Algunos designan a este monumento “EL ESCORIAL DE GALICIA”, mientras que otros señalan al MONASTERIO
DE SANTA MARÍA LA REAL DE OSEIRA (enlace a nuestra publicación), como tal. Lo mandó construir el Cardenal D. Rodrigo de Castro Osorio (1523-1600), siendo cardenal de Sevilla.
Este Cardenal es hijo de
la III Condesa de Lemos Dª Beatriz de Castro, nació en Valladolid en 1523 (Dª
Beatriz tuvo en dos matrimonio 14 hijos, 9 del primer marido D. Dionis de
Portugal y 5 del segundo D. Álvaro Osorio. Nuestro Cardenal hace el undécimo).
Estudió en la Universidad de Salamanca y se licenció en Leyes y Cánones. Acompañó
a Felipe II a Flandes e Inglaterra. En 1553 era secretario en Roma, de D. Fernando
Ruiz de Castro, 4º Conde Lemos, hermanastro suyo. En 1556 es ordenado sacerdote y regenta varias
parroquias de Galicia. Obispo, sucesivamente, de Zamora y Cuenca. En 1581 es
promovido a la sede arzobispal de Sevilla y dos años más tarde es nombrado
Cardenal por Gregorio XIII. En su visita a Santiago de Compostela, 1590,
concibe la idea de construir aquí, en el solar de sus mayores, un pequeño escorial,
que fuera centro de cultura para Galicia, panteón familiar y museo de arte.
Ya iniciadas las obras, sólo alcanza a ver los
cimientos, pues muere en 1600 a los 77 años. Dispuso ser enterrado en este su
colegio, y aquí está en un nicho al lado del evangelio, debajo de una estatua
suya en actitud orante, obra de Juan de Bolonia.
Los jesuitas, miembros de la Compañía de Jesús,
fueron los escogidos, desde el principio para no sólo dirigir la construcción
de la iglesia y edificio restante, sino para regentar el Colegio. Estarán aquí
hasta 1767 en que son expulsados por orden de Carlos III. Fue una orden
perentoria, que no les permitió llevarse nada a los 11 religiosos que residían
aquí. Su estancia duró 174 años. Se quiso borrar todo vestigio de los jesuitas
y eso explica que su anagrama (JHS) fuese borrado o rascado de todos los sitios
donde aparecía: retablo, púlpito, claustro, puertas exteriores.
Desde entonces y hasta 1873, que vienen los
escolapios, el Colegio del Cardenal fue dedicado con más o menos fortuna a
diversos cometidos: Real Seminario, Centro Real Colegio de Humanidades y Bellas
Artes, Instituto Provincial de Lugo. Este periodo duró 106 años. El edificio
quedó hecho una ruina. Es entonces cuando el apoderado del Duque de Alba, D. José
Guitián y García hace las gestiones pertinentes para que se hagan cargo del
Colegio los Escolapios, miembros de la Orden de las Escuelas Pías, fundadas por
el aragonés San José de Calasanz. Hacía 6 años que estos religiosos se habían
hecho cargo, para ejercer su carisma, del Monasterio de S. Salvador, en Celanova
(Ourense).
Su fachada, de estilo renacentista, mide 110 m. de longitud.
Destaca su grandiosidad y el equilibrio en la disposición de sus elementos.
Construida con granito del país, que se va dorando con el tiempo. El
granito según disposiciones iniciales es de Ramuin, Ribasaltas. Altura máxima
23 m. Simetría total.
En el medio, un airoso pórtico, el de la iglesia, que consta de dos partes. La inferior: estilo dórico, laterales
almohadillados en los que abren un óculo y una ventana. En medio, sobre la gran
puerta, inscripción en latín: “El Cardenal D. Rodrigo de Castro, Arzobispo de
Sevilla, dona a la Compañía de Jesús, para uso de la juventud, templo y
colegio, consagrados a la Virgen María”.
La superior: estilo jónico. Óculo a cada lado.
Gran ventanal central. Debajo de la ventana el escudo del Cardenal fundador, y
en lo alto dividiendo el frontón, el escudo de España.
La ESCALERA MONUMENTAL, notable por su
anchura (3 metros), peldaños de una sola pieza, de un granito tan compacto que
no se nota el desgaste por uso durante siglos. Tres tramos (13,9,13=35
peldaños).
Hábilmente construida, carece de un apoyo para el tramo central,
sosteniéndose apoyada en los fuertes muros y un juego de fuerzas. Hace unos
años hubo que reforzarla con unos tirantes metálicos. Al parecer fue construida
por Pedro Marlote y Juan de la Sierra, entre 1594 y 1603.
En el piso, bajo las
arcadas, pueden observarse los trazos, a modo de planos, de cuando se construía
la escalera.
CLAUSTRO.- El patio de estilo dórico-romano; 22 metros de lado. Una de las piezas
notables del edificio, donde se enlazan, felizmente, solidez, elegancia y
sobriedad. Sus pilastras de metro y medio de grosor sostienen un entablamento
sencillo, con friso decorado con triglifos y metopas.
