de madera
que salvan los cursos fluviales que la rodean y aíslan.
Tanto en el interior de la isla como en el entorno disponen buen
equipamiento para comer (mesas, bancos de piedra y barbacoas), pero
lamentablemente, otros servicios de los que dispone se observan bastante
estropeados. Pude comprobar por apuntes de prensa, que la zona ha sido durante
años repetidamente castigada con actos vandálicos.
No podemos ni debemos quedarnos en eso y debemos continuar explorando
este bonito lugar, pues todavía nos deparará más encantadoras sorpresas.
Siguiendo la orilla río arriba por la senda de pescadores, alcanzamos la PRESA
de piedra que alimenta el molino antes mencionado y provoca un hermoso SALTO
DE AGUA al desplomarse por entre las rocas.
Superada la presa, continuaremos el camino pasando primero por un conjunto de MOLINOS,...
... y más tarde, siguiendo la senda y ocultos en medio de unos
pinos, se encuentran los restos muy alterados y apenas reconocibles del DOLMEN
DE PEDRA VIXÍA, monumento megalítico de entre el IV-III milenio a.C.. Señalar que no es sencillo encontrarlo, en el enlace del dolmen se explica claramente el lugar donde se encuentra.
INFORMACIÓN RECOGIDA DEL SIGUIENTE ENLACE
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