Rodeando el patio un claustro abierto, de 33 m de largo, 4 de ancho y 6,5 de alto, cubierto con bóveda aristada y con rosetones en las intersecciones de los nervios.
Dibujos en las paredes del claustro, que sirvieron como referencia en la construcción del edificio. |
... Casa de Lemos, Casa de Alba (heredera del condado de Lemos a finales del s.XVIII)...
... y el de las Escuelas Pías. Este último aparece entre los otros, porque fueron los Escolapios los que acabaron las obras, que estaban incompletas, entre los años 1919-1926. (Crujías nordeste y noroeste. Se nota la piedra nueva).
Una galería cerrada forma el piso superior del claustro.
IGLESIA de estilo jesuítico, inspirado en el Gesú de Roma, iglesia madre de los
jesuitas. Planta de cruz latina, de brazos cortos. La nave central (33,80 m. de
largo; 9,25 m. de ancho y 20,80 m. de alto) posee una bóveda de medio cañón,
descansando sobre un entablamento de orden jónico, cuyo friso se halla adornado
con una cenefa geométrica sencilla y elegante. A cada lado de esta nave central
hay una nave lateral, más baja, con capillas.
El crucero remata una cúpula de
media naranja (a 36 m. altura y 10 m. de diámetro). Tal cúpula tiene ocho
ventanales embudados, y descansa sobre pechinas. En éstas hay unos ángeles
policromados que sostienen con una mano el escudo del cardenal y en la otra una
custodia con el anagrama del nombre de Jesús. La cúpula culmina con una hermosa
linterna con seis grandes ventanas que proporcionan luz abundante a la iglesia. La iglesia fue terminada en 1619 (arquitecto Simón de Monasterio), y consagrada el mismo año. Cúpula y lucernario o linterna han sufrido daños por el paso del tiempo y, sobre todo, por el terremoto de Lisboa de 1755.
RETABLO. De casi 20 m. de alto y 9 de ancho, es de madera de nogal. Obra, en su
mayor parte, de Francisco Moure, y dedicado a la Stma. Virgen María. Encargado
por los jesuitas, cuyo rector, Juan A. Velázquez, le dio el croquis de la obra
que se debía ejecutar. Consta de dos zócalos o bases y tres cuerpos
superpuestos. De éstos, los dos primeros son de Moure. El resto es de su hijo
Francisco y discípulos.
En lo alto tres escudos: los dos laterales del Cardenal fundador; el del centro, más grande, y ahora liso, debía tener el escudo de los jesuitas. Visto de arriba abajo y de izquierda a derecha aparecen esculpidos: El Nacimiento de la Virgen. San Ignacio de Loyola. Anunciación de María.
Visitación de la Virgen a su prima Sta Isabel. La Virgen de la
Antigua, titular de la iglesia y colegio, interpretación en relieve del cuadro
de la hornacina de la izquierda, con manto muy barroco. Adoración de los
pastores.
Circuncisión del Señor.
Ostensorio o templete, barroquísimo, rematado
por un grupo escultórico de gran perfección y realismo, que representa el
sacrificio de Isaac.
Adoración de los Reyes. Destacan los ropajes anacrónicos y
barrocos.
En los pedestales de las columnas se hallan
esculpidos los cuatro evangelistas. En los intercolumnios las cuatro virtudes
cardinales (prudencia, justicia, fortaleza, templanza), dos a cada lado. Estas
virtudes están separadas, por un escudo del Cardenal, tan bien moldeado y
pulimentado en nogal negro que parece de cuero.
A la izquierda la ESTATUA ORANTE en
bronce, del Cardenal Rodrigo de Castro, de Juan de Bolonia (única en España de
esta artista). Fue encargada por el mismo Cardenal. Debajo de la estatua se
encuentra su sepulcro, donde está la momia con vestiduras cardenalicias (se
comprobó en las Navidades de 1942). Murió en Sevilla en 1600, y a los tres
años, por disposición testamentaria fue trasladado a este lugar.
En la hornacina de la derecha el Cuadro de la
Virgen de la Antigua, que el cardenal tenía en su oratorio del palacio
episcopal de Sevilla y que es copia de la Patrona de la Catedral.
SANTO CRISTO. Del italiano Valerio Cioli (1529-1599), autor también de las estatuas de
la tumba de Miguel Ángel. Nombre y fecha que aparecen grabados en la parte
inferior del paño de pureza de la imagen. Es de mármol de una sola pieza,
excepto los brazos. Destaca en él la majestuosa y serena expresión de su
rostro. Se cree que fue encargado por Felipe II para El Escorial (Madrid),
pero, no le gustó, por considerarlo demasiado musculoso; se lo regaló al
Cardenal con el que le unía gran amistad.
“ADORACIÓN DE LOS REYES”, Van der Goes.-
Es una copia del original, que se encontraba en este mismo lugar y cuya
autenticidad fue descubierta por el crítico de arte monfortino D. Antonio
Méndez Casal, a principios del siglo XX. El Patronato del Colegio creyó
oportuno vender el cuadro para, con su importe, conservar, restaurar y acabar
el edificio, hasta dejarlo como ahora está. Según testimonios de la época, se
hallaba en pésimo estado. Se ofreció en primer lugar al Patrimonio Nacional;
éste se declaró sin fondos para su compra. Se solicitó permiso para ponerlo a
pública subasta y lo adquirió el Kaiser Friedrich Museum de Berlín por
1.200.000 francos suizos = 1.262.800 pesetas de la época. La venta incluía una
condición: enviar una copia fiel y del mismo tamaño. Es la que está ahora aquí.
A juicio de los críticos, está tan bien lograda que no desmerece del original.
MUSEO – PINACOTECA. Instalado en un local construido en 1699 para sacristía de la Iglesia.
Está bien conservado y de gran belleza arquitectónica. Se conservan aquí varias
pinturas, objetos personales del Cardenal y algunos libros interesantes. Las
pinturas proceden de otros locales de este edificio, principalmente de la
iglesia y fueron descubiertos no hace muchos años, siendo limpiados y
restaurados por el Museo del Prado.
Pinturas.- Dos de ellas son del GRECO
(Doménikos Theotokopoulos).
“SAN LORENZO”, titulado “aparición de la
Virgen con el Niño a San Lorenzo”. Pertenece a la primera época del pintor
(1576-79) y con influencias italianas de Tintoretto y Correggio. Según Camón
Aznar es anterior al famoso “Entierro del Conde Orgaz” (Toledo) y es uno de los
cuadros más selectos de su pintura; destaca, sobre todo, la dalmática del Santo
Diácono.
“SAN FRANCISCO”, titulado “San Francisco
de Asís y Fray León meditando sobre la muerte”. Auténtico del Greco según
Cossío, que lo fecha entre 1594-1604. Mayer y Camón Aznar lo fechan entre 1590
y 1598. Lleva una inscripción con el nombre del pintor.
Cinco pinturas de Andrea del Sarto: Santa
Margarita de Cortona, la penitente.
Santa Inés, niña de doce años, mártir en 304, con su simbólico corderillo, origen de su nombre.
Santa Catalina de Alejandría, patrona de los filósofos, mártir a los 18 años.
San Pedro, padre de la Iglesia, de una perfección suma.
San Juan Bautista, de gran belleza en color y formas. Estos dos últimos son réplicas de otros existentes en la Catedral de Pisa.
Dos cuadros, a ambos lados de la puerta, de la Escuela Compostela. Autores desconocidos, con influencia de la pintura de Velázquez. Llama la atención la construcción anatómica de los cuerpos. Se titulan: La Muerte y el Juicio Final.
Santa Catalina de Alejandría, patrona de los filósofos, mártir a los 18 años.
San Pedro, padre de la Iglesia, de una perfección suma.
San Juan Bautista, de gran belleza en color y formas. Estos dos últimos son réplicas de otros existentes en la Catedral de Pisa.
Dos cuadros, a ambos lados de la puerta, de la Escuela Compostela. Autores desconocidos, con influencia de la pintura de Velázquez. Llama la atención la construcción anatómica de los cuerpos. Se titulan: La Muerte y el Juicio Final.
Retrato del Cardenal Rodrigo de Castro, de tamaño
natural y autor desconocido, ejecutado para este colegio en el s. XVII, según
dibujo de Francisco Pacheco, suegro de Velázquez.
Vitrinas.- Inmaculada de la escuela de Gregorio
Fernández. Llama la atención el precioso estofado del manto.
Tríptico o Sacras que usaba el Cardenal en la Misa, en cuyo interior aparece el Canon de la Misa escrito en pergamino.
El santo Cristo, que presidía la celebración eucarística del Cardenal, con cruz y pedestal de ébano. La imagen que estaba tallada en marfil fue robada por las tropas napoleónicas, así como varios relicarios. La actual imagen es de terracota.
Tríptico o Sacras que usaba el Cardenal en la Misa, en cuyo interior aparece el Canon de la Misa escrito en pergamino.
El santo Cristo, que presidía la celebración eucarística del Cardenal, con cruz y pedestal de ébano. La imagen que estaba tallada en marfil fue robada por las tropas napoleónicas, así como varios relicarios. La actual imagen es de terracota.
Un incunable, crónicas de reyes de Aragón,
crónicas de reyes de Castilla y una edición típica de las tragicomedias de
Lucio Anneo Séneca. Libro con las copias notariales del testamento del Cardenal y de la XII Condesa de Lemos, Dª Rosa María de Castro.
Hay libros que pertenecieron a la biblioteca del Cardenal, como el Libro de cetrería” del canciller Pedro López de Ayala, manuscrito, de 1386, y sin las iniciales de los capítulos.
Guante del Cardenal |
Hay libros que pertenecieron a la biblioteca del Cardenal, como el Libro de cetrería” del canciller Pedro López de Ayala, manuscrito, de 1386, y sin las iniciales de los capítulos.
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